jueves, 25 de diciembre de 2008

Ya es Navidad

Muy bien, ya es Navidad, ¿y qué hemos hecho para cambiar? Poco más o menos así lo dejó escrito Lennon en su canción navideña, y creo que conforme pasa el tiempo, cada vez me identifico más con esa postura. Ya van quedando atrás los años de construir una escenografía para ilusionar a los hijos con la llegada de un mágico personaje con problemas de género (¿santa o santo?). Por otro lado, siempre he tenido problemas para asociar estas fechas con la profundidad que requiere un episodio místico que, evidentemente, casi nadie conmemora.

Me gusta la aséptica noción de una fiesta pagana de celebración por el renacimiento del sol (después de la noche más larga) que fue adoptada y adaptada por la iglesia católica con fines evangelizadores. Puedo sentirme bien e identificado con una celebración por el reinicio de algo que en realidad no se ha terminado. Es decir, como ver en la celebración del 25 de diciembre un punto de partida para las transformaciones personales; cerrar ciclos y reiniciar proyectos y planes que ya estaban en marcha, pero con nuevos bríos. Igual que cuando el sol, después de haber estado a punto de ser vencido por la noche, se levanta para comenzar, poco a poco, a dominar sobre las sombras; no es cierto, pero puede funcionar como metáfora.

Son lindos los buenos deseos, las bienaventuranzas y las felicitaciones. Pocas cosas son tan estimulantes como la convivencia y la celebración. Pero el mundo no se detiene ni los retos se terminan. Escribió el argentino Ceratti que "una canción jamás podrá parar la guerra", agrego yo: "ni los buenos deseos resuelven problemas". Es bueno que nos demos abrazos y que intercambiemos buenos deseos, pero mejor será si comenzamos a coordinar esfuerzos para corregir lo que no está bien.

Así que, ya es Navidad, ¿qué vamos a hacer para cambiar a partir de hoy?

viernes, 12 de diciembre de 2008

Yo lo vi; yo estuve ahí

Acabo de leer el texto de Lucy sobre un triste episodio de desalojo que ocurrió ayer en la biblioteca para la realización de una junta. Y como yo fui uno de los testigos de todo lo que ocurrió, y como fui uno de los que no aceptaron la nada amable conminación para irnosachingaraotrolado, puedo contar otra parte de la misma historia; justamente la parte que explica la aprehensión de las instigadoras por actuar sin testigos ajenos a su ámbito de control...

Resulta que la dichosa junta era para explicarles a los asesores de practicantes (7o y 8o sem.) oooooootras nuevas reglas para la elaboración del mítico documento recepcional (decepcional, que le dicen los muchachos cuando se los rechazan por enésima ocasión), y de verdad que lo que presentaron es una evidencia muy clara de al menos dos circunstancias: falta de comprensión del currículum y falta de visión.

Ya te he comentado en otras ocasiones que ahí, en la ENSMSG, el documento recepcional se ha convertido en una especie de objeto de culto al que se le ponen más requisitos, procedimientos y trabas que a una tesis de maestría. Sin exagerar, he visto tesis de la escuela de graduados que tienen más fallos que los borradores rechazados a algunos estudiantes de licenciatura (francamente, yo me sigo preguntando si las personas que se ponen tan requisitosas para aprobar un documento serán capaces de escribir lo que solicitan; tengo al menos constancia de que una de ellas se pone muy demandante, pero no es capaz de redactar un texto con la mitad de la calidad que exige). El problema es que lejos de contar con un conjunto de normas estables de publicación, que de existir y estar registradas podrían convertirse en objeto de enseñanza, en nuestra escuela cambian las reglas cada año, generalmente a medida que avanza el curso, y habitualmente sin atenerse a criterios académicos o editoriales sólidos y consistentes. Digo, es evidente que la mayor parte de las propuestas son ocurrencias y visceralidades, porque la falta de lecturas, siempre lo he dicho, se nota más que el amor y el dinero.

Y las dos nuevas genialidades que más llamaron la atención del respetable fueron que, a partir de esta generación (nótese el carácter de improvisación que tiene la medida), quedan prohíbidas, en los documentos recepcionales, las citas mayores a cuarenta palabras (los bloques de citas) y el uso de información proveniente de Internet (aunque supongo que la proscripción es para toda información contenida en fuentes digitales)... ¡Hazme el chingado favor!

Colijo: Algunas personas abusan del citado y llenan muchas páginas con citas textuales, pero eso no es lo malo; lo malo es que se les exija que cumplan con un mínimo de páginas y no con un mínimo de argumentos o pruebas. Acepto: algunas personas aprovechan las facilidades que otorgan los textos digitalizados para hacer un ejercicio magistral del copy & paste, incluso hay quienes no cuidan la calidad de los textos que copian, pero eso no es lo malo; lo malo es que ni escribiendo ni copiando pueden cubrir los retorcidos requisitos de publicación que se les imponen.

Al final de cuentas, ambas medidas aparecen como actos desesperados por ejercer el control sobre una actividad que debiera darse en la libertad más amplia: la reflexión sobre la propia práctica docente. En vez de darles oportunidad a los practicantes de resaltar las ricas particularidades que tuvieron sus actuaciones en unos contextos determinados con unos alumnos en particular, los pobres tienen que tratar de reproducir esquemas y llenar patrones, aún a costa de mentir, con tal de satisfacer a sus censoras que primero revisan la medida de los márgenes como requisito para concederles el derecho a ser leídos y revisados... por ejemplo.

Es cierto: se debe procurar que las citas sean pertinentes y que se usen con moderación; se debe procurar que la calidad de las fuentes de información se ubique entre primero, segundo y, ocasionalmente, tercer nivel. Pero de eso a prohibir hay un abismo de distancia.

Y unas cuantas neuronas útiles.

jueves, 20 de noviembre de 2008

Sangre joven

El día de hoy, fuera de chungas, quejas y chascarrillos, valió la pena estar el 20 de noviembre en la ENSMSG. Los alumnos, con la coordinación de sus propias organizaciones, tuvieron una especie de kermesse-nochemexicana que, francamente y contra toda expectativa, fue un éxito. Me dio mucho gusto ver los centenares de alumnos que colmaron la zona que tomaron como punto de reunión. Debo mencionar que aunque en mis minis mencioné que se trataba de la inauguración del Paseo Santa Leticia, dicho lugar no fue ocupado; no sé si porque se los prohibieron o porque ellos tomaron la iniciativa. Lo cierto es que aprovecharon muy bien el espacio y organizaron un festejo memorable. También hubo un periódico mural que rescata la escencia informativa de un periódico en vez de la mera decoración alegórica.

