lunes, 31 de diciembre de 2007

Espirales

Por diferentes circunstancias y con distintas motivaciones, me he aproximado a la lectura del libro Psicología y currículum de César Coll en varias ocasiones. Escrito en 1985 con el propósito de apoyar una serie de reformas educativas en la provincia española de Cataluña, y hecho público para el resto del mundo en 1991, este presenta una síntesis analítica de las principales teorías psicopedagógicas (psicología de la educación) y las implicaciones que tiene la adopción de cualquiera de ellas para la toma de decisiones curriculares. Desde su publicación, este texto se ha convertido en referente obligatorio para toda reflexión curricular en cualquiera de sus niveles, desde las reformas curriculares propiamente dichas, hasta lo referente al nivel más concreto de toma de decisiones curriculares, es decir la planificación didáctica de la clase.


Pero no escribo para hacer una apología, que poca falta le hace al texto de Coll, sino para reflexionar sobre mi experiencia particular de lectura con ese libro. Te comentaba que lo he leído en varias ocasiones: la primera fue en un curso de la escuela de graduados que dejé trunco; en ese momento me llamaron la atención los catálogos de verbos para la enunciación de diferentes tipos de objetivos que, aunque el autor mismo descalificaba por la excesiva simplificación a la que se prestaban, me parecieron una excelente herramienta para enfrentar las tareas de revisión curricular en que me encontraba inmerso en esos momentos ante la inminente llegada de una reforma en los Planes y Programas de la Normal Superior. Posteriores tareas académicas me hicieron volver a ese libro que, dentro del mismo proceso de adopción teórica y recomendación a terceros, he tenido que reemplazar dentro de mi biblioteca en repetidas ocasiones.

Lo interesante de todo esto es que cada vez que leo el libro me encuentro con nueva información y nuevos elementos de reflexión (por lo tanto llego a conclusiones diferentes) que no había encontrado en lecturas anteriores. Esto no es en realidad ningún misterio, pues sabemos que el acto de recepción a todo texto es diferente dependiendo del contexto, conocimientos y experiencias previas del lector, aún cuando se trate del mismo lector acudiendo en diferentes momentos a un mismo texto (mira cómo en mi adolescencia El principito me pareció una hermosa lección de vida, con el tiempo llegue a considerarlo una bella metáfora de la cultura, y en la actualidad me parece una cursi e incoherente alusión a cosas que se pueden decir de otra manera). El problema es que nuevas interpretaciones a un texto que en el pasado me llevó a tomas ciertas decisiones me dicen que esas decisiones fueron erróneas.

Sé que no estoy dispuesto a ello, y sin embargo en su momento tendré que reconocer que estaba equivocado y que había entendido mal la teoría; porque esa actitud es la única que nos puede hacer evolucionar como individuos, como grupo y como cultura. Empecinarnos en una mentira, en un error o en una postura como una forma de preservar el estatus es una forma de contribuir a la debacle de la cultura. Saber reconocer nuestros errores y actuar en consecuencia es una vía para el crecimiento y un signo de madurez.

Te lo voy a decir para que no te quedes con la duda: yo afirmaba que los objetivos de ejecución no existían y que se trataba de actividades(vg: Participarán en una mesa redonda.); no es cierto: es posible establecer actividades a desarrollar (en forma eficiente, por supuesto) como objetivos de un currículum, un curso o una actividad. ¿Te parece una bobería? No lo es tanto cuando lo que planificas incide en la formación de unos futuros profesionales cuyos actos incidirán en el futuro de cientos (tal vez miles) de adolescentes.

A la hora en que concluyo de escribir este post ya ha iniciado el Año Nuevo 2008 en lugares como Australia, Nueva Zelanda y Japón. No voy a desearte felicidad y riqueza. Mejor te invito para que aproveches esta oportunidad, por lo demás absolutamente convencional, para asumir una actitud reflexiva y responsable sobre tus actos y tus ideas. Enfrenta la responsabilidad de esta relación dialéctica con la sociedad y con la cultura, y disponte a hacer tu aportación diaria para hacer de este mundo un mejor lugar para nosotros, nuestros hijos, y el resto de la humanidad.

Que el mundo lo constituimos todos.

Éxito en el 2008.

martes, 18 de diciembre de 2007

Bibloesquizofrenia prenavideña

No soy muy dado a los regalos navideños porque pienso que, lo desees o no, éstos son recibidos como compromisos. Tampoco me gusta hacer regalos por compromiso, sin embargo, este domingo, después del almuerzo, me encontré en la librería buscando un obsequio para cumplir con un compromiso; digo, si voy a regalar algo, al menos que sea un libro, pensé. (éste se ve interesante... pero no para... no...) Pero, ¿libros?, ¿qué hace mejor a un libro que unos guantes (éste ya lo leí... podría ser... pero estaría mejor para...) o una gorra, o corbata? Es más, ¿no implica ese regalo un compromiso mayor, es decir, el de leer? ¡Nah! (éste está bien cachondo...) Igual dices "Que buen libro, me resultó muy útil", (ah, mira... el que me comentó...) mientras callas que la utilidad fue emparejar las patas de una mesa...

Estaba en esas cuando, sin que yo me enterara en qué momento ni de dónde, comenzaron a llegar mis amigos y amigas, y a amontonarse conmigo. "¿y por qué no me regalas un libro, ya que te acordaste de mí?" "¿y a mí, por qué no?" "pues ya que estamos en eso, podrías regalarme uno a mí; por ejemplo éste, que me parece interesante" "pues si me preguntas, yo preferiría éste, o este otro" -¿Éste es el que te interesa? "No, bruto; ese es para ella, para mí es aquel otro"...

Decidí, entonces, comprar libros para regalar.

Tratando de poner un poco de orden en medio del caos en que se había convertido el pasillo central de la Gandhi, decidí pedirles que me acompañaran de uno en uno para escoger cada quien su libro, mientras lo demás se paseaban por ahí (mientras yo veía de reojo cómo algunos se quedaban atornillados a una sola sección de los anaqueles, en tanto que otros parecían "chile bolita en canasta"). Así de uno en uno, fuimos recorriendo una y otra vez los pasillos de la librería. Debo decir que algunas propuestas fueron recibidas con entusiasmo, mientras que otras parecían tener una recepción más bien tibia.

"¡Quiero ése, quiero ése!" -Estoy seguro de que sí, pero tenme consideración; mira todos los que voy a comprar... ¿qué te parecería, mejor éste? "mmh... (mirada alternada) bueno, si no se puede el otro". -Bueno, ya está. ¡Next!

-Este autor siempre te ha interesado... "Sí, pero ya leí ese libro. Ya... Ya...Ya..." -¿Seguro? "Bueno: seguro, seguro, dadas las circunstancias, no; pero casi seguro que sí" -Vamos a correr el riesgo. "¿Y por qué no lo compras para mí?" -Espérame, todavía no es tu turno. "Pero ya encontraste el libro que es para mí. Llévatelo de una vez." -Bueno, ya está déjame terminar con...

"Este es uno de los autores más influyentes de..."

"La forma de relacionar la realidad con la fantasía..."

"No mames"

"Siempre me ha gustado sus historias..."

"Nunca le he leído..."

"Ni siquiera lo conozco..."

"¡Ah, está con madre!"

"¿Qué pedo con esto?"

Así. Por momentos completamente sólo, y por momentos aturdido por las voces simultáneas, tuve la oportunidad de, en ausencia, tener un delicioso coloquio sobre libros con mis compañeros y compañeras de la Normal. Así pude recordar que, aún en medio de las circunstancias más inesperadas o inadecuadas, hay gente con la que da gusto compartir.

Felices vacaciones para todos.

viernes, 7 de diciembre de 2007

Papel como relleno

Cuando era niño, mi madre solía comprarme zapatos ligeramente más grandes de lo necesario como una forma de proteger la inversión contra mi desordenado crecimiento. Mientras tanto, el espacio sobrante entre mis dedos y la punta del zapato era rellenado con papel. Años después, durante la adolescencia, pude enterarme -no preguntes cómo- de la manera en que algunas de mis compañeras de secundaria, ansiosas por madurar al menos físicamente, hacían del papel doblado emergentes prótesis para agrandar las incipiencias que natura tanto tardaba en abultar.

En otros momentos he visto cómo el papel se usa de relleno en obras de albañilería par evitar que el concreto se precipite por los orificios de los blocks, como recurso emergente para tapar orificios que permitían el paso del frío en construcciones exiguas, o para rellenar zapatos (otra vez zapatos) que se mojaron y a los que el relleno protege de perder la forma.

Lo que nunca me imaginé ver es la manera en que los genios académicos de la ENS (la de Nuevo León) usan papeles para rellenar huecos de conocimiento. ¿No sabes qué hacer? Haz un formato. ¿Ignoras cómo desarrollar la actividad? Haz una tabla para contestar. ¿No sabes con qué actividad mantener a la gente ocupada? Dales una lectura y un cuestionario, o una hoja rayada y diles que es una pauta, o una hoja con una palabra al centro para que hagan un mapa conceptual, o un esquema telaraña, o sol, o la madrequelosparió.

Papeles para rellenar, pues.

Algún día creceré, mamá.

jueves, 6 de diciembre de 2007

El colectivo

Por encima de una amplia variedad de posibilidades, los colectivos de docentes han demostrado ser la mejor opción para el desarrollo de los procesos de actualización y formación permanente de los docentes en servicio en todos lo niveles. Esta certeza se ha reflejado en esfuerzos institucionales y propuestas metodológicas promovidas por los diferentes ministerios de educación internacionales, principalmente en países donde propuestas más sistemáticas han fracasado para abatir el rezago escolar.

En México, los colectivos docentes enfrentan escollos que no siempre les es fácil salvar y que, la mayoría de las veces, acaban por hacerles naufragar. Entre las principales dificultades para la instalación de auténticos grupos colegiados de análisis y reflexión sobre la práctica docente, se me ocurre mencionar las siguientes:
  • Quienes más se interesan en participar son los docentes que menos requieren de actualización; esta aparente paradoja se explica por sí misma si asumimos que son los docentes más preocupados por mejorar su desempeño quienes obtienen mejores resultados.
  • Las administraciones escolares suelen ver las reuniones de colegas como espacios para el desperdicio de tiempo y para promover la sedición (mírese si no lo ocurrido en la Normal Superior de Nuevo León, la mía, donde los colegios académicos fueron disueltos por ser considerados "cotos de poder" por gente que no tolera compartir el control, acabando de pasada con lo poco bueno que había de trabajo académico en la Institución).
  • Complementando lo anterior, las reuniones colegiadas tienden a ser convertidas en juntas de llenado de documentos y formatos que si bien no cumplen con los propósitos naturales de este tipo de reuniones, permiten contar con una cantidad considerable de "evidencias" de que se está trabajando (ya en otra ocasión abordaré el tema del "evidencialismo" que plaga a nuestros procesos educativos).
  • Los colectivos docentes, en tanto grupos tanto o menos organizados, suelen ser vistos como jugoso botín por los muchos aspirantes a líderes que llegan a manipularles para sus intereses particulares o a destruirles para que no sean útiles a alguien más.
  • La comunidad educativa en general ha aprendido a desconfiar de los colectivos docentes, grupos colegiados, reuniones académicas y propuestas similares, a causa de los estilos y procedimientos que suelen caracterizar a estas reuniones: objetivos preestablecidos, procedimientos impuestos, modelos verticales de instrucción, agendas rígidas dominadas por el manejo del tiempo más que de los logros, y una amplia gama de etcéteras que vienen a la mente de los docentes cada vez que se les anuncia de la inminencia de una reunión de academia.
Ante las circunstancias descritas, me enorgullece saludar la intención de mis colegas de la Especialidad de Español de instaurarse en colectivo docente para el análisis y reflexión del trabajo académico entre pares. Sabemos que el camino no está parejo y que seguramente seremos objeto de los habituales ataques que este tipo de acciones suele provocar en un organismo tan poco comprometido con el trabajo académico como lo es nuestra Normal.

