miércoles, 28 de noviembre de 2007

Nadar de muertito

Como ahora es oportuno ponerse a hacer leña del árbol caído, y como en el fondo del barranco hay un árbol que se llama Normal Superior (abajo de cuyos restos parece vislumbrarse los abundantes despojos de una, tiempo atrás, representativa y combativa organización sindical), y como parece que quienes tenían sus columpios colgados de las ramas de ese árbol no se han dado cuenta de que fue su peso muerto el que le partió la mandarina en gajos a mi querida escuelita, a'i les van unas cuantas pistas de lo que pasaba mientras los que cobraban por hacer que las cosas funcionaran nadaban de muertito.

Pienso, por ejemplo, en el caso de Gloria, quien hizo un excelente trabajo (completamente ponderable), al frente de la academia de Estrategias para el Estudio y la Comunicación en la Modalidad Mixta, pero fue removida por no acatar las irracionales disposiciones de los “iluminados” que obtuvieron el liderazgo académico por obra y gracia de un nombramiento (con su respectivo cheque).

Pienso en cómo Lety le reprendió por su falta de “disciplina” y le dijo que esperaría resultados de evaluación para valorar la pertinencia de restituirla (mira: ahí hay un pago y los que estamos en esto vivimos de esto, pero hay quien desquita la paga y quien no lo hace). Los resultados llegaron; la nueva responsable llevó a la asignatura al fondo del desempeño, pero no se le toca porque es “disciplinada”.

Pienso en la torpeza insitucionalizada de enrolarse en el uso de ciertos textos o de metodologías determinadas como si fueran palabra sagrada. En la Mixta se planea “con Marzano”. A ver si alguien tiene la puta idea de qué es lo que significa “planear con Marzano”. Aquí, en la Normal, significa llenar un sinfín de formatos que no sirven más que para demostrar el nivel de docilidad que se está dispuesto a ejercer a cambio de que se pase por alto la incompetencia.

Pienso en el caso de Tomás Corona, de Oscar Benavides y el mío mismo, quienes preferimos retirarnos de la Modalidad Mixta con tal de no seguir soportando, no las presiones, sino la profunda estupidez que se evidencia en la cada vez mayor cantidad de requisitos y pretensiones de la creciente cadena de "responsables" del buen desempeño académico.

Pienso en la manera en que resultados de evaluaciones internas han sido ocultados y manipulados para no evidenciar el profundo fracaso del trabajo académico, particularmente de aquellos que cumplen con una función reguladora a nombre de la Burda Mafia más que de la Institución.

Pienso en mi asesora de especialidad durante el último periodo de la Modalida Mixta quien, como el maestro de Geografía del cuento de Juan Sánchez Andraka, no sabía nada de nada, y sin embargo pedía y presionaba como si supiera de qué estaba hablando.

Pienso en tantos asesores que en múltiples ocasiones han sido denunciados como ignorantes e incompetentes y que, sin embargo, preservan un alto puesto en la jerarquía de nómina, que finalmente es la única jerarquía que existe en la Normal en Modalida Mixta, gracias a sus repetidas muestras de sumisión.

Pienso en el pomposamente llamado "colegiado de asesores" que no es más que un club de amigos donde se realizan convivios y formatos en una perene masturbación intelectual en la que los protagonistas, como los monos de Kipling, se pavonean y vanaglorian de aparentar ser lo que no son.


Pienso en la gente que mira a la normal como un botín y que ante la visión de la debacle se imaginan ante el río revuelto que les hara felices pescadores ganadores. Corruptos mercaderes de la educación; no importa de qué lado de la fe se encuentren.

Pienso en la Administración responsable de la escuela que, entre temores, compromisos e incompetencias, permitió que la Normal se convirtiera en la miseria, que no mediocridad como generosamente le epiteta Guillermo, académica que es actualmente.

¿Y por qué tenían que pagar nuestros alumnos nuestra incompetencia?

¿Por qué los estudiantes de secundaria?

Hay pecados que no tienen absolución.

martes, 27 de noviembre de 2007

Realidad Real

Una nota de Tere me recordó que hace un año estuve en Real de Catorce con un grupo de alumnos de 5o. semestre. Además de trabajo académico (que sí lo hicieron -ellos, yo andaba en la milonga-), nos dimos la oportunidad de disfrutar un poco de la vida nocturna del otrora pueblo fantasma, hoy día convertido en una especie de isla cosmopolita en medio de la sierra gracias a la visita de Julia Roberta y el Bratz Pritt.



Hace dos años llevé a otro grupo; voy a buscar los videos, aunque en esa ocasión no hubo incursiones nocturnas.

Este año, Hillany Clinton (Ileana para la raza)retoma la actividad y se llevará al grupo de 5o. semestre a pasar una noche de relatos en el terreno adjunto al panteón de Real de Catorce.