Muchas cosas han pasado desde aquella noche mexicana en que los directivos mandaron cerrar las puertas para que nadie se fuera. Hoy no fue necesario obligarlos a estar ahí: ellos quisieron quedarse. Hubo música en vivo, rifas, golosinas, juegos, baile, apuestas, un toro mecánico, fotografías con Santa Clos y el Muñeco de Nieve, el Hombre Araña bailando, Adelitas norteñas, próceres redivivos y Elmo saludando; videojuegos, retos de habilidad, tiro al blanco (con dardos y con arco y flechas), churros azucarados, frutas cubiertas de chocolate, conchitas, palomitas... Todos los grupos participaron de alguna manera, y los únicos viejitos éramos los maestros, porque el resto de asistentes eran una pléyade de jóvenes felices de estarse divirtiendo. Mis alumnos de quinto de español, con los que viajaré a Real de Catorce este fin de semana, estuvieron con su instalación de Registro Civil en la que se celebraron muchísimas bodas, incluyendo una de carácter les', claro que todo dentro del buen humor que genera este tipo de convivencias.

Me da gusto que al fin comience a generarse una dinámica distinta al aturdimiento consuetudinario que se había apoderado de nuestra escuela. --Me acordé de los tremendos bailes que se organizaban en los patios de la normal hace 20 años; se contrataban grupos de alto calibre y las instalaciones se ponían a reventar, habitualmente con gente de más de 20 años. Eso sí: corría la cerveza y otras bebidas alcohólicas a granel; aquello era como una extensión de la Expo. Pese a todo era divertido y, muy a su manera, sano. --Fin del recuerdo. Lo de hoy es distinto. Los muchachos se divierten sin buscar el aturdimiento. Se disfrazan y se gastan bromas. Se saludan y se aplauden unos a otros. No hay alcohol ni excesos: sólo sana diversión. Me gusta. Bien por ellos.

Espero que se repita.

martes, 11 de noviembre de 2008

De maestros arrastrados que no hacen lo que les corresponde

"El principito estaba sorprendido. Aquel planeta era tan pequeño que no se explicaba sobre quién podría reinar aquel rey.
—Señor —le dijo—, perdóneme si le pregunto...
—Te ordeno que me preguntes —se apresuró a decir el rey.
—Señor. . . ¿sobre qué ejerce su poder?
—Sobre todo —contestó el rey con gran ingenuidad.
—¿Sobre todo?
El rey, con un gesto sencillo, señaló su planeta, los otros planetas y las estrellas.
—¿Sobre todo eso? —volvió a preguntar el principito.
—Sobre todo eso. . . —respondió el rey.
No era sólo un monarca absoluto, era, además, un monarca universal.
—¿Y las estrellas le obedecen?
—¡Naturalmente! —le dijo el rey—. Y obedecen en seguida, pues yo no tolero la indisciplina.
Un poder semejante dejó maravillado al principito. Si él disfrutara de un poder de tal naturaleza, hubiese podido asistir en el mismo día, no a cuarenta y tres, sino a setenta y dos, a cien, o incluso a doscientas puestas de sol, sin tener necesidad de arrastrar su silla. Y como se sentía un poco triste al recordar su pequeño planeta abandonado, se atrevió a solicitar una gracia al rey:
—Me gustaría ver una puesta de sol... Deme ese gusto... Ordénele al sol que se ponga...
—Si yo le diera a un general la orden de volar de flor en flor como una mariposa, o de escribir una tragedia, o de transformarse en ave marina y el general no ejecutase la orden recibida ¿de quién sería la culpa, mía o de él?
—La culpa sería de usted —le dijo el principito con firmeza.
—Exactamente. Sólo hay que pedir a cada uno, lo que cada uno puede dar —continuó el rey. La autoridad se apoya antes que nada en la razón. Si ordenas a tu pueblo que se tire al mar, el pueblo hará la revolución. Yo tengo derecho a exigir obediencia, porque mis órdenes son razonables.
—¿Entonces mi puesta de sol? —recordó el principito, que jamás olvidaba su pregunta una vez que la había formulado.
—Tendrás tu puesta de sol. La exigiré. Pero, según me dicta mi ciencia gobernante, esperaré que las condiciones sean favorables.
—¿Y cuándo será eso?
—¡Ejem, ejem! —le respondió el rey, consultando previamente un enorme calendario—, ¡ejem, ejem! será hacia... hacia... será hacia las siete cuarenta. Ya verás cómo se me obedece."

martes, 4 de noviembre de 2008

Happy Birthday

Mi querida Escuela Normal Superior habría celebrado hoy su cuadragésimo séptimo aniversario. Lo habría celebrado digo, porque no hubo celebración. Es lamentable, pero por primera vez en su historia, las tareas burocráticas y las urgencias no atendidas resultaron más importantes que una ceremonia de celebración.

Y mira que no soy persona de celebraciones; me gusta la convivencia, sí, pero no porque sea un fanático de celebrar fechas o metas... pero respeto los ritos y las ceremonias. Sé que hay circunstancias y actos sociales que van más allá de la justificación o de la racionalidad. Sé que nada cambiará con o sin ceremonia. Pero me molesta que algo tan ceremonial sea tomado de forma utilitaria. Es como el caso de las bodas: la gente no se vuelve más fértil o más amorosa porque participe en el rito del matrimonio, pero es una forma de dar consistencia a la estructura de la sociedad. Igual pasa con las celebraciones institucionales.

Lo que sí me parece rayano en el absurdo es que el único acto de celebración, una manta colgada en el frente de la escuela, sea un mero acto narcisista de autocomplacencia: masturbación pública que mucho tiene de exhibicionismo. ¿Por qué? Porque en vez de presentar la fachada de nuestra escuela, presenta una vista de la parte trasera. Y nuestra Alma Mater se vuelve una puta como las que veía cuando adolescente pasaba en bicicleta por las calles de la Coyotera, que al vernos pasar se levantaban las faldas para mostrarnos sus pubis o sus nalgas como eficiente reclamo de seducción ante la falta de otros encantos.



¿Cuál es el razonamiento para esta decisión? ¿Que se trata de lo más importante que se ha hecho en estos tiempos? ¿Sólo aquello que se compra con dinero merece ser mostrado? ¿O sólo hemos sido capaces de hacer aquello que se consigue con dinero?

Una exhibición de los entresijos: un canto al fracaso.

Aún así.

Feliz cumpleaños, Escuela Normal Superior "Profr. Moisés Sáenz Garza".

domingo, 19 de octubre de 2008

Herramientas para la web 2.0 educativa

Estaba preparando una recolección de herramientas que pueden ser usadas con fines educativos, cuando me encontré con este documento (la aplicación también es interesante) que supera con mucho lo que yo estaba preparando, por lo que, sin empacho y sin rubor, te lo comparto. Lo que sigue es preparar una página de vínculos (los que falten) para darle mayor funcionalidad a la colección.



Algunas de las herramientas que se mencionan te deben resultar familiares. Personalmente encuentro algunas que no me dan la menor idea de uso. Ya lo estaremos probando y comentando.