Tenemos la experiencia exitosa del pasado; confiamos en el logro.

Ya les daré razón de lo que ocurra.

miércoles, 28 de noviembre de 2007

Nadar de muertito

Como ahora es oportuno ponerse a hacer leña del árbol caído, y como en el fondo del barranco hay un árbol que se llama Normal Superior (abajo de cuyos restos parece vislumbrarse los abundantes despojos de una, tiempo atrás, representativa y combativa organización sindical), y como parece que quienes tenían sus columpios colgados de las ramas de ese árbol no se han dado cuenta de que fue su peso muerto el que le partió la mandarina en gajos a mi querida escuelita, a'i les van unas cuantas pistas de lo que pasaba mientras los que cobraban por hacer que las cosas funcionaran nadaban de muertito.

Pienso, por ejemplo, en el caso de Gloria, quien hizo un excelente trabajo (completamente ponderable), al frente de la academia de Estrategias para el Estudio y la Comunicación en la Modalidad Mixta, pero fue removida por no acatar las irracionales disposiciones de los “iluminados” que obtuvieron el liderazgo académico por obra y gracia de un nombramiento (con su respectivo cheque).

Pienso en cómo Lety le reprendió por su falta de “disciplina” y le dijo que esperaría resultados de evaluación para valorar la pertinencia de restituirla (mira: ahí hay un pago y los que estamos en esto vivimos de esto, pero hay quien desquita la paga y quien no lo hace). Los resultados llegaron; la nueva responsable llevó a la asignatura al fondo del desempeño, pero no se le toca porque es “disciplinada”.

Pienso en la torpeza insitucionalizada de enrolarse en el uso de ciertos textos o de metodologías determinadas como si fueran palabra sagrada. En la Mixta se planea “con Marzano”. A ver si alguien tiene la puta idea de qué es lo que significa “planear con Marzano”. Aquí, en la Normal, significa llenar un sinfín de formatos que no sirven más que para demostrar el nivel de docilidad que se está dispuesto a ejercer a cambio de que se pase por alto la incompetencia.

Pienso en el caso de Tomás Corona, de Oscar Benavides y el mío mismo, quienes preferimos retirarnos de la Modalidad Mixta con tal de no seguir soportando, no las presiones, sino la profunda estupidez que se evidencia en la cada vez mayor cantidad de requisitos y pretensiones de la creciente cadena de "responsables" del buen desempeño académico.

Pienso en la manera en que resultados de evaluaciones internas han sido ocultados y manipulados para no evidenciar el profundo fracaso del trabajo académico, particularmente de aquellos que cumplen con una función reguladora a nombre de la Burda Mafia más que de la Institución.

Pienso en mi asesora de especialidad durante el último periodo de la Modalida Mixta quien, como el maestro de Geografía del cuento de Juan Sánchez Andraka, no sabía nada de nada, y sin embargo pedía y presionaba como si supiera de qué estaba hablando.

Pienso en tantos asesores que en múltiples ocasiones han sido denunciados como ignorantes e incompetentes y que, sin embargo, preservan un alto puesto en la jerarquía de nómina, que finalmente es la única jerarquía que existe en la Normal en Modalida Mixta, gracias a sus repetidas muestras de sumisión.

Pienso en el pomposamente llamado "colegiado de asesores" que no es más que un club de amigos donde se realizan convivios y formatos en una perene masturbación intelectual en la que los protagonistas, como los monos de Kipling, se pavonean y vanaglorian de aparentar ser lo que no son.


Pienso en la gente que mira a la normal como un botín y que ante la visión de la debacle se imaginan ante el río revuelto que les hara felices pescadores ganadores. Corruptos mercaderes de la educación; no importa de qué lado de la fe se encuentren.

Pienso en la Administración responsable de la escuela que, entre temores, compromisos e incompetencias, permitió que la Normal se convirtiera en la miseria, que no mediocridad como generosamente le epiteta Guillermo, académica que es actualmente.

¿Y por qué tenían que pagar nuestros alumnos nuestra incompetencia?

¿Por qué los estudiantes de secundaria?

Hay pecados que no tienen absolución.

martes, 27 de noviembre de 2007

Realidad Real

Una nota de Tere me recordó que hace un año estuve en Real de Catorce con un grupo de alumnos de 5o. semestre. Además de trabajo académico (que sí lo hicieron -ellos, yo andaba en la milonga-), nos dimos la oportunidad de disfrutar un poco de la vida nocturna del otrora pueblo fantasma, hoy día convertido en una especie de isla cosmopolita en medio de la sierra gracias a la visita de Julia Roberta y el Bratz Pritt.



Hace dos años llevé a otro grupo; voy a buscar los videos, aunque en esa ocasión no hubo incursiones nocturnas.

Este año, Hillany Clinton (Ileana para la raza)retoma la actividad y se llevará al grupo de 5o. semestre a pasar una noche de relatos en el terreno adjunto al panteón de Real de Catorce.

Y lo platicaremos.

lunes, 19 de noviembre de 2007

El método Hitchcock

Recuerdo haber leído, aunque no recuerdo dónde, que Hitchcock (el famoso director de cine) contribuyó a una tremenda banalización de los principios del psicoanálisis al presentarlo como una técnica simplona. El ejemplo que recuerdo es el de un personaje que sufre de ceguera histérica a causa de un acontecimiento traumático que no es capaz de recordar; en medio de una gran cantidad de intrigas ocurre algo que le hace recordar (apoyado por una terapeuta piernudota) el acontecimiento traumático que le originó la ceguera y recupera instantáneamente la vista a tiempo para salvar a la chica en peligro.

Obvia decir que las cosas no ocurren así en la vida real.

Vamos a ponerlo de esta manera: no basta con "darte cuenta" de las cosas o de los problemas para que las cosas cambien o los problemas se resuelvan, aunque la cultura del "querer es poder" (con todas sus variantes modernas) insistan en convencernos de que un acto de voluntad o de imaginación puede ser lo suficientemente poderoso como para transformar la realidad. Y digamos que las cosas no pueden moverse a tales extremos de magia; no en el mundo real.

Viene esto a cuento porque recientemente fui contratado para impartir un curso que se relaciona con la prueba esa de Enlace (en donde salimos de la jodida) y para cuyos efectos se me brindó una capacitación, junto con maestros de varios estados, de manos de personal de la UPN, quienes se encargaron de diseñar el diplomado. Y no sé, pero yo pienso que deberíamos de centrarnos en estrategias didácticas y en recursos para la enseñanza, pero en lugar de eso, el diplomado se trata de leer montones de textos que hablan sobre la importancia de enseñar a leer y a escribir, y lo satisfactorio que es para un maestro que las cosas salgan bien. Algo así como pretender que el maestro "se de cuenta" de lo importante que es su trabajo y que a partir de ese momento, en la mejor aplicación del método Hitchcock, comience a enseñar bien.

Y mira que esa concepción del desarrollo de competencias no es privativa de la capacitación y la actualización docente; también a nivel formación inicial es obvio que quienes tienen la sartén por el mango mantienen una relación fetichista con los textos, al grado que la mayor parte de las "sugerencias metodológicas" son del tipo: leer-haceralgoconloleído.

No es que yo tenga algo contra la lectura; al contrario, coincido en que una de las principales limitantes para el desarrollo de la educación es la falta de hábitos lectores, y particularmente la falta de disposición para usar la lectura como herramienta para el mejoramiento profesional; el problema es que no se puede tomar a la lectura como la panacea cultural: no lo es. Lo ilustro de esta manera: un médico especialista en riñones, por ejemplo, encontrará muy ilustrativo un texto sobre investigaciones recientes en el tratamiento de dolencias renales: sólo a partir de que cuenta con los conocimientos y experiencias (amén de la formación) que le permiten interpretar y otorgar un sentido al contenido del texto.

En el caso de docentes que han fracasado al educar a unos alumnos es de esperarse que carezcan de herramientas para la comprensión e interpretación de textos especializados (aunque a los expertos con doctorado en educación les parezcan simplísimos); en cuanto a los aspirantes a docentes... bueno: hay algo que se llama formación inicial, y es ahí donde resulta fundamental la presencia de expertos como formadores; y esos expertos se dedican a explicar y moldear el conocimiento de técnicas y recursos para la enseñanza.

No sé si me explico: Creo que no es bueno poner las carretas delante de los caballos.

Podemos disfrutar una película de Hitchcock, o de nuestro realizador favorito, pero no podemos asumir que los métodos de la ficción son aplicables a la realidad.

O no avanzamos.

viernes, 9 de noviembre de 2007

Pinche octubre (otro borrador retomado)

Octubre fue un mes espantoso para mí en más de un sentido. Primero me tocó ser Jurado en un montón de concursos de oposición, de esos que te hacen ver como un intolerante al tiempo que te permiten urgar entre las intimidades intelectuales de gente a la que podrías respetar (también te da la oportunidad de comenzar a respetar a gente a la que previamente no tomabas en serio). Fue cansado y desgastante.

Seguí con mi nueva rutina de ir a caminar a Chipinque los martes, jueves y domingos, y en una de esas cogí un enfriamento que me provocó un resfriado.

Estuve cinco días en México tomando un curso, pero el resfriado que agarré en Chipinque se transformó en una gripa que me tuvo atarantado durante todo el tiempo del curso; de hecho, al volver a Monterrey caí en cama con una bronquitis cabrona.

Me robaron por segunda ocasión el estéreo de mi coche, le destrozaron el tablero y lo dejaron en muy malas condiciones.

Pinche octubre. Que bueno que ya se acabó.

lunes, 15 de octubre de 2007

¿Dónde estabas? (borrador retomado)

Aunque desconozco la versión exacta, narra la historia que después de la muerte de Stalin, su sucesor al frente del Partido Comunista, Nikita Kruschev, sorprendió a todos haciendo una amplia denuncia de los abusos cometidos por su predecesor, así como de planes bastante perversos de control y represión. En medio del silencio que provocó el estupor, cuentan, se escuchó una voz que debió decir algo más o menos como:"Y dónde estabas tú, camarada, mientras todo eso sucedía". Al mayor silencio generado entonces se impuso el rugido de un furioso Kruschev increpando: "¡¿Quién dijo eso?!" (conozco otra versión donde Kruschev suena tranquilo, elegante y conciliador, pero me gusta más la del rugido). Nadie se atrevió a contestar o moverse; entonces agregó Kruschev, recuperando la compostura: "En ese mismo lugar, y en esa posición estaba yo, camarada".