Y lo platicaremos.

lunes, 19 de noviembre de 2007

El método Hitchcock

Recuerdo haber leído, aunque no recuerdo dónde, que Hitchcock (el famoso director de cine) contribuyó a una tremenda banalización de los principios del psicoanálisis al presentarlo como una técnica simplona. El ejemplo que recuerdo es el de un personaje que sufre de ceguera histérica a causa de un acontecimiento traumático que no es capaz de recordar; en medio de una gran cantidad de intrigas ocurre algo que le hace recordar (apoyado por una terapeuta piernudota) el acontecimiento traumático que le originó la ceguera y recupera instantáneamente la vista a tiempo para salvar a la chica en peligro.

Obvia decir que las cosas no ocurren así en la vida real.

Vamos a ponerlo de esta manera: no basta con "darte cuenta" de las cosas o de los problemas para que las cosas cambien o los problemas se resuelvan, aunque la cultura del "querer es poder" (con todas sus variantes modernas) insistan en convencernos de que un acto de voluntad o de imaginación puede ser lo suficientemente poderoso como para transformar la realidad. Y digamos que las cosas no pueden moverse a tales extremos de magia; no en el mundo real.

Viene esto a cuento porque recientemente fui contratado para impartir un curso que se relaciona con la prueba esa de Enlace (en donde salimos de la jodida) y para cuyos efectos se me brindó una capacitación, junto con maestros de varios estados, de manos de personal de la UPN, quienes se encargaron de diseñar el diplomado. Y no sé, pero yo pienso que deberíamos de centrarnos en estrategias didácticas y en recursos para la enseñanza, pero en lugar de eso, el diplomado se trata de leer montones de textos que hablan sobre la importancia de enseñar a leer y a escribir, y lo satisfactorio que es para un maestro que las cosas salgan bien. Algo así como pretender que el maestro "se de cuenta" de lo importante que es su trabajo y que a partir de ese momento, en la mejor aplicación del método Hitchcock, comience a enseñar bien.

Y mira que esa concepción del desarrollo de competencias no es privativa de la capacitación y la actualización docente; también a nivel formación inicial es obvio que quienes tienen la sartén por el mango mantienen una relación fetichista con los textos, al grado que la mayor parte de las "sugerencias metodológicas" son del tipo: leer-haceralgoconloleído.

No es que yo tenga algo contra la lectura; al contrario, coincido en que una de las principales limitantes para el desarrollo de la educación es la falta de hábitos lectores, y particularmente la falta de disposición para usar la lectura como herramienta para el mejoramiento profesional; el problema es que no se puede tomar a la lectura como la panacea cultural: no lo es. Lo ilustro de esta manera: un médico especialista en riñones, por ejemplo, encontrará muy ilustrativo un texto sobre investigaciones recientes en el tratamiento de dolencias renales: sólo a partir de que cuenta con los conocimientos y experiencias (amén de la formación) que le permiten interpretar y otorgar un sentido al contenido del texto.

En el caso de docentes que han fracasado al educar a unos alumnos es de esperarse que carezcan de herramientas para la comprensión e interpretación de textos especializados (aunque a los expertos con doctorado en educación les parezcan simplísimos); en cuanto a los aspirantes a docentes... bueno: hay algo que se llama formación inicial, y es ahí donde resulta fundamental la presencia de expertos como formadores; y esos expertos se dedican a explicar y moldear el conocimiento de técnicas y recursos para la enseñanza.

No sé si me explico: Creo que no es bueno poner las carretas delante de los caballos.

Podemos disfrutar una película de Hitchcock, o de nuestro realizador favorito, pero no podemos asumir que los métodos de la ficción son aplicables a la realidad.

O no avanzamos.

viernes, 9 de noviembre de 2007

Pinche octubre (otro borrador retomado)

Octubre fue un mes espantoso para mí en más de un sentido. Primero me tocó ser Jurado en un montón de concursos de oposición, de esos que te hacen ver como un intolerante al tiempo que te permiten urgar entre las intimidades intelectuales de gente a la que podrías respetar (también te da la oportunidad de comenzar a respetar a gente a la que previamente no tomabas en serio). Fue cansado y desgastante.

Seguí con mi nueva rutina de ir a caminar a Chipinque los martes, jueves y domingos, y en una de esas cogí un enfriamento que me provocó un resfriado.

Estuve cinco días en México tomando un curso, pero el resfriado que agarré en Chipinque se transformó en una gripa que me tuvo atarantado durante todo el tiempo del curso; de hecho, al volver a Monterrey caí en cama con una bronquitis cabrona.

Me robaron por segunda ocasión el estéreo de mi coche, le destrozaron el tablero y lo dejaron en muy malas condiciones.

Pinche octubre. Que bueno que ya se acabó.