(Me pregunto si podrán verse desde la ENSMSG. Ya ves: bloquean todo lo que desconocen o les molesta)

domingo, 12 de octubre de 2008

Competencias para la vida ¿o una vida compitiendo?

A finales del mes pasado, la secretaría de educación (con minúsculas) en el Estado, con la sumisión y complacencia de las instituciones involucradas, presentó un espectáculo masivo que pretendió hacer pasar como congreso sobre formación y actualización docente; y créeme que aquello fue todo menos lo que se publicitaba. Mi principal decepción vino de la mano de Ma. Victoria Reyzabal, Ministra de Educación en España, cuyas obras resultan un referente imprescindible para la enseñanza del español bajo los actuales enfoques, pues vino desde su país para presentar una clase de español en vez de abordar el tema convocado... de sus compañeros de mesa, ni hablar.

Me molestó mucho que se hiciera tanto montaje sin que se abrieran los espacios reales para el diálogo y la búsqueda de consensos, que finalmente es lo que se pretende en un congreso de verdad. Me pareció mal que llenaran las conferencias con maestros de primaria, secundaria, directores, etc., cuando los asistentes debieron ser los docentes de las formadoras de la región, quienes asistimos sólo en una proporción muy restringida, pues las invitaciones se repartieron con criterios que sólo Pérez Ontiveros (el encargado de las Normales) conoce... o tal vez ni siquiera él.

Por supuesto que siempre es valioso escuchar las experiencias de personas que han logrado algún avance en esta tarea, pero cuando, según resultó evidente en este evento, no hay criterios académicos en la selección de los materiales que se presentan, ocurren cosas como las que presenciamos en situaciones en que las personas que realmente tenían algo que compartir tuvieron que reducir su participación a tiempos muy limitados para cederles el espacio a pedantones que se llenaban la boca con el "YO" y que ni siquiera tenían la cortesía de limitar sus intervenciones. De hecho, una constante que identifiqué fue la siguiente: Hablan más quienes tienen menos qué decir.

Finalmente, creo que cada quien, entre sus propias filias y fobias, encontró algo rescatable en el show. En mi caso, encontré sumamente interesante y reveladora la brevísima particiáción del Dr. Sergio Arzola, de la Pontificia Universidad Católica de Chile, quien de forma simple y con un lenguaje sencillo nos explicó el sentido que tiene formar docentes en competencias a través de un enfoque por competencias. El martes 23 por la tarde tuve la oportunidad de participar en una conversación más cercana con él, pues visitó nuestra Normal y mi directora Lety (por eso la quiero) me invitó a participar en la reunión a la que finalmente asistimos 6 o 7 personas que tuvimos la oportunidad de conocer más sobre este académico y sus ideas.

Algo que me quedó muy claro es que actualmente nuestro sistema educativo (en México) se debate entre dos concepciones opuestas del sentido que tiene educar por competencias, pues coexisten una visión pragmática sustentada en el pensamiento neoliberal (que es la promovida por la OCDE) y una visión humanista que se mueve en el marco de un pensamiento social demócrata (con todos los matices ecologistas, libertarios y de combate al hambre y a la pobreza que se le puedan conceder). Tal pareciera que mientras los dueños del capital quieren trabajadores competentes, los intelectuales contemporáneos optan por ciudadanos competentes; aunque a final de cuentas las diferencias tienen mucho de ambigüedad. Lo más terrible y confuso es que ambos enfoques comparten muchos principios teóricos, situación que sólo contribuye a enrarecer el panorama y dificulta la toma de decisiones.

Una revisión somera del perfil de egreso de la Licenciatura en Educación Secundaria nos permite reconocer un enfoque social en la definición de competencias esperadas; sin embargo, al revisar los criterios y los métodos que se aplican en la evaluación de los estudiantes (Seguimiento y evaluación, en la Red Normalista), se puede observar la prelavencia del enfoque utilitario del aprendizaje.

Un primer paso para clarificar un poco el panorama puede ser la revisión y discusión de la obra de Philippe Perrenoud, uno de los autores más recomendados por el Dr. Arzola y que desde hace cuatro años se ha venido integrando al campo teórico que da sustento a la reforma educativa en nuestro país. Me gusta una advertencia que hace Perrenoud en uno de sus textos: "nada tengo que decir a quienes quieren profesores elitistas o ejecutantes dóciles".

Actualmente es posible encontrar varias de sus obras en el mercado mexicano (y la Feria del Libro puede ser un buen lugar para adquirirlas), como Diez nuevas competencias para enseñar (Graó), Desarrollar la práctica reflexiva en el oficio de enseñar (Graó), y Construir competencias desde la escuela (J C SÁEZ, éste es chileno). Pero también hay acceso a algunas de sus obras en línea (aunque la mayoría de ellas están en francés) en su web personal: http://www.unige.ch/fapse/SSE/teachers/perrenoud/php.html.

Aquí están los links a dos de sus textos en español (la web es compleja y con un sistema de catalogación muy obsoleto): Formación de docentes en el siglo XXI, y Aprender en la escuela a través de proyectos: ¿por qué?, ¿cómo?.

Por supuesto que los textos no son mágicos. He vivido la experiencia de ver cómo una excelente idea, claramente planteadaen algún texto, es torpemente tergiversada para ser usada como sustento de prácticas reprobables: no por mala voluntad sino por falta de alcances. Para evitar que eso ocurra, la única vacuna es la lectura analítica compartida y el diálogo académico responsable.

Un IQ superior al de un plátano también ayuda.

sábado, 13 de septiembre de 2008

La otra casa del otro Asterión (y que Borges me perdone)



Soy el Asterión, y esta es mi casa. Acepto sin reservas las acusaciones de soberbio y de bruto que mis detractores puedan dedicarme; y sin embargo rechazo aquellas que ponen en duda mi magnificencia y mi generosidad. Es falso que mi casa es un sitio de perdición reservado para iniciados; sus puertas, que sin ser infinitas son amplias, permiten la entrada a cualquiera que exprese el honesto deseo de recibir la bendición de mi sabiduría. Mienten quienes afirman que mi casa es igual a otras tantas que existen por las Antiguas Tierras del Fierro, en los Purísima Tierra, o en la Tierra de Cítricos: mi casa es única y, aunque aquellas han tratado de imitarle, no hay forma de repetir la opulencia y el dispendio que el visitante puede gozar en mi lar. Tampoco es cierto que no me atrevo a salir a presentar mi conocimiento ante los demás. Es sólamente que no me gusta participar en congresos ni andar humillando a la gente con mi sabiduría. Si quieren les mando choferes y edecanes para su congresito. No en vano es una corte de reinas la que me ha hecho lo que soy, y no me puedo confundir con el vulgo.