Me pregunto cuántas conciencias inconformes se esconden detrás del uniforme que la Burda Mafia ha impuesto en reemplazo a los símbolos institucionales; me pregunto cuántos dirán algún día: "yo tampoco estaba de acuerdo, pero tenía miedo de hablar".

Pienso en todas esas personas que se ven impelidas a asistir a la Normal con su camiseta con el escudo del sindicato como uniforme y símbolo de identidad, subrepticia contraseña que permite el acceso a los espacios de la institución. Me imagino a una persona (en realidad me imagino a una secretaria u otra mujer del personal de apoyo) que, distraída, deja pasar a X sin saludarle; entonces, su colega que le acompañaba al minisuper para comprar un refresco le increpa desde el borde de la incredulidad absoluta: "¿por qué no saludaste a X?, se te quedó viendo y tú no lo pelaste"...

Siento ahora mismo cómo siente ella un escalofrío que le recorre la espalda y le llena el estómago de mariposas y gusanos que se retuercen hasta la náusea; y piensa en el pago del nuevo refrigerador que comprometió pensando en la seguridad prometida del contrato en la Mixta... votó... pasó por alto, e incluso bromeó con los avances de X... y ahora, por una distracción...

Me la imagino el sábado siguiente, buscando primero y portando después, casi con ansiedad y desesperación, el uniforme que grita que sigue siendo incondicional, que está dispuesta a cooperar, a participar. Esperará pacientemente cerca de la puerta la llegada de X, se hará la aparecida y exagerará en su efusividad para saludarle. "Mire, le dirá cargado de intención X, yo creí que ya no me quería". "Cómo cree..." , contestará tragándose su orgullo y deseando sonar honesta.

X se alejará inflado de autosuficiencia mientras ella piensa si lo que ha hecho ha sido suficiente para lavar su error y garantizar su permanencia en la Mixta; pensamiento compartido por muchas personas que sábado tras sábado escogerán ponerse la camiseta del sindicato, única prenda lo bastante gruesa como para tapar el miedo a perder el contrato. Auxiliares y docentes: la auxiliaría y la docencia poco importan; lo que importa es ponerse la camiseta.

¿Y tú dónde estabas?

Igual que tú: escondido en el anonimato, detrás de la camiseta.

jueves, 11 de octubre de 2007

Escopetazo

Como tengo mucho sin escribir, y tengo un montón de temas que amenazan con quedarse para siempre en el tintero, lanzo un efusivo escopetazo.

Perdigón. Después de mucho tiempo de movimientos desordenados, "El extraño regreso de Eva Piñón" ha marcado con su signo a la Normal, pues ahora sí se nota una mano que mece la cuna y pone orden en, al menos en eso, la apariencia de la escuela. Eva no es mi exdirectora favorita, pero debo reconocer que sabe hacer bien las cosas y su estilo de actuar ordenado, ahora que ha sido nombrada subdirectora administrativa, viene a ser un respiro en medio del caos al que ya nos tenía acostumbrados la administración de mi muy querida pero poco efectiva Lety.

Perdigón. Me dio mucho coraje enterarme de la resolución de amparo que sacó de la jugada al hoy exdirector de la facultad de Leyes de la UANL. Con todo y su cacareada autonomía, los universitarios demostraron que ésta no es una patente de corso para abusar del poder, y lograron detener la imposición que supuso la manipulación malintencionada del reglamento interno para favorecer a un candidato. En nuestra Normal se manipularon descaradamente los estatutos para construir una aplanadora electoral que nos partió media madre en las elecciones sindicales; y nosotros, en vez de tomar un camino legal para enfrentar las cosas, nos pusimos a jugar a los partiditos de juguete y a las mentadas de madre que, aunque sean muy reconfortantes y estimulantes, no sirven para una jodida.

Perdigón. Quedó impresionante el paseo Santa Lucía, con todas sus instalaciones anexas, y el alud de espectáculos y eventos que han inundado a Monterrey constituyen una oportunidad única de vivir la cultura. El único "pero" que yo le pongo a todo esto es que me parece una vacilada eso de "Forum Internacional", porque los únicos extranjeros son los invitados y contratados. De verdad que yo esperaba, hace tres años, que vería mi ciudad llena de extranjeros, lenguas y culturas; pero de eso nada. Es más: la proyección no pagada (en diarios y publicaciones en línea) es prácticamente nula. Por más que busco en periódicos en línea, nacionales y extranjeros, cobertura al Forum, nadamás no encuentro nada. Bueno: los periódicos nacionales le conceden mayor relevancia al festival de películas del Santo en Santejeringuitodeatrás que al Forum.

Perdigón. Igual a vacilada suena eso del examen antidoping en las escuelas. Me pregunto: ¿son brutos para expresarse?, ¿o de verdad piensan que el consumo de sustancias nocivas otorga una ventaja especial a algunos estudiantes para destacar sobre aquellos que no las consumen? Porque se supone que eso es el "doping", y si consumir algún tipo de droga hace que los estudiantes sean más brillantes, o eficientes, besables... vaya, amable-e-e-es... pues vamos preguntándoles qué toman, para incluirlo en los desayunos escolares.

Desperdigadera: Lee la revista digital Muy Interesante, está muy buena. Fui a ver un ballet de Filipinas y parecían una mala película de Mel Brooks o una buena de Ed Wood; una mezcla increíble e inverosímil de manifestaciones culturales: bailaores vestidos de chinos, taiwanesas bailando como jarochas y un grupo que parecía una mezcla de estudiantina con tambora sinaloense. Estoy yendo a caminar a Chipinque en las mañanas y es una experiencia que recomiendo a todo mundo (como subir por las veredas cuesta un huevo, yo mejor me voy por la carretera). No sé bien a bien porqué voy a ir a ver a Sabina y a Serrat, si son un par de viejitos que ya no cantan nada; mejor debería de comprarme un par de discos de cuando sí cantaban. Aprovecha los espacios y eventos del Forum: difícilmente se repetirá un acontecimiento igual en muchos años.

Por eso debería de escribir con más frecuencia.

sábado, 29 de septiembre de 2007

Kekuleña

Cuenta la leyenda que, completamente agobiado por el problema, August von Kekulé encontró la solución a la estructura del benceno en un sueño en el que dos fieras serpientes se mordían una a otra la cola, generando una figura circular (otra versión que leí habla de una sola serpiente mordiendo su propia cola). El episodio ha pasado a la historia como "El sueño de Kekulé".

La imagen de la serpiente mordiendo su propia cola aparece en múltiples simbologías orientales antiguas como una representación de un universo cíclico (el eterno retorno y la condena inevitable a repetirse a sí mismo como convicciones culturales). Esa misma imagen se me ha presentado recurrentemente, no en sueños; sí en las posibles construcciones con las que pretendo interpretar un fenómeno mucho más banal que el discurrir del universo: el fracaso educativo.

Cuando Marshall McLuhan afirmó que "El medio es el mensaje", aludía a la fuerte e inevitable influencia que el medio seleccionado le confiere a la forma que adquiere el mensaje (no puedo poner animaciones en un libro impreso, pero es un desperdicio no agregar animaciones a un mensaje multimedia). Lamentablemente, las palabras (por lo demás sumamente influyentes) de McLuhan han sido interpretadas libremente como una autorización cultural para otorgar mayor importacia al medio o a las formas que al mensaje o contenido.

Y mira a qué me refiero: cuando a los estudiantes de secundaria se les pide que busquen, seleccionen y organicen información para hacer resúmenes, y que después usen esos resúmenes en un producto público, como un tríptico o un periódico mural, el propósito es que aprendan a buscar, seleccionar, organizar y resumir información; no que aprendan a hacer trípticos o periódicos murales. Lo malo es que muchos educadores (autores de libros y asesores técnico-pedagógicos incluídos), le otorgan mayor relevancia a la elaboración de la forma que a la construcción del contenido. McLuhan mal interpretado. Esto ocurre en primer grado de secundaria.

Por otro lado, al llegar a séptimo semestre, los estudiantes normalistas deben elaborar un Documento Recepcional cuya principal característica es que se trata de un ensayo reflexivo (hay muchos tipos de ensayo) sobre su experiencia docente a lo largo del séptimo y octavo semestres de práctica profesional. Pues resulta que en mi Normal ya muchos alumnos estaban elaborando su documento aún antes de tener la primera sesión de práctica docente. El problema es que los focos de atención para la mayoría de los Asesores (así nombran a los docentes responsables de los alumnos en Servicio Social) son: ortografía, formato de citas (de acuerdo a las intolerantes normas APA), cantidad de páginas y márgenes; es decir: forma por sobre todo.

¿El contenido? ¡Já! Se requiere de cierto nivel académico para revisar y corregir contenidos. Lo otro se revisa con un diccionario y con una regla en la mano.

¿Ves? Ahí está una hermosa serpiente dorada y brillante. Resplandeciente en la belleza de su forma y sus ornamentos, pero completamente hueca. No es un augurio de progreso; es un símbolo de repetición: así como en el principio en el final (retruécano lastimero de la mediocridad). No muerde su cola para inspirar la transformación, sino para tragarse a sí misma y convertirse, a mediano plazo, en su propia mierda.

Y aún preguntarán si la cantidad es la correcta.

martes, 25 de septiembre de 2007

Cultísimas personas

En una computadora de la Normal:


Nada más qué decir.

lunes, 24 de septiembre de 2007

We are the champions

El día de hoy por la noche me encontraba sentado en la biblioteca, realizando algunas actividades personales, cuando se abrió la puerta de manera poco usual (no sabría definirlo; no se trató de un acto violento, pero sí fue diferente a la forma en que habitualmente se abre una puerta). Poco a poco, pero de forma constante, decenas de jóvenes, hombres y mujeres, comenzaron a llenar el espacio, ocupando los muchos asientos disponibles. Uno de ellos me preguntó amablemente que si podían tomar las sillas que yo no estaba ocupando, a lo que accedí.


Después me enteré de que son alumnos de primer semestre que están protestando por algo que no sé aún (pero prometo averiguar) y en consecuencia se niegan a tomar clases. Me di cuenta de que están bastante unidos, aunque se mueven bastante en el desconcierto.


Pero lo que me llamó la atención, y me motiva a escribir este texto, es la sensación que me provocó la llegada en orden de esas oleadas de jóvenes brillantes (no olvides que fueron los mejor calificados en un examen de admisión que dejó a mucha gente fuera) a la biblioteca; tan decididos, tan ordenados... tan de película.


Al verles entrar vinieron a mi mente los acordes, la letra y la emoción de Queen interpretando “We are the champions”; me habría gustado tener mi cámara en la mano para grabarles.


Después pensé que me recordaban alguna escena vista en una película; tal vez, me dije, de alguna manera me recuerdan aquel glorioso momento de “La sociedad de los poetas muertos” donde todos los estudiantes se suben a los escritorios como homenaje a su querido maestro inadaptado social y cultural; pero no.


Entonces, como un relámpago impío, la luz se hizo en mi mente: la película que me recordaron fue “La venganza de los nerds”.


Que pena; pudo ser heróico.

jueves, 20 de septiembre de 2007

Confianza ganada

El volante reza así: "Aviso importante. Proximamente SE REESTRUCTURARÁ EL SERVICIO DE INTERNET y para que tengas salida a internet el departamento de informática necesitará que tengas el siguiente dato de tu laptop a la mano." Continúa después con una serie de instrucciones para localizar la dirección física del adaptador inalámbrico.

Tengo muchos años usando Internet. He contratado todo tipo de cuentas. Me he conectado inalámbricamente en muchísimos lugares... y nunca me habían pedido ese dato. "¿Cuál sería el riesgo de proporcionar este dato?" Pregunta hecha a alguien que sabe mucho más que yo de computadoras. "Pueden entrar libremente a tu sistema, revisar todo lo que tienes, incluso modificar cosas sin que te des cuenta.", es la respuesta. "Sólo debes proporcionarlo a gente en la que confías plenamente; es como entregar todas tus contraseñas.", concluye.

Recuerdo que uno de los grandes triunfos del departamento de informática ha sido detectar alumnos que visitaban páginas con contenido considerado inapropiado. Aún resuenan los ecos de aquella gran batalla verbal contra el alumno que estaba viendo pornografía y fue enfrentado por los agentes de la policía informática en su propio salón. Las restricciones para navegar y visitar sitios que ELLOS consideran "no adecuados" son reguladas por medio de un proxy que filtra por igual a alumnos y docentes ("Aquí no hay preferencias para nadie", dice el Secretario General de la Institución, mientras veo cómo las secretarias, directivos y empleados de informática navegan por sitios que para mí están vedados).

¿Confiar en quienes ya monitorean y regulan lo que puedo hacer en Internet, y aún así piden más? ¿En una escuela donde el 90% del software que se usa es ilegal y se usa el conocimiento informático para ocultarlo? ¿En un lugar donde ya se habla claramente de lo dañinas que son las ideas para el desarrollo profesional? (Sólo el discurso oficial mantiene la falacia de la apertura) ¿En quienes han hecho todo lo posible por ocultar sus manejos financieros y todo aquello que por Ley debería ser transparente? ¿Donde los beneficios laborales están supeditados a la sumisión ideológica? ¿Donde venganzas personales pueden resolverse con el uso de la fuerza institucional?

No lo creo, Gran Hermano. No me interesan tus justificaciones. Quédate con tus dádivas. Yo tengo Internet en casa; y en todo caso, en la Macroplaza es gratis y no me piden que ponga mis intimidades a su vouyerista (y temo que perversa) disposición ("¿Y por qué lo ocultas?" / "¿Y por qué te lo tendría que mostrar?").

Cuida tu karma.

Besitos.

martes, 18 de septiembre de 2007

Textos sentidos y sentido textual

Dos procesos, diferentes y deseadamente simultáneos que, sin embargo, suelen presentarse de manera aislada o simplemente no se presentan. Me refiero a la comprensión y a la recepción como procesos que se dan en la relación entre texto y lector. En forma simple, la comprensión se da cuando entendemos (incluso cuando interpretamos) el contenido de un texto; la recepción se refiere a la capacidad del lector para construir un sentido personal a partir del texto (en cambio, la reconstrucción del sentido que trató de plasmar el autor en su texto es una tarea de la hermenéutica, cosa que poco importa al grueso de los lectores).

Visto de otra manera: puede ser que escuche una canción y le entienda perfectamente, pero su mensaje me sea completamente indiferente, hablamos entonces de comprensión sin construcción de un sentido; por el otro la'o, en ocasiones me fascina una canción en inglés que no entiendo pa' na', pero me parece muy emotiva (-¡No pongas esa, porque me meo! -¿Qué dice? -No sé, pero me meo.), entonces estoy viviendo un proceso de construcción de un sentido, aunque no tenga la menor proximidad con la comprensión del mensaje, cuyo contenido es generalmente intuido a partir de un título. Por cierto, algo parecido me pasa a mí con las canciones de Alejandro Sánz, me gustan mucho, pero el puto habla como si tuviera diarrea en una fila de 20 antes de llegar al baño, así que habitualmente no le entiendo ni madres.

La recepción o construcción del sentido es un proceso que se manifiesta con mayor facilidad en la relación con los textos poéticos. He tenido alumnas de secundaria que alucinan fervorosamente con los poemas y sonetos de Sor Juana, aunque no les entiendan "jota". Hay gente que puede enamorarse de libros que no ha leído completos. También hay gente que habla de los libros como si los hubiera leído, aunque sólo saben de ellos lo que han escuchado o leído en las solapas, pero eso es otra cosa.

Lo otro, lo de comprender sin llegar a la construcción de un sentido, es frecuente que se presente en relación con los textos informativos, como en el caso de las noticias: te enteras de que algo ocurrió, entiendes perfectamente qué ocurrió, por qué, y qué consecuencias tuvo, pero no te significa nada en lo personal, te tiene sin cuidado. Como cuando muchos maestros presentan su tema y los alumnos dicen por lo bajo: "Sí, sí. Eso está muy bien, pero para qué carajos nos sirve".

Leí este domingo un texto de Pérez Reverte que me ayudó a resignificar en lo personal la importancia de comprender y otorgar un sentido a los textos (el sentido, ¿se otorga o se extrae? de eso te hablaré posteriormente). Cito (el remarcado es mío):
Estoy sentado en una terraza, leyendo junto al viejo puerto del castillo del Huevo, en Nápoles. Y me digo que los libros sirven, entre otras cosas, para amueblar paisajes. Llegas a tal o cual sitio, aunque nunca antes hayas estado allí, y las páginas leídas permiten ver cosas que otros, menos afortunados o previsores, no son capaces de advertir. Un islote despoblado y rocoso del Mediterráneo, por ejemplo, es sólo un pedrusco seco cuando quien lo contempla desconoce las peripecias de Ulises y sus compañeros. Sin Lampedusa y su Gatopardo, Palermo no sería más que una calurosa e incómoda ciudad siciliana. Quien viaja a México ignorando los textos de Bernal Díaz del Castillo o de Juan Rulfo, no sabe lo mucho que se pierde.
Entonces, como me han dicho que escribió Freyre (yo nunca lo he leído): "Leer no es sólo leer-leer, es transformar el mundo a través de lo leído". Perdóname si la cita no es textual, en todo caso, supongo que es el sentido el que prevalece; y de eso estamos hablando.

Mucho texto para un post. Leete a Oscarín, le rinde un homenaje muy sentido a su padre; leete a Ileana, habla de una maravilla de experiencia en la forma en que puede hablar de una experiencia maravillosa quien la sabe reconocer; leete a Josué, nos platica lo que ocurre con la gente que se anquilosa en sus anquilosadas prácticas docentes; leete un libro, te habla al oído. Y si quieres leerte a Reverte, aquí te dejo la dirección: Artículo completo.

sábado, 8 de septiembre de 2007

Punto de lectura

Ayer, gracias a Gloria, conocí la página de Punto de lectura.

www.puntodelectura.com

Para contextualizarte: Se trata de una colección que maneja bajos precios en la edición de textos tanto consagrados como nuevas propuestas. Forma parte del consorcio de Alfaguara.

Pero lo más interesante es que ofrece, además de un amplio catálogo bibliográfico que es altamente accesible a cualquier bolsillo (no seas tacaño, compra libros), la oportunidad de leer las primeras páginas (en ocasiones bastantes) de muchas de las obras que se han publicado.

Si te animas a visitarla, te recomiendo que revises el apartado de inéditos. Si te encuentras algo que realmente consideras que vale la pena, no dejes de comentármelo.

Por ahora, yo estoy leyendo "La inmortalidad" de Milán Kundera (Tusquet Editores), y sí lo recomiendo.

¿Qué estás leyendo tú?

viernes, 7 de septiembre de 2007

Flashback III

¿Todo mundo miente? ¿O sólo miente quien espera sacar provecho de la mentira?

Originalmente publicado el 2 de abril de 2003:


De apariencias que engañan II

Continuo con mi valiosa aportación cultural al espacio de los conocimientos inútiles que todo individuo debe poseer para demostrar que sabe cosas que no sirven para nada. Hoy nos ocuparemos del vocablo alemán kitsch.

Kitsch: Umberto Eco, en su ensayo Estructura del mal gusto (Apocalípticos e integrados, Lumen, 1999), toma la explicación de Ludwig Giesz; cito: «la primera aparición de la palabra data de la segunda mitad del siglo XIX, cuando los turistas americanos que deseaban adquirir un cuadro barato, en Mónaco, pedían un bosquejo (sketch). De ahí vendría el término alemán para designar la vulgar pacotilla artística, destinada a compradores deseosos de fáciles experiencias estéticas».

Por su parte, Milán Kundera llama kitsch a las acciones gubernamentales tendientes a ocultar la realidad del estado; con obras fastuosas que no resuelven nada, discursos optimistas pero falsos que pretenden negar los problemas sin resolverlos, con actitudes paternalistas y protectoras que difieren la búsqueda de soluciones; en suma: ocultando la incompetencia con apariencias.

Entendido de esa manera, es kitsch regalarles bicicletas a los niños pobres para que lleguen a las escuelas que están lejos en lugar de ofrecerles alternativas más accesibles de educación; es kitsch decir que la economía del país está mejor que nunca cuando esa mejora se encuentra lejos de los bolsillos de los ciudadanos; es kitsch gastar cantidades ofensivas del presupuesto estatal en un puente atirantado cuando existen graves problemas de vialidad no resueltos; es kitsch decir que Nuevo León tiene el primer lugar en educación del país haciendo una manipulación de los resultados de evaluaciones que no tienen nada que ver con el rendimiento escolar del estado; es kitsch el uso de términos como "unidad", "amistad", "diálogo", "democracia", "participación" en el contexto de sistemas autoritarios y cupulares.

A diferencia del snobismo, que puede llegar a resultar cómico y hasta simpático, el kitsch raya en los umbrales de la perversión, pues está constituido por acciones intencionadamente orientadas al engaño y a la manipulación. Yo me atrevo a afirmar que actualmente, tanto a nivel nacional como local, estamos viviendo en la cultura del kitsch, y lamentablemente cada vez cuenta con más seguidores.


Aclaro que se trata de una transcipción. En el presente cambiaría algunas afirmaciones, pero entonces estaría haciendo trampa contra la memoria.

Total: el kitsch no se acaba.

miércoles, 5 de septiembre de 2007

Do it, do it, one more time...

Humberto Cueva, de quien tantas cosas tanto buenas como tanto malas he aprendido, solía despotricar (mas no necesariamente profesar) contra el actividismo (en realidad él lo llamaba "activismo", pero la palabra me parece inoportunamente cargada de significados muy oportunistas); me gusta más mi recién acuñada: "actividismo".

Uno de los principales fallos que podemos detectar en la actuación de una gran cantidad de docentes es la inexplicable compulsión a llenar cada segundo de la sesión con actividades, tengan éstas relación con el logro de propósitos y objetivos o no. Esta es la actitud que llamo actividismo: el afán por llenar horas-clase con actividades hasta la saturación.

Y es que hay mucha gente que sigue pensando que la principal misión de los maestros es mantener a sus alumnos ocupados para que no le estén jodiendo el alma al prójimo. En el colmo del exceso actividista, toda actividad de reflexión, incluso de autorregulación o metacognición, debe ir respaldada por una cantidad abundante de evidencias físicas.