El hecho es que soy único. No me interesa lo que un hombre pueda transmitir a otros hombres. Hasta la fecha no tengo la menor idea sobre qué es la comprensión lectora y estoy convencido de que la única verdad del mundo está en mi casa y en la sacra doctrina del sabio Marzano, que tan noblemente su testaferra de la Leyva me ha predicado. Sé que la verdad está en un Documento que algún día alguien será capaz de contruir. Sé que mi madre se creía y se sigue creyendo reina, y que mi padre fue un búfalo salvaje.

Por lo restringido de mi conocimiento, sin embargo, a veces me aburro.

Claro que no me faltan distracciones. Me gusta andar haciéndome pendejo por los múltiples pasillos, recovecos y escalas con que mis servidores han llenado mi casa. No se me oculta que han aprovechado para engordar sus propios bolsillos, pero eso es poco importante ante el fasto y el oropel. A veces doy vueltas y vueltas hasta marearme, o me pongo a inventar programas de tutorías, de evaluación, o de mejoramiento institucional, y termino igual de mareado y sin llegar a ningún lado. Después de que me levanto de mi mareo, encuentro otra puerta, otro recoveco u otro espacio por donde deambular. Otro juego que disfruto es el de tratar de partirle la madre al otro Asterión, el que seguramente surge de la falta de un enemigo político al frente. Entonces divido mi personalidad y me lío a golpes, insultos y descalificaciones a mí mismo hasta terminar con todo el hocico sangrado, como el caballo de José Alfredo. En ocasiones he tratado de usar Internet, pero me lo tienen con acceso restringido los bastarditos de mi Padre Bufalín.



Son catorce (son infinitos) los recintos, pasillos y escaleras el lugar en el que habito. Mi casa es el único mundo que importa. Dos veces cada año, entran a mi casa hombres y mujeres jóvenes para que yo les libere de todo mal. Veo sus altos promedios, y corro alegremente a partirles en pedazos las esperanzas, la sabiduría, las ilusiones y la vocación. Juego con ellos por cuatro ciclos hasta que no quedan más que despojos desesperanzados que mando al mundo con los ojos en blanco y con las mentes sorbidas para repetir el evangelio de mis madres entre los catorce (infinitos) hijos del hombre.

Supe que pensaban mandar a Teseo para hacerme la competencia desde su propia casa, pero mis madres ya se están arreglando con mi hermana Ariadna para tenderle un cuatro junto con una banda nueva de Doctores de la Ley, y mandarlo mucho a la conch'esu mare.

Al término de sexenio la nueva casa de adiestramiento brilló. No quedaba ni un resto de conocimiento en la casa de Asterión.

--Ariadna --dijo Teseo, --Se me hace que mejor dejamos que el Minotauro se acabe sólo.

domingo, 24 de agosto de 2008

Cuento

. Había una vez...
. Un hombre que nunca supo
. que era la ficción de un hombre
. que nunca supo
. que era la ficción de un hombre que
. nunca supo que...

martes, 12 de agosto de 2008

Girondelas

HAY QUE COMPADECERLOS
Oliverio Girondo

No saben.
¡Perdonadlos!
No saben lo que han hecho,
lo que hacen,
por qué matan,
por qué hieren las piedras,
masacran los paisajes...
No saben.
No lo saben...
No saben por qué mueren.

Se nutren,
se han nutrido
de hediondas imposturas,
de cancerosos miasmas,
de vocablos sin pulpa,
sin carozo,
sin jugo,
de negras reses de humo,
de canciones en pasta,
de pasionales sombras con voces de ventrílocuo.

Viven
entre lo fétido,
una inquietud de orzuelo,
de vejiga pletórica,
de urticaria florida que cultiva el ayuno,
el sudor estancado,
la iniquidad encinta.

No creen.
No creen en nada
más que en el moco hervido.
en el ideal,
chirriante,
de las aplanadoras,
en las agrias arcadas
que atormentan al éter,
en todas las mentiras
que engendran las matrices de plomo derretido
el papel embobado
y en bobina.

Son blandos,
son de sebo,
de corrompido sebo triturado
por engranajes sádicos,
por ruidos asesinos,
por cuanto escupitajo se esconde en el anónimo,
para hundirles sus uñas de raíces cuadradas
y dotarlos de un alma de trapo de cocina.

Sólo piensan en cifras, en fórmulas, en pesos,
en sacarle provecho hasta a sus excrementos.
Escupen las veredas,
escupen los tranvías,
para eludir las horas
y demostrar que existen.

No pueden rebelarse.
Los empuja la inercia,
el terror,
el engaño,
las plumas sobornadas,
los consorcios sin sexo que ha parido la usura
y que nunca se sacian de fabricar cadáveres.

Se niegan al coloquio del agua con las piedras.
Ignoran el misterio del gusano,
del aire.
Ven las nubes,
la arena,
y no caen de rodillas.
No quedan deslumbrados por vivir entre venas.
Sólo buscan la dicha en las suelas de goma.
Si se acercan a un árbol no es más que para mearlo.
Son capaces de todo con tal de no escucharse,
con tal de no estar solos.

¿Cómo,
cómo sabrían
lo que han hecho,
lo que hacen?

¿Algo tiene de extraño
que deserten del asco,
de la hiel,
del cansancio?

Sólo puede esperarse
que defiendan el plomo,
que mueran por el guano,
que cumplan la proeza
de arrasar lo que encuentren y exterminarlo todo,
para que el hambre extienda sus tapices de esparto
y desate su bolsa ahíta de calambres.

Son ferozmente crueles.
Son ferozmente estúpidos...
pero son inocentes.

¡Hay que compadecerlos!

viernes, 1 de agosto de 2008

Gesticulaciones 1

Cerca de mi casa se realizaron hace poco una serie de obras de tipo vial, concretamente en la avenida Leones se construyeron varios pasos a desnivel y otras obras de ese tipo. En medio de todo, el alcalde se preocupó -y ha hecho mucho énfasis en ello- por atender a las facilidades para las personas con necesidades especiales. En el cruce de Leones y Moisés Sáenz hay una especie de distribuidor vial con muchos semáforos e isletas. Coherente con el propósito de apoyar a los discapacitados, las isletas se han provisto de lindas rampas que reciben mantenimiento frecuente para que sigan mostrando el color azul característico de los accesos para sillas de ruedas. Se ven muy bonitas, pero resulta que no sirven para nada.






Como resulta evidente en las imágenes, si una persona en silla de ruedas tratara de avanzar por las rampas y las banquetas, toparía con las señales que avisan que ahí están las rampas y las que previenen a los automovilistas de las curvas. ¿Se trata de actos perversos maquinados por una mente retorcida que busca formas crueles para burlarse de los discapacitados?

No lo creo. Por el contrario, estoy convencido de que se trata de un simple acto de estupidez. Y es que realmente lo último que le importa al alcalde y su equipo son los discapacitados. Mantienen las rampas bonitas y señalizadas como una forma de decir al mundo: "Véanme. Soy un hombre bueno y preocupado por los débiles y los desprotegidos. Véanme, puedo ser un el padre amoroso que cuida de sus hijos si me lo permiten" Es, pues, un asqueroso acto de gesticulación en que las verdaderas intenciones (la búsqueda del poder y de las riquezas que conlleva) se ocultan bajo el manto vistoso de la compasión.