Digo, sólo para contextualizar el peso de la crítica: cuando decides, por ejemplo, si la pizza que vas a ordenar será de jamón o de salami ¿haces un cuadro comparativo de características, o un mapa conceptual, o un tríptico? De ese tamaño son los absurdos en que se cae cuando te esfuerzas por dejar evidencia de cada paso en un proceso cognitivo como, entre muchos otros, la construcción del conocimiento.

A principios del siglo XIV, Guillermo de Occam postuló el principio: Entia non sunt multiplicanda praeter necessitatem, que puede traducirse como: No multipliqueis innecesariamente los entes, o No ha de pretenderse la existencia de más entidades que las necesarias. Esto, dicho en un lenguaje llano, significa que deben preferirse las soluciones sencillas (llamadas parsimoniosas o económicas por la ciencia) sobre aquellas que requieren mayor esfuerzo intelectual para su explicación.

En docencia es lo mismo. En ocasiones, una pregunta oportuna, un comentario bien planteado, o una explicación clara y breve, pueden reemplazar, e incluso superar, a una secuencia extensa de actividades como recurso didáctico para el logro de unos aprendizajes. El parámetro debe ser el logro de los propósitos educativos y no la necesidad de mantener a los alumnos ocupados.

Digo, si lo que quieres es entretener adolescentes (o adultos), contrátate en un salón de fiestas como animador-a.

Lo más sencillo es lo que mejor funciona y menos se descompone.

Cañonazos

Tengo que aceptar que me gustan mucho las modificaciones de infraestructura que se están haciendo en la escuela donde trabajo. Viejos e incómodos salones están siendo reemplazados por cómodos espacios diseñados y amueblados con buen gusto y funcionalidad. Espero tener la oportunidad de trabajar en alguno de esos espacios algún día.

Si a las tareas académicas se les pusiera la mitad del empeño, libertad y funcionalidad que se le otorga a las cuestiones materiales, otra sería la Normal que tenemos. El problema es que el Comité Ejecutor del STENSE tiene secuestrada a la academia y a la administración y, junto a gente valiosa y competente (que sí la hay; la Normal no ha sobrevivido y crecido sólo por bondad divina), se desempeñan personas sin más talento que la precisión aduladora que se encuentran cobrando la cuota de puestos del sindicato.

Este año seré asesor de alumnos del cuarto año de la carrera. Si bien sería un exceso de autoadulación decir que se trata de un acierto de la administración, sí puedo afirmar que mi inclusión en el cuerpo de asesores, así como la de mi nadasimpáticoparalaburdamafia compañero, Gilberto, es evidencia de un intento por comenzar a hacer las cosas de un modo diferente. Por ahora, esos son los hechos; después veremos consecuencias e implicaciones.

Quienes me conocen saben que profeso un muy marcado afecto hacia Lety (incidentalmente mi actual directora), aunque no me tiente el corazón para criticarla. En esta ocasión tengo que decir que me siento contento de ver que algunas cosas le están saliendo bien. Incluso estoy contento de que se me de la oportunidad de entrar en un espacio que si bien no es ningún premio (tengo que trasladarme largas distancias sin contar con protección laboral contra accidentes o daños a mi coche, no me apoyan con el combustible, y tampoco con el mantenimiento que se hace necesario en periodos más cortos de tiempo), me permite agregar mis aportaciones y puntos de vista a una tarea que parecía agotada.

Quien no me conozca pensará que ya recibí un buen "cañonazo" de esos que mueven conciencias y suavizan opiniones.

Ya veremos la próxima vez.

viernes, 24 de agosto de 2007

Color "olach"

Como maestro de español en secundaria, procuro estimular la creatividad y el respeto a la individualidad de mis alumnos, todos ellos de tercer grado. Como cada año, este inicio de ciclo solicité forraran su libreta con una colección de recortes seleccionados por ellos mismos a manera de los "collages" que frecuentemente elaboran en artísticas...

-¿Un qué, profesor?
-Un collage (enfatizando, por supuesto, la pronunciación a la francesa)... lo voy a escribir (lo escribo).
-¿De lo que yo quiera, profe?
-De lo que quieras, menos de viejas o viejos encuerados. Tampoco "gore" (al menos uno puso cara de decepción; malo el cuento).
-¿Qué es gore?
-Sangre y tripas...

También les indiqué que en la contraportada deberían incluir un texto breve de su agrado. Al momento de la revisión hubo de todo, pero sobre todo composiciones con jugadores y símbolos del equipo de futbol de los Tigres de la UANL. Igualmente, entre los textos más repetidos se encuentran los cantos relacionados con ese equipo.

Como siempre, algunos alumnos no cumplieron con la asignación. Causas y pretextos sobran, pero hubo uno que me pareció particularmente memorable:

El que sigue... Yo, maestro, no la traje. ¿Cómo te llamas? Christian, maestro. ¿Por qué no la trajiste? Porque mi mamá fue a la papelería y le dijeron que no conocían ningún color olach...

-¿Qué no conocían qué...?

-Es que mi mamá fue a la papelería a comprar las cosas para la escuela, y yo le había dicho que usted encargó que forráramos la libreta de color olach. Pero el señor de la papelería le preguntó que qué color era ese; que no tenían ningún color olach. Por eso no la traje.

-Christian...
-¿Qué?
-Vete a sentar, por favor...

Como maestro de español en secundaria, procuro estimular la creatividad y el respeto a la individualidad de mis alumnos... pero a veces me doy contra la pared.


Al menos no le vendieron papel para envolver regalos.

Powered by ScribeFire.

jueves, 23 de agosto de 2007

¿H4BL45 E5P4Ñ0L?

Cada vez resulta más alarmante la baja de la calidad del desempeño de los maestros de español y de matemáticas en el país. Aquí está una nota que aparece el día de hoy en el Universal:
Los maestros, “más débiles” en matemáticas y español
Nurit Martínez
El Universal

Jueves 23 de agosto de 2007

Jorge Santibáñez, director de la Unidad de Planeación de la SEP, dijo que con base en la Prueba Enlace se identificó que matemáticas y español son las “mayores debilidades” académicas de los maestros.

Entre los resultados del examen, que hoy se presentarán, se detectó que 12 mil 800 maestros de 130 mil escuelas están en condiciones de “vulnerabilidad y debilidad” en su formación en esas asignaturas.

El número de profesores que resultaron con deficiencias equivale al total de maestros de primaria en Baja California.

En entrevista con este diario Santibáñez dijo que la SEP creará un programa de capacitación para profesores en esas disciplinas.

En cuanto a los alumnos evaluados, entre 7 y 8% de un total de 11.5 millones de estudiantes de educación básica lograron resultados “muy satisfactorios”
En este punto no me es posible seguir sosteniendo que las cosas se están haciendo mal solamente en la escuela donde trabajo. Hay evidencias de que la baja en la calidad docente es un fenómeno nacional, entonces hay que replantearse las preguntas que dan origen a la crítica: ¿Qué está provocando la baja de la calidad de los docentes? ¿A quién interesa que el nivel educativo se mantenga bajo en el país? (o, en su defecto ¿Quién está usando a la educación para fines personales que considera más importantes que la calidad educativa?), ¿Qué se debe hacer para abatir el rezago educativo?

Difícilmente encontraremos las respuestas exactas a estos planteamientos en una sociedad tan políticamente mediatizada como la nuestra. La mediocridad no es patrimonio de la educación ni de nuestra generación; se trata de una construcción sistémica y sistemática que ha avanzado y crecido pese a las voces de alerta que en distintos momentos se han alzado (mercantiles mamadas "moderatenses" al margen).

¿Esperamos a que venga el "disparo de nieve" que lo limpie todo, o comenzamos a hacer cada quien lo suyo?

http://www.eluniversal.com.mx/nacion/153542.html

lunes, 20 de agosto de 2007

¿Para quién escribes?

La semana pasada estuve charlando con Oscar, Lucy y Guillermo en la Normal. En el transcurso de la plática, Guillermo se manifestó sorprendido de que a mí no me "digan nada" por mis escritos, mientras que él ha sido objeto de una innegable represión y marginación por parte de la administración y el Comité Ejecutador del STENSE a causa de las ideas publicadas. Hay razones.

La diferencia fundamental, por supuesto, es la cantidad de lectores; mientras que los textos de William se difunden entre miles de lectores, los míos apenas llegan a un par de decenas. De tal manera que es sabido que una idea expresada por Guillermo será difundida y comentada en amplios círculos de reflexión y crítica; sus ideas serán (de hecho son) largamente glosadas y repetidas; y ese es un tipo de cosas que disgusta ampliamente al poder, y en un contexto de tanta difusión a nadie extraña la reacción que, si bien es vista como represión y abuso de poder (o de autoridad según sea el caso), es esperada.

Otra diferencia es el destinatario de los textos. Mientras que mi amigo Willy (previamente liberado, por supuesto) escribe pensando en un amplio auditorio, ante el que posteriormente promociona la aparición del nuevo y esperado producto cuyas características, como la fórmula tradicional de la Coca Cola, no pueden variar mucho (o la patria, sus amigos y Doña Tota la de las gorditas os lo demande); yo escribo para apenas un par de conocidos y otro par de desconocidos cuya atención difícilmente tengo garantizada más allá de la tercera línea. Esta circunstancia me proporciona una libertad de acción y de vociferación muy cómodas.

Mis textos son leídos únicamente por mis amigos (no me tolerarían de otra manera). Si alguien más lee lo que escribo, lo hace bajo su riesgo y por su propia voluntad y, como nadie le obliga a entrar, no tiene derecho a sentirse ofendido. Existe, sin embargo, la opción de disentir. Si alguien no está de acuerdo con lo que escribo, lo puede manifestar públicamente en forma abierta o anónima. Es una de las bellezas de la www2; que podemos comunicarnos más, mejor, y en forma más democrática.

Finalmente, Guillermo, en tanto figura literaria, tiene la obligación moral de convertirse en un personaje polémico que permita posteriormente la configuración de una biografía sabrosa; yo... apenas sí soy uno de tantos grafógrafos cibernéticos. Así que, a pagar la cuota de la posteridad, mi querido Memo.

O como decía Gila: "¡Qué se ponga!".

jueves, 16 de agosto de 2007

Capacitación de a mentiritas.

El día de ayer (15 de agosto) tuvimos nuestra primera sesión de capacitación en los TGA's, que son cursos que se nos ofrecen voluntariamenteagüevo cada año a los maestros en servicio en educación básica. Este año el tema es "formación en valores". No sé si sepas que los talleres están programados para abordarse en tres días; pues en mi escuela secundaria "francamente, querida, les importó un maldito bledo" y el taller de tres días se trabajó íntegramente en un solo día. Eso de íntegramente es un decir; en realidad nos limitamos a llenar los formatos necesarios para completar el expediente de "productos del taller". Esta práctica, dicho sea de paso, se encuentra ampliamente difundida entre las escuelas de Nuevo León. Los otros dos días se emplean para la elaboración del Proyecto Escolar.

El problema está en que todos los esfuerzos de capacitación docente han fracasado sistemáticamente en nuestro estado por dos motivos principales: No se les da la importancia que les corresponde, y los capacitadores suelen hacer un mal trabajo. Eso nos pasó este año: los propios capacitadores no entendían los temas ni el sentido de las actividades. Se llenaron formatos con especulaciones ajenas a lo esperado en los propósitos del taller y nunca se llegó al diseño de los esperados "Trayectos formativos en valores"; es más, nadie en mi escuela se enteró de qué diablos es un trayecto formativo.

Algo similar ocurrió el año pasado, y el anterior, y el anterior... en mi escuela y en las escuelas de mis conocidos. No sé si esa forma de enfrentar la tarea de actualización sea aplicada también en otros estados, pero si estoy seguro de que ahí está una de las causas de los bajos niveles de desempeño académico de las escuelas de Nuevo León.

En las páginas del Pronap y de la Dirección General de Formación Continua para Maestros en Servicio puedes encontrar información sobre los trayectos formativos, su naturaleza y su utilidad.

sábado, 11 de agosto de 2007

Desviaciones del ocio

De repente uno se pierde en su mundito y cree que de verdad ese es el mundo.

Andando blogueando me encontré con estas dos joyas regiomontanas:

http://revistadecomics.blogspot.com/
http://caballonegro.blogspot.com/

Las dos están buenísimas, pero la del Caballo Negro está de toda su pocamadre. Por cierto, aparentemente es uno de los blogs más populares en español... y uno creyendo que está escribiendo la mera neta del planeta...

Lo bonito de lo bonito

Del Milenio de hoy:

Monterrey, N.L.
Preocupan resultados a la SE
Falla Nuevo León en educación secundaria

El panorama escolar de Nuevo León se vive entre claroscuros: por una parte, los alumnos de primaria pusieron en alto el nombre del estado al colocarlo en el primer sitio en el Examen de Calidad y Logro Educativo (Excale) para el tercer grado; sin embargo, el nivel desciende en la secundaria hasta alcanzar el lugar número 20.

Y es precisamente la educación secundaria la que ha causado inquietud en los responsables de la educación, pues de acuerdo con la prueba ENLACE, Nuevo León ocupa el lugar 20 en la asignatura de Matemáticas.

Ayer el secretario de Educación, Reyes Tamez Guerra, reconoció la falla. “Sí, hay bajos resultados, tenemos que tener mejor resultado en secundaria, tanto en español, como en matemáticas, pero sobre todo en matemáticas”, indicó Tamez Guerra. Pero en el caso de primaria el estado, junto con el Distrito Federal y Baja California, están por encima de la media nacional en cuatro asignaturas.

Monterrey • Adriana Esthela Flores

Claro que los responsables dirán que eso no tiene nada que ver con lo que está pasando en la Normal Superior desde que se implementó el Plan '99.

Ojo: en los otros estados también se está aplicando el mismo plan y se está haciendo con menos lana.

Ahí está la dirección de la nota para que no digan que me la inventé:
http://www.milenio.com/monterrey/milenio/nota.asp?id=541578&sec=1



Powered by ScribeFire.

jueves, 9 de agosto de 2007

Flashback II

El 24 de marzo de 2003 inicié con una terna de textos dedicados a resaltar conductas que son usadas para ocultar carencias u oscuras intenciones. Tres fueron los tópicos abordados: el snobismo, el kitch y el ladinismo. En su momento, mi intención era resaltar la actitud simuladora que comenzaba a permear en las actividades académicas, administrativas y políticas de la Normal Superior. Tal vez ahora, que las denuncias se hacen en voz alta y a muchas voces, mis textos de entonces parezcan tímidos, pero en su momento, insisto, trataron de ser una voz de alerta ante la previsible caída de nuestra institución en el hoyo de la mediocridad.

Transcribo con ejemplos y alusiones que pueden parecer descontextualizados, pero que en el fondo mantienen la misma crítica a lo que en su momento era una sutil amenaza. Insisto en no poner los nombres de las personas en que estaba pensando al escribir porque ni son todos los que están ni están todos los que son. Ya me contarás en quién piensas al leerlos.

De apariencias que engañan

Snob, kitsch, ladino, cursi... ¿Qué tienen en común estos vocablos? Que describen, de una u otra manera, actos de simulación por parte de individuos o instituciones que tratan de ofrecer una imagen que no corresponde con su realidad. A partir de esta semana y como un servicio a la comunidad, paso a pasar a decirles de qué se trata cada uno y cómo identificar su presencia en el mundo cotidiano.

Snob: En la Inglaterra de la Revolución Industrial, y gracias precisamente al auge de la industria en manos de plebeyos que se convirtieron en los nuevos ricos del país, las universidades más conservadoras (anteriormente reservadas sólo para la nobleza) se vieron en la situación (¿necesidad?) de aceptar a los hijos de estos nuevos ricos como alumnos. A fin de mantener un control estricto de privilegios, los alumnos eran registrados con una anotación de Nob., para Nobile (es decir: Noble o hijo de Noble); o de S. Nob. para Sine Nobile (es decir: carente de títulos o antecedentes nobiliarios). Está de más decir que estos S.Nob. se esforzaban por imitar a los Nob. en un esfuerzo por equipararse, pero la falta de cultura, al menos ese tipo de cultura, hacía que sus actos y maneras se vieran forzados y hasta ridículos. Desde entonces se llama Snob a quien pretende comportarse con finura y buen gusto, pero que a todas vistas resulta artificioso por la falta de formación y costumbre.

El o la snob compra arte, pero no tiene la menor idea de la estética y se deja guiar por opiniones de personas "que sí saben", aunque tampoco posee elementos para determinar tal autoridad. Otra práctica común entre los o las snobs es la adquisición de ropa y accesorios de alto costo o marcas reconocidas, aunque suelen ser víctimas de los falsificadores, quienes abusan de la inocencia e inexperiencia de estas criaturas que piensan que si algo es caro es porque es bueno, aunque la calidad no lo justifique.

El o la snob tratará de cubrir su falta de cultura aprendiendo unas cuantas palabras, frases y modismos que considera elegantes o cultas por haberles escuchado o leído en quien es considerado elegante o culto. Tomará estas palabras y frases para usarlas inmisericordemente en cualquier momento o circunstancia. Esta práctica puede llegar a ser efectiva en ciertos círculos donde la verborrea es altamente estimada, especialmente entre grupos de cultura limitada, pero no es un recurso que ofrezca resultados permanentes. Una consecuencia cotidiana del snobismo verbal es la deformación en los términos y en sus significados, llegando a la aplicación completamente inadecuada de expresiones y acepciones.

El mejor antídoto ante la tentación de caer en el snobismo es asumir que, como dice Serrat en su canción "Sinceramente tuyo", Uno sólo es lo que es, y anda siempre con lo puesto. Es mejor la naturalidad y la espontaneidad que la simulación.

Lo malo es que el snobismo que se practica actualmente allí-donde-te-conté se encuentra matizado por un fuerte componente de autoritarismo (que no autoridad).

Besitos. Te bañas.

viernes, 3 de agosto de 2007

¿Dónde vas a estar?

El día de hoy estuve brevemente de visita en mi muy querida y maltratada Normal Superior. Sentado en una banca, puede escuchar, a mis espaldas, un diálogo que se movió aproximadamente en el siguiente tenor:
-¿Dónde vas a estar?
-Voy a estar aquí (en ese momento seguramente señalaba uno de los espacios en uno de los muchos esquemas de distribución de horarios que están pegados en tableros).
-Yo aquí. Hubiera estado mejor aquí.
-Pues a ver cómo nos va.
Se trataba de dos docentes que hablaban sobre su asignación para el siguiente semestre. Lo soso y desesperanzado del diálogo menguó inmediatamente cualquier interés que pudiera haberme motivado a inmiscuirme en lo que no me importa y, en cambio, me hizo reflexionar lo siguiente:

Cuando en septiembre de 1999 se nos informó que obligatoriamente teníamos que comenzar a a trabajar con el nuevo plan y programas de estudio, hubo mucha resistencia. Cuando nos hubimos hecho a la idea, los antiguos colegios disciplinares comenzaron a buscar la forma de adecuar las líneas de especialización y los perfiles de sus integrantes a los nuevo requerimientos curriculares. Al cabo de un año y medio o dos, la situación llegó a cierto punto de estabilización.

Fue entonces cuando, en un acto supremo de desprecio a la razón y de prepotencia, la entonces directora "decretó" que cualquier maestro se encontraba capacitado para impartir cualquier asignatura de los nuevos programas. Para ella, la ausencia de "contenidos especializados" o "ciencia dura" en el currículum era una evidencia de que ya no se requerían especialistas.

"Empoderados" desde entonces los que en su momento fuero sus corifeos, las consecuencias de esa torpeza siguen viviéndose en nuestra institución, en perjuicio de la calidad que debiera tener el servicio de formación de docentes, sobre todo en la modalidad mixta (híbrida que le dice mi esposa). Ya no existen los especialistas, sino asignados; mientras que la mayoría de las instituciones de educación superior se jactan de tener a tales o cuales especialistas con tantas credenciales y tantas publicaciones, en nuestra escuela los méritos se cuentan por semestres de permanencia, es decir por lo que en reemplazo a sumisión llaman disciplina.

El constructivista método de trabajo es muy simple: leer-hacer un ensayo, leer-hacer un mapa conceptual, leer-elaborar un tríptico, etc. Son las formas de trabajo estandarizadas que suelen ser barnizadas con formatos y orlas inutiles desde el punto de vista didáctico, pero impresionantes por la cantidad de papeles que se generan. Entre eso y el exhibicionismo didáctico (exponer cualquier cosa que hayan hecho los alumnos como si fueran auténticos productos de aprendizaje) ha llevado a nuestra Escuela Normal Superior a los niveles de desempeño y rendimiento con que cuenta actualmente.

Y el gasto, hermanito, el gasto. Porque cómo gastan dinero en puestos inútiles y redundantes que sólo se usan para acumular votos y premiar fidelidades políticas en la eternización de un círculo vicioso de preservación del poder. No sé, nadie sabe fuera de unos cuántos coludidos, cuánto se gasta por alumno en la mixta; pero te aseguro que es mucho más de lo que se gasta por alumno en la escolarizada, y todavía muchísimo más de lo que se gasta por alumno en otros estados.

Que suerte tiene nuestra institución de que el gobernador del estado sea un incompetente que designa gente incompetente para hacerse cargo de la educación.

Lo siento, pero la situación es ofensiva e indignante. Pobres alumnos de la Normal Superior. Pobres futuros alumno de los egresados de la Normal Superior... pobre estado sin progreso.

jueves, 2 de agosto de 2007

Oye la radio

Un post breve para platicarte que andando por estos caminos del ciberespacio, me encontré con dos estaciones de radio "made in Mexico" que transmiten exclusivamente por Internet. Las dos ofrecen una programación muy variada y muy interesante.

Fijate que extraño: no estamos hablando de un güerco que está jugando a ser locutor; se trata de equipos de profesionales que se han integrado para lanzar una propuesta de negocio innovador (al menos en México) y que están ofreciendo cosas que no se pueden ofrecer por los canales tradicionales de difusión.