Y es que tras toda búsqueda de poder se encuentra la búsqueda del provecho personal. Igual pasa con los estudiantes que pelean por el control de la mesa directiva, los honestos trabajadores que se quieren sacrificar para servir a sus colegas como representantes, los "intelectuales" que se desviven por lograr un puesto directivo, o un alcalde que aprovecha cualquier oportunidad para decir que es bueno y amoroso. Buscan, más que el poder o la representatividad, los beneficios que conllevan. ¿Mantendrían su interés si se vedara el acceso a los beneficios personales? No lo creo.

jueves, 17 de julio de 2008

Entre lectura y queso cortado

Hay gente a la que le parece desagradable, pero yo tengo la sana (digo yo) costumbre de leer en el baño. Es más: el baño se ha convertido en mi sala primaria de lectura, casi en una pequeña biblioteca. A tal grado he llegado en la intensificación de la práctica que estoy en condiciones de dar un recuento de textos que he leído últimamente, exclusivamente en los tiempos dedicados a ese espacio, y contando exclusivamente a partir de la semana santa, que fue cuando la lectura de libros reemplazó a la habitual lectura de periódicos y revistas en ese espacio.

Sale pues en caliente:

"El libro de las tierras vírgenes" de Rudyard Kipling. Es con mucho mi libro favorito, o al menos el único que disputa ese honor con "El nombre de la rosa". Si hago cuentas, "El libro..." ha sido mi favorito desde que tenía 14 años (30 a la fecha, pues) y "El nombre..." desde que tenía 24. El primero lo he comprado en no menos de diez ediciones diferentes, de las que actualmente conservo cuatro, de "El nombre..." habré comprado cuatro ejemplares en diferentes ediciones (sin contar una que le robé a Oscarito, luego que cuento cómo, y que en un acto de justicia poética Lucy me robó a mí), sin que a la fecha cuente con alguno. Dicho lo anterior, y al margen de pasiones intelectuales, queda bien claro que "El libro..." es mi libro favorito, y es el que inauguró, en la edición de Porrua, esta renovada práctica de la biblioteca literaria en sillón de cerámica.

"Veinte mil leguas de viaje submarino" de Julio Verne. Nunca lo había leído, aunque por mucho tiempo tuve la intención. Es un texto un tanto difícil por la gran cantidad de referencias científicas que contiene y llegan a volverlo pesado. Fuera de eso, la lectura es agradable y la aventura memorable. Edición de Porrúa (últimamente he comprado muchos libros de Porrúa, Colección Sepan Cuantos...).

"Aventuras de Sherlock Holmes", "La resurección de Sherlock Holmes" y "Nuevas y últimes aventuras de Sherlock Holmes" (los dos últimos, adaptaciones libres de los títulos originales: "The return of Sherlock Holmes" y "The Case-Book of Sherlock Holmes") de Sir Artur Conan Doyle. El detective es uno de los personajes favoritos no sólo de este servidor, sino de toda una generación de apasionados por las relaciones entre significados y sentidos de los signos. El personaje de Conan Doyle constituye el verdadero arquetipo del pensador racional que es capaz de resolver los problemas más intrincados que puedan surgir. No es de extrañar que grandes intelectuales, como es el caso concreto de Umberto Eco o de Jorge Luis Borges, le rindan homenaje en sus obras.
Un dato de trivia: Mientras que el personaje de Sherlock Holmes fue inspirado por una persona real, un médico victoriano que se distinguía por su habilidad para reunir datos y pistas, aparentemente inconexas, que le permitían diagnosticar y curar enfermedades, en la actualidad, el personaje del Dr. House (un médico que se distingue por su habilidad para reunir datos y pistas aparentemente inconexas para la resolución de casos) fue, declaradamente, inspirado en el famoso detectivo de Conan Doyle.
Ejemplar editado por Porrúa que reúne los tres libros de cuentos mencionados (Sepan Cuantos... No. 345). También fue una relectura de orden sanitario.

"El libro de los amores ridículos" de Milán Kundera. Este libro tiene una historia muy particular. A diferencia de los otros, no se trató de una relectura, sino de una lectura primaria. Me lo regaló mi esposa como recuerdo del día que presentó su examen de grado en la maestría de la Facultad de Psicología. Resulta que ese día justamente, el 19 de junio, se cumplían 40 años de la publicación original de éste, uno de los primeros libros "decisivos" de Kundera. Es innecesario que repita otra vez mis muy repetidas alabanzas hacia el genio checo de la narrativa psicosocial. Prometo dedicarle un espacio a la reseña específica de este libro. Edición de Tusquet.

Con menos suerte que los anteriores, pues no los leí por completo, pasaron también por la sala íntima de lectura los "Cuentos escogidos" de Chejov, "El libro de arena" de Borges, el primer ejemplar de los "Cuentos completos" de Asimov y "La isla del día de antes" de Umberto Eco. Aclaro que todos son libros previamente leídos y que sólo se libraron de la relectura mornárquica, y los textos de Borges y Chejov los leí de todas maneras, aunque no en el cuartito.

Anteriormente, aunque de forma más esporádica y alternando su lectura con los mencionados periódicos y revistas en los meses de enero a marzo, también tuvieron su espacio en la minibiblioteca del queso cortado: "El hombre duplicado" de Saramago, y "El evangelio de Lucas Gavilán" de Vicente Leñero.

¿Por qué ahí? Porque he tenido mucho trabajo, y es casi el único momento que puedo dedicar a la lectura; y prefiero leer ahí que no leer.

Y en forma atípica (para mí) de cerrar un texto, les dedico esta canción de Charlie Sheen:



Por cierto, y aprovechando el viaje, los invito a ver los videos de mis alumnas y alumno de 8avo semestre cuando hicieron sus predefensas.

domingo, 18 de mayo de 2008

Yo, el más procastinador de todos

Leí recientemente un artículo que habla de las causas y las consecuencias de la falta de atención durante el trabajo. Ahí se explica que la pérdida de interés en lo que se está haciendo es una condición frecuente que, sin embargo, se vuelve preocupante cuando dicha falta de atención se aplica (o deja de aplicarse) en tareas sensibles, e incluso peligrosas. Aún actividades altamente estresantes, que supuestamente nos obligan a secretar cantidades excesivas de adrenalina, llegan a provocar una saturación física y emocional que genera el deseo de evasión; el resultado final es que se pierde la atención y aún cuando esto no provoque errores o accidentes, termina por postergar la conclusión del trabajo.