No te cuento más. Te invito a compartir la experiencia de descubrir qué tan bien o qué tan mal están haciendo las cosas. Checa la oferta de programación de cada estación y luego me contarás qué encontraste de interesante para escuchar mientras estás trabajando.

http://www.adrenalinaradio.com
http://litsaradio.com

Una recomendación: si puedes consíguete el Winamp para escuchar las estaciones. Es muy bueno y consume menos recursos del sistema que el Güindous Media. Como mi lapetope se jodió, no sé que programa funcione bien en linux.

martes, 31 de julio de 2007

Flashback 1

El 8 de junio de 2003 escribí en mi web:

"Resulta que me dio mucha risa y, debo confesar, incluso se me movió un poco la ternura, con los estudiantes de la Normal Superior (la nuestra) que en días pasados han intentado hacer uso de la biblioteca para hacer sus tareas y trabajos de fin de curso. Y es que los inocentes no se dieron cuenta de que ese espacio lo tenemos dedicado últimamente a fines más elevados e importantes que su simple e intrascendente preparación académica.

La dirección de la Institución, preocupada por mejorar la calidad del servicio educativo y formativo que se brinda en esta escuela, ha organizado una serie de reuniones con los diferentes colegios y sectores con el fin de darles a conocer, e invitarlos a participar, en el PROMIN, que es un programa nacional para el mejoramiento de las escuelas normales en todo el país. Se trata, más o menos, de preparar unos buenos programas que demuestren (al menos en el papel) que estamos mejorando el nivel académico y de servicio. Si todo queda bien nos van a apoyar con una buena lana que nos permitirá seguir inaugurando espacios y hacer mejores y más cómodas oficinas; también es posible, sólo posible, que se arreglen algunas aulas y se compre algo de mobiliario escolar como lo han hecho en la Secundaria 10 sin ningún programa nacional; pero no lo den por hecho.

Es cierto que en el proceso se tienen que tomar algunas decisiones como suspender clases y cerrar espacios de servicio; pero los estudiantes tienen que entender que hay prioridades y que nadie les manda dejar las tareas para hacerlas en la escuela; en todo caso, si necesitan libros cómprenlos; si quieren estudiar, pues estudien, ¿quién los detiene?"

¿Qué ha cambiado desde entonces aparte del nombre del programa y de la directora?, ¿que ahora se aprovechan los recursos para fabricar currículos en eventos internacionales?

¿Cómo ha mejorado la calidad del servicio que presta nuestra institución a la sociedad? Creo que no se midió entonces; tampoco se ha evaluado ahora.

No cabe duda de que recordar es volver a vivir.


domingo, 29 de julio de 2007

Información y cultura

Al leer el periódico el día de hoy, he llegado a la conclusión de que existen dos tipos principales de periodistas: los cultos y los informados; ambos tipos poseen adscritos capaces de generar textos disfrutables y, en mayor o menor medida, reveladores. Llamo informado al periodista que es lector y perseguidor insaciable de lo actual, lo moderno y lo inminente; habitualmente ubicados en el campo de la divulgación y la crítica, son lo que se llama "hombres (o mujeres) de su tiempo".

Un ejemplo de periodista informado (el "tipo", me atrevería a decir) es Luis González de Alba, quien hoy hace una reflexión estilo centón a partir de textos de Sagan. Me llama la atención una cita en particular:
La seudociencia se diferencia de la ciencia equivocada. La ciencia aprovecha sus errores, cortándolos uno a uno. Las falsas conclusiones se desechan con el tiempo [...] La seudociencia hace exactamente lo contrario: sus hipótesis son invulnerables a cualquier experimento que ofrezca rebatirlas, de ahí que ni siquiera en principio puedan ser invalidadas (págs. 20.21).
Y me llama la atención porque me permite reconocer la forma en que opera la "burda mafia" que se ha apoderado de la Normal Superior. A falta de conocimientos firmes que les permitan controlar académicamente a la Institución (el control político ya lo tienen, la administración está inutilizada, y la academia sería el último bastión de la crítica y la razón), a falta de conocimientos, decía, se han dedicado a establecer ridículas reglas de trabajo "académico" fundamentadas en una cantidad limitada de textos interpretados de manera que sólo puedo calificar de sui generis. Estos torpes principios de actuación son planteados como incuestionables y deben ser acatados por quien aspire a trabajar en la Modalidad Mixta, donde se labora por contrato.

La consecuencia natural de esta forma de actuar de la burda mafia ha sido la retirada cada vez más evidente y sensible de los docentes de experiencia en la Modalidad Mixta, dejando la formación de nuevas generaciones de docentes en manos de inexpertos que, en su mayoría, son "orientados" en su actuación por "asesores" de cheque y de papel que suelen carecer de los conocimientos y las experiencias necesarios para cumplir una función tan estratégica. Eso sí, todos dan la impresión de trabajar mucho; lo cual me lleva a retomar mi reflexión inicial.

El segundo tipo de periodista, el culto, es el hombre que cuenta con una amplia experiencia de la vida en sociedad, conoce el pasado y el presente no sólo de su entorno, sino también de diferentes culturas y sociedades. Ávido lector de textos literarios es capaz de interpretar los fenómenos contemporáneos en relación con los ya ocurridos en otros tiempos y espacios. Sus principales espacios de desempeño son la crónica interpretativa, la crítica y la reflexión.

El día de hoy he leído a Arturo Pérez-Reverte, a quien considero un periodista culto además de ser escritor, y hace una interesante reflexión sobre la utilidad social de retomar la literatura clásica infantil para contribuir a la formación de los nuevos ciudadanos "Para que se vacunen, vaya. O empiecen a hacerlo. Y me refiero a la vida de verdad: la vida real".

Ejemplifica su punto de vista exponiendo el valor alegórico del cuento "El traje nuevo del emperador" en relación con lo que ocurre en muchos sistemas políticos actuales. Para aquel que, atrapado por lo contemporáneo, desconoce el cuento, le explico: Se trata de un emperador fatuo que es timado por unos pillos que le hacen creer que pueden elaborar una tela mágica que será invisible "para aquél indigno de ocupar un puesto en la corte" (versiones subsecuentes lo vuelven invisible para los torpes o para los ignorantes). Por supuesto que todos, incluyendo al emperador, fingen ver lo que no existe: los que tienen puesto para no perderle, y los que no le tienen para no evidenciar que su exclusión es merecida. Después de esquilmar una cantidad considerable del erario, la "tela" se usa para elaborar un traje de gala que será lucido públicamente. Cito:
Por fin, el día del estreno del traje nuevo, el emperata sale a la calle en solemne procesión, llevándole la cola los cortesanos y pelotilleros de plantilla; y todos los súbditos, faltaría más, por aquello de qué dirán y el no vayan a creer que yo, etcétera, se deshacen en elogios y alabanzas del traje, poniéndolo de sublime para arriba, sin que nadie se atreva a reconocer que no ve un carajo

Y bueno, como decía anteriormente, así es como funcionan las cosas en la Mixta de la ENS y así es como la Dirección aspira a que funcionen en la Modalidad Escolarizada. Los buenos son los que aplauden a todo lo que se hace desde el recinto imperial y todo mundo dice que ve el traje para no perder las muchas o pocas prerrogativas que tiene. Las muy alabadas reuniones de academia, en las que he participado suficientes veces como para saber de qué hablo, son meras simulaciones de trabajo, donde se cumple con un número establecido de "horas nalga" llenando formatos inútiles que corresponden a los "lineamientos de trabajo académico" que mencioné anteriormente. Las cacareadas evaluaciones y cursos de capacitación son otros desvergonzados fraudes, inventados por la burda mafia, que no pasarían un mínimo control de calidad. Pero todo mundo aplaude. Mientras no les quiten sus puestos seguirán diciendo que el traje es divino... aunque el emperador ande en pelotas.

Y que se joda la educación.

Las direcciones de las editoriales citadas son:
Del texto de González de Alba:
http://www.milenio.com/monterrey/milenio/firma.php?id=537381
Del texto de Pérez-Reverte:
http://www.milenio.com/monterrey/milenio/firma.php?id=537390

Powered by ScribeFire.

martes, 24 de julio de 2007

Lecturabilidad

No me culpes. A mí tampoco me gusta el neologismo, que más bien suena a barbarismo. Pero resulta que cuando queremos estudiar las relaciones que se establecen entre textos y lectores, los niveles de legibilidad que se le puedan conceder al texto resultan insuficientes para explicar porqué algunos textos son más fáciles de leer que otros, o por qué unos textos resultan más atractivos que otros.

Para abrir boca te puedo decir que las aventuras de Harry Potter tienen más lecturabilidad que las narraciones de García Márquez. Esto nos da un par de indicadores para descifrar el concepto: no tiene relación con las características estéticas o literarias (a la Rowling no le van a dar nunca el Nobel de literatura... y para lo que le importa), y su medición debe hacerse de manera estadística.

Toma en cuenta que cualquier texto publicado en un medio arbitrado (donde un lector experto o un comité editorial tuvo que aprobar la publicación) es necesariamente legible; en medios no arbitrados como la Internet o las autoediciones, privadas o institucionales, es frecuente encontrar textos con bajo índice de legibilidad, pero esa es otra historia.

La lecturabilidad es definida por Kaufman y Rodríguez (La escuela y los textos, Santillana Aula XXI, 2001) como "la vinculación entre los intereses y habilidades del lector por un lado y las características temáticas y retóricas de los textos por el otro". Dicho de otra manera, un texto tiene lecturabilidad para un tipo de lector, los adolescentes de una secundaria ubicada en un barrio de clase media por ejemplo, en la medida en que el tema les resulta atractivo y la forma de presentarlo es legible en relación con sus habilidades lectoras. Leer a Borges, por ejemplo, resulta relativamente simple para un lector experto y con un nivel estandar de cultura, pero es una tarea tediosa y poco gratificante para la mayoría de los adolescentes mexicanos; Entonces, estadísticamente, los textos de Borges poseen un nivel muy bajo de lecturabilidad entre los adolescentes.

Algunos de los indicadores de la lecturabilidad del texto, todos en relación con un presunto lector, son: a) Vinculación del tema con sus intereses, b) Relación del contenido con sus conocimientos y experiencias previas, c) Familiaridad con el léxico empleado, d) Longitud de las palabras, e) Longitud de las frases -ojo, no de las oraciones-, y f) Longitud de los párrafos. O sea que el tamaño sí importa, y pequeño es mejor... al menos para un lector novato. En medios editoriales se consideran otras variables como tamaño y tipo de letra, colores, ilustraciones, etcétera, también como criterios de lecturabilidad.

Porque así es la cosa, para un lector experto prácticamente cualquier texto tiene lecturabilidad, con la única limitación del campo de interés y el nivel de conocimientos previos en el tema; en cambio, para un lector con poca experiencia se deben considerar aspectos de adecuación, gramática, estilo y presentación muy específicos. Un ejemplo en concreto: a quien lee poco le asustan los textos con letra muy pequeña y sin ilustraciones.