Cuando la postergación del trabajo o de las responsabilidades se convierte en una conducta constante o al menos muy repetida, se llega a la situación llamada procastinación. Entonces un procastinador es una persona que frecuentemente se retrasa en la ejecución de su trabajo. Los factores que llegan a ser motivos para la procastinación, según el mismo artículo, son: la confianza excesiva en sí mismo para hacer el trabajo ("lo hago luego, que al cabo lo termino pronto"); qué tan placentera (o poco placentera) resulta la tarea; la perspectiva de conseguir una recompensa ("para qué le dedico mucho, si ni me van a dar puntos extras"); y la capacidad o nivel de proclividad a la distracción... ¿de qué estoy escribiendo?

Personalmente, la tendencia a la procastinación me ha resultado en una de las principales causas para muchos problemas y -déjame llamarlos así- algunos fracasos personales. Hace cosa de tres años tuve la oportunidad de publicar un libro (sé hacer lo que tenía que hacer), pero mi tendencia a postergar me impidió lograr la meta (El mismo artículo menciona el caso de un escritor reconocido como procastinador que dijo: "Me gustan las fechas límite de entrega porque me encanta el ruido que hacen cuando pasan volando"; haz de cuenta...). No he escrito mi tesis de maestría aunque tengo materiales suficientes para hacer dos de ellas. Tampoco he acreditado el requisito de inglés de la Escuela de Graduados aunque mi inglés es de buen nivel. No escribo mis textos para la DobleEle. El estante de mi librero dedicado a lecturas pendientes ya ha sido ampliamente rebasado. Etcétera, etcétera.

Quiero pensar (tengo que creerlo) que me he vuelto menos huevón (de hecho puedo demostrarlo) y que ahora que se presenta nuevamente la oportunidad de publicar, siempre y cuando cumpla con un apretado calendario de entregas, tendré la capacidad y la disposición para lograrlo. También pienso dedicar mañana mismo un espacio de tiempo para escribir uno de los dos textos que tengo planeados para la DobleEle: o uno sobre el Principio de Peter, o una reseña a un libro de gramática que me parece excelente.

Ya dejé de fumar; ahora tengo dos metas: disminuir mi consumo de alcohol (que incrementé desde que dejé de fumar), y dejar de postergar. No quiero convertirme ni en abstemio ni en obsesivo del trabajo, pero pretendo ubicarme en un nivel más aceptable para ambas actividades. También tengo la intención de hacer un reajuste en mis blogs (sin borrar ya; que luego lamento haber perdido algunos textos como en dos ocasiones anteriores), porque pretendo convertir (o si en necesario crearlo) uno de ellos en una especie de diario público, dejando éste exclusivamente para la parte reflexiva, y dejar las producciones de tinte académico para la DobleEle... algún día.

Total: lo puedo hacer rápido, no es algo que deseo con mucha intensidad, nadie me va a pagar por hacerlo, y estamos en pleno periodo de fin de temporada de mis series favoritas.

Luego te platico en qué acabé.

El artículo referido es "¿Dónde tenía la cabeza?" de H. Pringle y R. Fisher, aparecido en la revista Quo 127, del mes de mayo de 2008, México, p. 78-82

viernes, 9 de mayo de 2008

Saber por qué

Esto de ser maestro se ha convertido en algo demasiado intuitivo. Es frecuente, mucho más de lo deseable, encontrarse con docentes que imparten su clase con el único propósito de "ver el tema". Quiero decir; no está bien; no es así. No somos pericos que repiten sonidos para ganar una galleta. Tampoco es como tener muy firme un conocimiento y repetirlo hasta que el alumno lo repita igual. Es decir: hay que saber por qué hacemos lo que hacemos; que es la única forma de saber si lo estamos haciendo bien.

Déjame ponerlo simple: detrás de cada contenido temático hay una serie de razones (para qué servirá a la persona, por qué es importante que sepa eso), un conjunto de condiciones (cómo puede/debe aprenderlo, cómo se lo debe de enseñar), y una base teórica (cómo se construye ese conocimiento, qué aprende la persona cuando aprende eso). Todo ese enjambre teórico y metodológico suele ser omitido en los procedimientos de planificación didáctica, dado su alto grado de complejidad.

Con mucha frecuencia, los maestros nos atrevemos a impartir una clase de un tema que ignoramos y del que no tenemos idea sobre la forma de enseñarlo. ¿Ejemplos? Claro: pedimos al muchacho que lea y anote las ideas más importantes de lo que leyó, pero no le explicamos cómo identificar esas ideas importantes; le solicitamos que escriba un ensayo, pero no le enseñamos cómo se escribe; exigimos a los pasantes que escriban un documento recepcional sin explicarles cómo se hace; exigimos a los maestros que elaboren evaluaciones tipo PISA sin enseñarles (de verdad enseñarles) a hacerlo. Y acabamos construyendo un gran mito en torno a lo que se debe de hacer y las razones por las que nunca funciona lo que se hace "bien", cuando la única verdad es que pedimos a otros que hagan cosas que nosotros mismos no sabemos hacer (y por lo tanto somos incapaces de enseñar a hacer).

La enseñanza funcional del español es una de las tareas más complejas que existen en la educación por la gran cantidad de procesos intelectuales, interacciones sociales y culturales, y mecanismos lingüísticos que subyacen a cada uso comunicativo. Enseñar gramática y ortografía es muy simple, porque se limita a la transmisión de unas cuantas reglas y procedimientos estandarizados.

Enseñar a expresar ideas y fundamentarlas oralmente o por escrito, enseñar a comprender información que se recibe auditivamente o por lectura; esas son tareas verdaderamente complejas porque parten de al menos 4 condiciones: I. Ser practicante eficiente de esa actividad, II. Conocer los procedimientos intelectuales que deben ser promovidos en la enseñanza, III. Conocer las características estructurales y funcionales de las emisiones lingüísticas involucradas en la actividad, y IV. Dominar una metodología de enseñanza que facilite la interacción didáctica.Pretender enseñar lengua fuera de esas condiciones es simplemente un acto de gesticulación.

Un ejemplo de esa forma de actuación que, te lo juro, me da en la cara, es la relacionada con la supuesta enseñanza de la comprensión lectora. Hay una serie de mecanismos intelectuales que entran en funcionamiento cuando una persona con experiencia se pone a leer un texto. El psicólogo, pedagogo, sociólogo e investigador norteamericano (¿o es canadiense?) Kennet Goodman llamó a esos mecanismos "estrategias". Pues ahí tienes que ahora hay montones de maestros convencidos de que las estrategias de lectura se enseñan, y se ponen a dar indicaciones como "aplica la anticipación para predecir de qué se trata el texto"; cuando lo que deberían de hacer es focalizar la atención del alumno en la identificación de las llamadas "marcas textuales", cuyo reconocimiento, efectivamente, promueve el desarrollo de estrategias intelectuales de lectura como la anticipación y la predicción. Claro que para eso tendrían que saber cuáles son esas marcas textuales, cómo se reconocen, y por qué están ahí.

Y no lo saben.

martes, 22 de abril de 2008

Día del libro

El 23 de abril es la fecha en que se conmemora la muerte de dos grandes escritores: Cervantes y Shakespeare. No; no murieron el mismo día pero sí en la misma fecha, sólo que una perteneciente al calendario gregoriano que usamos actualmente, la de Cervantes, y la otra al calendario juliano: la de Shakespeare, quien para nuestro calendario murió el tres de mayo. Eso sí: ambos fallecieron el año de 1616.

Como una forma de honrar a estas grandes figuras, la UNESCO estableció el 23 de abril como el Día Internacional del Libro y de los Derechos de Autor, fecha que en mucho pasa desapercibida en nuestra comunidad a causa de las muchas y difusas celebraciones del libro y la lectura que, dicho sea de paso, suelen revestirse de actividades comerciales y eventos para la toma de fotografías de funcionarios que por única ocasión en el año tienen un libro en sus manos.

Como sea. Lo importante es que la fecha no pase desapercibida, y la mejor celebración será leer un libro y recomendar un libro a alguien. También podemos aprovechar la ocasión para deshacernos para siempre de esos libros fotocopiados que están dañando el patrimonio y violentando los derechos de algún autor.

En breve: Lee un libro. Recomienda un libro. Evita las copias ilegales.

Feliz Día del Libro.

jueves, 17 de abril de 2008

Blog - blog - blog

Esto de los blogs se ha convertido en todo un fenómeno mundial. Ya no sólo es el recurso para que la gente de a pie dé a conocer masivamente sus ideas. Diarios, empresas y organismos administrativos, gubernamentales incluídos, han encontrado en los blogs un recurso insuperable para dinamizar el grado de contacto con sus clientes, por no hablar de las instituciones educativas que lo han convertido en recurso para informar y formar. En febrero de este año, Sara Boxer publicó en el New York Times un interesante artículo sobre los blogs que ilustra ampliamente lo que estoy comentando.

Concretamente en el ámbito educativo, grupos y sectores académicos y estudiantiles han hecho del blog una herramienta de primer nivel para coordinar acciones educativas asíncronas que, principalmente por la flexibilidad de la interfase con que se elaboran, ha devenido como un reemplazo ventajoso para muchos de los usos que tradicionalmente se conferían a los foros (que siguen vivos y funcionales, pero en un nicho mucho más especializado que el de la mera opinión: luego te platico de ellos).

Pues fíjate que en la normal en la que trabajo ( Escuela Normal Superior "Profr. Moisés Sáenz Garza", del estado de Nuevo León, para quienes me han preguntado) existe un importante apoyo al diseño didáctico y a la acción educativa centrada en el uso de los recursos informáticos, uso de los blogs incluído. Pero, no lo vas a creer, aunque se cuenta con una carísima infraestructura para la conexión inalambrica de alta velocidad a Internet, su funcionalidad es absolutamente nula.

El área de informática de la ENS se ha convertido para mí, de dos años a la fecha, en una fuente permanente de molestia e incomodidad, por muchas razones, algunas de ellas ya expuestas anteriormente, que me hacen dudar acerca de la cordura y competencia de quien toma las decisiones en relación con el uso de la tecnología. Puedo mencionar, por ejemplo, que en "las caballerizas" (Así llamamos a una sala de maestros con computadoras. A la directora le molesta porque siente que es denigrante, pero poco hace para disminuir la ofensa en los actos que diariamente realiza su administración contra los docentes); te decía que en las caballerizas hay computadoras con acceso a Internet, pero se trata de una acceso limitado y filtrado. Por el contrario, cualquier secretaria (y no es peyorativo: cuando digo cualquiera quiero decir todas o cualquiera de ellas) puede acceder desde su computadora a sitios y recursos que se encuentran restringidos para la sala de maestros. También existen nodos o áreas de trabajo que accesan libremente a Internet. Aunque Isaías Torres (Secretario General) insista en que no hay tratos preferenciales para nadie: los hechos dicen que esa afirmación es falsa.

La joya más reciente de los genios tomadores de decisiones se mueve en el siguiente tenor:

De unos meses a la fecha, varios compañeros de trabajo (en la mencionada escuela) hemos encontrado en los blogs el canal adecuado para expresar abiertamente nuestras inconformidades y denuncias en torno a la manera en que se hacen las cosas en esta institución. De forma inesperada, lo que inició como un ejercicio de concreción de ideas y de mutuos apapachos, devino en un producto de alta difusión (tampoco es que nos vayamos a enriquecer insertando publicidad de google en nuestros blogs; no es para tanto) y de inesperadas repercusiones: Una cosa es ejercer el derecho al pataleo y otra cosa es ser tomado en cuenta.

Pues, para no alargar mucho la historia, alguien en la Normal (ENSMSG) se molestó con nuestras acciones, y actualmente existen blogs de colegas y alumnos específicamente bloqueados para el acceso desde la escuela. Tampoco es posible acceder a las páginas de creación de blogs, ni de creación de entradas, ni de lectura o creación de comentarios. Claro que esa situación no aplica para las computadoras de los jefes, sus secretarias y achichincles, que sí son iguales pero no tan iguales, quienes sí pueden navegar por donde les venga en gana.

Y es que entiendo que se restrinja el acceso a sitios de descarga de vídeos, música y software por parte de los alumnos, pues si todos se pusieran a descargar lo que se les ocurra, aniquilarían el ancho de banda, pero... ¿restringir el acceso a los blogs? ¿Cómo afecta al ancho de banda? ¿o será más bien porque la crítica provoca escozores hemorroidales? ¿Resulta más cómodo ocultar lo que se ve feo; ocultar la cabeza como el avestruz?

¿Sabes cómo se le llama a esa forma de actuar? Se le dice fascismo; y su naturaleza es completamente opuesta al diálogo y a la concordia. Es que hay gente que no se ha enterado de que el respeto funciona en doble sentido: si se otorga se recibe. Y además, como forma de enfrentar la situación, es poco inteligente.

Tampoco es que me extrañe.

martes, 15 de abril de 2008

Las cosas y sus valores

En una ocasión un amigo tuvo un choque después de una fiesta. Me tocó llegar momentos después del accidente en el que, afortunadamente, nadie salió seriamente lastimado. Aparentemente la culpa del choque fue de mi amigo que se le atravesó al paso a un taxista, cuyo coche quedó bastante dañado. Al lugar llegamos Lucy, Ileana y este servidor; fundamentalmente como apoyo moral, pues poco podíamos hacer en relación con el accidente, y nos tocó ser testigos de cómo el taxista, en un arranque de furor, la emprendió a patadas contra el carro de mi amigo: insisto, del carro.