¿Vas captando el hilo? Un texto debe poseer legibilidad que es un conjunto de propiedades textuales, lecturabilidad que es un conjunto de características de relación contextual, y un tercer atributo que se llama comprensibilidad. Pero de ello te platicaré después. Por ahora trata de encontrarle la legibilidad y la lecturabilidad a este texto.

lunes, 23 de julio de 2007

Legibilidad

Cuando me preguntan que si un texto me parece bueno o no, aplico el único criterio que me parece legítimo y aceptable: el nivel de legibilidad; es decir, la forma en que el autor ha cooperado conmigo como lector para facilitarme el acceso al contenido del texto. Tú entiendes, ¿no?; que se cierre el circuito de la comunicación. Ya puedo estar convencido o no de lo que se afirma, creer o negar lo que se informa, gozar o repudiar lo que se me narra... siempre y cuando me sea posible entenderlo.

Ya sabes, lo de siempre, como cuando platicas con alguien; procuras usar palabras que el otro va a entender, dices las cosas en forma que suenen lógicas y procuras que haya cierta fluidez en tu conversación. Dicho de otra manera, le otorgas a tu discurso adecuación, coherencia y cohesión, que son los términos que usamos los maestros de lengua para nombrar a esas características de los textos. Estas tres propiedades están tan relacionadas con el contenido (lo que estás pensando al momento de hablar y tratas de transmitir) que yo diría que son las más importantes. Digo, saber ligar palabras, la gramática, también es importante, pero si no tuvieras ya un dominio de la gramática no podrías hablar nuestra lengua, y punto.

Otras dos propiedades del texto (que esto es hablar con propiedad), son el estilo y la presentación, donde, como con los parados que permiten que se nos reconozca de lejos, cada quien tiene su propia forma de hablar y (cuando la escuela no nos ha jodido convirtiéndonos en replicantes) su forma particular de redactar. Así como nadie habla igual a otra persona (parecido puede ser, pero no igual), nadie plasma sus ideas por escrito igual que otros. La presentación es simplemente la forma que se le da al texto para adaptarlo a las necesidades de comunicación: formal-informal, planeado-espontáneo, oral-escrito, extenso-breve, etcétera. Y mira: en un mundo racional, donde se respeta al pensamiento y a la creatividad, la forma queda supeditada al contenido y a los propósitos; así es como debiera ser.

Pero (e inicio párrafo con una conjunción) en el bendito inframundo en que laboro, centro formador de docentes que debiera privilegiar a la razón y combatir dogmas y servidumbres y promover la creatividad (injustificable polisíndeton), se otorga una incomprensible (bueno, no tanto) e injustificable (reduplicación cacofónica -y epíteto deleznable-) primacía a la forma sobre el contenido en la elaboración de textos académicos, pasando por los multiformes y policondicionales ensayos, hasta llegar al mitificado documento recepcional; decepcional que le dicen los elaborantes o perpetradores.

Y es que elementos de presentación, mero formulismo y formatismo, son la ortografía, extensión de frases y párrafos, tamaño y tipo de letra, márgenes, estilo de citado y de referenciado (principal contribución de los psicólogos a la academia, unas normas APA que son usadas como camisa de fuerza para la creatividad). ¿Sabes por qué los responsables se fijan tanto más en la forma que en el contenido? Simple. Porque es más fácil revisar formas que entender-interpretar-aportar a contenidos.

Ahora tenemos alumnos que al llegar a cuarto año tienen que olvidarse de todo lo que aprendieron sobre el trabajo escolar de tres años y volverse expertos en algo que se les exige hacer sin que se les haya enseñado en ningún momento (y conste que si el currículo no lo contempla ha de ser por algo): hacer reportes de investigación (son reportes de investigación aunque los obliguen a quitarles las marcas textuales que los identifican como tales). De la forma en que los restringen y conducen para escribir los contenidos ya te platicaré en otra ocasión.

Por ahora, lo que me interesa decirte es que un texto legible es aquel que se puede leer; ese donde el autor plasma sus ideas, experiencias y expectativas. Y yo pienso que en nuestra sociedad necesitamos maestros que sepan enseñar y después hacer textos legibles donde hablen de sus experiencias.

No creo, en cambio, que necesitemos de tantos Licenciados en Elaboración de Documento Recepcional.

¿O tú qué opinas?

Powered by ScribeFire.

miércoles, 4 de julio de 2007

¿Así o más surrealista?

"Algo está podrido en Dinamarca". Me encanta el sentido alegórico que pueden tomar las palabras de Hamlet cuando evaluamos situaciones del mundo real (me gustaría entrecomillar real, pero acabaría encerrado en una secuencia de mundos posibles similar a un juego de matrushkas rusas, por lo que prefiero abstenerme de tal implicatura).

Hace unos momentos me presenté en el área académica (así se llama el sector de la escuela donde se encuentran los responsables de la gestión escolar de nuestra normal) para tratar de entregar unos exámenes de regularización que los tres alumnos sustentantes reprobaron. Resulta que no había ninguna secretaria para recibirlos; aquí es donde yo no entiendo para qué carajos insisten en que alumnos y maestros acudamos desde temprano a la escuela si las áreas de servicio siguen abriendo a las cinco como desde hace 45 años. Ante la ausencia de secretarias me dirijo con el responsable inmediato superior: la jefa de docencia bipolar.

Déjame te explico. En mi escuela hay una jefatura de docencia que es ocupada simultáneamente por dos profesoras; esta rara situación se ha justificado diciendo que ambas tienen medio tiempo y el trabajo es de tiempo completo. Más extraño es que, a pesar del aparente inconveniente financiero, casi siempre están las dos juntas. Ignoro si se trata de la percepción de que con ambas no se completa una, o si, en una de esas extrañas relaciones simbióticas que se dan en la naturaleza, aunque están juntas usan alternadamente el cerebro de una mientras el otro descansa. El punto es que cuando llegué a la oficina, sólo había media jefa, es decir que sólo estaba una de ellas (sé que una se llama Gabriela y la otra Rocío, pero como todo el tiempo se lo han pasado juntas, ignoro cuál es cuál), y le pregunté que si debía de entregarle a ella...

Tiempo atrás estas cosas eran muy sencillas: el Coordinador de especialidad resolvía todo. En el nuevo afán de hacer notengolaputaideaqué, desaparecieron a los antiguos coordinadores y nombraron unas figuras monigotescas que nadie conoce, trata o respeta. Resulta que me dice la mencionada media jefa que tengo que entregarle a cada alumno el examen revisado y el acta donde digo que no acreditaron, para que se vayan a corretear al etéreo coordinador para que les firme... ¡¿Te das cuenta?! No es que sea desconfiado, pero hay ciertos límites de procedimiento sobre los que la gente de la Administración Legítima, Legal y Ampliada no tiene la menor idea.

Me voy porque tengo que averiguar quién es el susodicho coordinador y arrancarle una firma. A ver si no me la niega por no ser alumno.

sábado, 23 de junio de 2007

Fuerza y razón

Recuerdo la ocasión en que una amiga muy querida (particularmente más querida en el tiempo en que ocurrió lo que refiero) me disparó con énfasis, tal vez demasiado ensayado para mi gusto, una frase que por el énfasis y por el significado se me ha quedado grabada hondamente; rectifico: el sentido de la frase más que la propia frase se me ha insertado en el ánimo de forma cuasi permanente. Se refería ella en esa ocasión a un enfrentamiento de carácter académico recientemente vivido donde, según sus palabras, espetó a sus antagónicos colegas: "¡No podemos aceptar que la razón de la fuerza se imponga sobre la fuerza de la razón!"... o algo por el estilo.

Tengo más presentes que las palabras su tono de voz, el gesto de su rostro y la intensidad del gesto de su mano, todo ello fielmente aprendido en los círculos de oradores a los que era asidua asistente. Debo reconocer que además percibí en su perorata, en ese momento, uno de esos íntimos reproches que habitualmente no hacemos pero que llegan a cargar de intencionalidad la frase que resulta oportuna para hacer pensar al otro que algo está haciendo o ha hecho mal en relación con lo que se está mencionando.

Pienso ahora en lo que menciona Umberto Eco en su novela La misteriosa llama de la reina Loanna, cuando en uno de los pasajes justifica que el protagonista de su historia sienta ternura ante la vista de una fotografía donde marchan los ejércitos de Hitler. Explica que independientemente de lo perverso o dañino del hecho vivido, éste pertenece a una época en que necesariamente vivimos situaciones memorables; situaciones que aún un recordatorio doloroso nos puede ayudar a revivir.

De igual manera en cuanto a mecanismo de la memoria y las emociones funciona la repulsión instintiva hacia gestos y actitudes afectuosas que, en el pasado, hemos descubierto como máscara de ocultas, perversas o indecentes intenciones (inciso "D": todas las anteriores). Como el caso de la mujer que ha aprendido a desconfiar de las flores incidentales que le lleva el marido (o del marido que ya interpreta ciertos gestos cariñosos como abrillantamiento de cornamenta); todos hemos aprendido, en mayor o menor medida, a desconfiar de ciertos gestos de ciertas personas.

¿Será por eso que me da cierta (¡mucha!) desconfianza el nuevo convenio que firmaron Reyes Tamez y Elba Esther? ¿Será por eso que no le creo a Leticia cuando dice que va a atender nuestras observaciones para mejorar las cosas en la Normal?

Ficcionizo: "Efectivamente, maestro, para mi administración resulta muy valiosa cada observación que ustedes realizan en nuestras juntas de evaluación. Una vez que ustedes han terminado de evaluar a la institución, nosotros mismos realizamos una segunda evaluación para evaluar a los cabrones que nos están evaluando mal ¡y mandarlos a evaluar a su madre!"

Hacer entrañable lo que originalmente nos lastimó es un mecanismo de defensa emocional y de higiene mental. Creer lo que nos asegura alguien que ya ha traicionado repetidamente nuestra confianza es un acto de estupidez.

Quien tiene la fuerza no siempre tiene la razón. Quien tiene la razón, a la larga tendrá la fuerza.

viernes, 22 de junio de 2007

Evaluación

Hoy, en la Normal Superior, tuvimos una reunión de evaluación para un programa raro que se llama PEFEN. Se supone que tenemos que hacer planes para mejorar la formación de maestros y, si el plan es atractivo, a la normal le van a dar una lanota para que se la gasten en quiensabequé.

La cosa estuvo patética, porque hay un montón de gente que, en vez de enfrentar objetivamente la tarea de evaluar, aprovechan la oportunidad para hacer alarde de su elevada competencia para hacer simbólicas caricias con la lengua. En cierta forma los entiendo; algunos de ell@s son personas que han recibido una buena cantidad de beneficios que por talento personal nunca alcanzarían. Resulta bochornoso (como escribió Serrat) verles enfrentar los planteamientos de evaluación como si fueran preguntas de un examen de conocimiento de la institución. En fin; que de evaluación hubo bien poco y los muy pocos que evaluamos realmente (con todo y que Isaías me acusó de subjetivo porque me describí como objetivo) quedamos alegóricamente sepultados bajo las cenizas del mucho incienso que en esa reunión se le quemó a la maravilla de escuela en que convivimos. Amén.

La verdad es que estamos viviendo en tierra de sinvergüenzadas donde lo único que interesa a los protagonistas es chutarse la mayor cantidad posible de lana del erario para fines personales. La normal, nuestra otrora chingona institución, se ha convertido en negocio de unos cuantos que ya ni siquiera se preocupan por cuidar las formas. ¿Y la administración nombrada por las autoridades estatales para cuidar el rancho? Bien gracias; unos rebasados y otros conchavados.

Que se joda la educación.