El descrito es un ejemplo de conducta primitiva que surge de una forma de pensar que se encuentra arraigada en una concepción mágica del mundo, en la que se confiere a las cosas una voluntad y cierto nivel de poderes. Lo explico: En la antigüedad, los hombres creían que las cosas y los fenómenos naturales poseían cierto nivel de conciencia, de tal manera que, por ejemplo, el trueno aparecía con la intención de anunciar algo, o el sol salía cada mañana como un premio a cierto deseo de beneficiar a los humanos. Esta manera de concebir las relaciones de los hombres con la naturaleza es a lo que se llama "pensamiento mágico", y tiene sus orígenes en los albores de la civilización.

Si tomamos en cuenta que el surgimiento de los primeros rasgos de civilización surgieron hace alrededor de 20,000 años, que la cultura más antigua (incluyendo escritura) debió aparecer en China hace cerca de 4,500 años, y que el origen del pensamiento moderno o racional no supera los 300 años (con un largo inter previo en el que dominó el pensamiento místico o religioso), es fácil entender porqué en el fondo de nuestra conducta aún se encuentra arraigada la concepción mágica del universo.

Es evidente que todos tenemos nuestros arranques de primitivismo en algún momento; por ejemplo cuando nos colgamos un amuleto o nos ponemos calzones rojos/amarillos en el último día del año. Se trata de prácticas hasta cierto punto inocentes que no hacen daño a nadie.

Mala la cosa cuando la práctica primitiva corre a cuenta de las instituciones creadas para preservar la racionalidad como, en el caso específico al que me referiré, la Secretaría de Educación; y la cosa a la que se le ha conferido un sentido mágico se llama evaluación.

La inclusión de México en los programas internacionales de evaluación de la OCDE (PISA, 2000), después de muchos años de resistencia por parte del sindicato y de las autoridades educativas para permitirlo, vino a poner en evidencia las fuertes carencias y debilidades del sistema educativo nacional. Recuerda cómo se ocultaron los resultados y cómo se trató de deslegitimar la validez del examen desde el principio por parte de los líderes sindicales. El inevitable comparativo internacional nos ubicó en los últimos lugares de desempeño. Por cierto: aunque los datos estuvieron disponibles en Internet con mucha oportunidad, los actores del sistema educativo nacional los desconocían gracias a esa dinámica que existe de sólo aceptar como válido aquello que es publicado por la autoridad.

De forma casi instantánea, las prioridades de las autoridades educativas nacionales y locales se volcaron hacia mejorar los resultados de evaluación. Lo que comenzó a moverse en el ámbito de lo ridículo fueron los métodos. Aquí en Nuevo León, por ejemplo, la "maestra milagrosa" que teníamos como secretaria de educación decretó que los niños tenían que aprender a contestar exámenes. Su razonamiento era muy simple: no es que no tengan conocimientos, lo que pasa es que se confunden con el tipo de examen y las condiciones para contestarlos; y ahí nos tienes a todos los maestros tratando de hacer exámenes "tipo PISA" sin saber, lo que cayó en la elaboración de ridículos mamotretos que hacían todo menos evaluar.

Nuestro actual secretario de educación, Silvestre "me parece que vi un lindo gatito" Reyes Tamez, no lo ha hecho mejor; no sólo está convencido de que los estudiantes salen mal en las evaluaciones porque no han practicado lo suficiente: ahora se ha inventado un completo paquete extra de evaluaciones que lo único que han logrado es promover el surgimiento de cursos y guias de preparación para mejorar los resultados en las evaluaciones ENLACE, nacionales e intermedias.

Y mira que no estoy en contra de evaluar: por el contrario, estoy convencido de que la evaluación es la única forma coherente y objetiva de conocer el nivel de logro de una acción educativa, pero, a diferencia de la fetichista concepción contemporánea promovida por la autoridad, pienso que un estudiante que posee los conocimientos esperados podrá evidenciarlo en diferentes modos: incluso en una evaluación. Lo cierto es que en el afán evaluador, se han disminuido las oportunidades para educar a los alumnos. No es aceptable que todo un sistema conciba como cierta la premisa de que "a contestar exámenes se aprende contestando exámenes"; eso es una falacia.

Esa visión limitada de los alcances y la naturaleza de la evaluación no hace otra cosa que aproximarnos intelectualmente a los alcances y limitaciones del taxista que pateó el coche de Tomás Corona. Él cuenta con la justificación de la frustración y la adrenalina del momento que pueden llegar a cegar la razón y el buen juicio.

Comparativamente, nosotros, los educadores, autoridades educativas incluidas, quedamos como unos brutos que no tienen la menor idea del sentido y la utilidad de la evaluación y que, cuando los resultados no son los deseados, la emprendemos a patadas contra la evaluación que nos golpeó cuando menos lo esperábamos.

Y eso no es nada racional.

domingo, 13 de abril de 2008

¿Sí se puede?

"La ola" y la acuñación de la frase "Sí se puede", constituyen dos de las principales contribuciones regias a la cultura popular contemporánea. La primera se encuentra orientada específicamente al apoyo a los equipos en eventos deportivos; la segunda, aunque nacida en una campaña política y de la imaginación de un equipo publicitario, ha logrado una aplicabilidad insuperable en todo ámbito y situación.

"Sí se puede" es una frase que sintetiza de una forma muy clara y evidente la aspiración de una sociedad por escalar alturas y alcanzar logros que históricamente le han estado vedados.

"Sí se puede" clama la multitud esperanzada cuando el equipo de sus pasiones salta a la cancha a enfrentar al rival al que nunca ha podido vencer.

"Sí se puede" exclama al borde de las lágrimas (mientras besa una estampa de la Virgen de Guadalupe) el prietito flaquito-flaquito que ganó una medalla de cobre en loquesea representando a México en una justa internacional contra Guatemala y Surinam.

"Sí se puede" arenga el candidato opositor y claro perdedor en las encuestas para animar a sus partidarios a sumar votos y voluntades para su causa y para el bienestar de su patrimonio (del candidato, no de sus partidarios).

"¿Sí se puede?" le preguntó un reportero (en ese nuevo estilo huevón de entrevistar que se ha puesto de moda) a Alejandro González Iñárritu, con ocasión de la nominación de su película "Amores perros" al Oscar para la mejor película extranjera... y Alejandro lo mandó al diablo. Y externó la valoración más clara y lapidaria que se puede hacer para una expresión de culto: "No me gusta esa frase porque me parece muy perdedera"(sic).

Y es que lo cierto es que el "Sí se puede", más que un grito de guerra es una expresión de la frustración de quienes nunca logran nada y le otorgan al triunfo características de milagro o evento circunstancial. Lo usa el que siempre pierde y espera ganar alguna vez; o quien siempre se ha sentido humillado y sueña con cobrar retribución. Es un grito de impotencia: el reemplazo al llanto por el dolor de no ser.

En algún momento anterior escribí sobre la voz pasiva reflexiva que, además, tiene la característica de ser impersonal: "se piensa", "se dice", "se pretende", "se puede", etc., donde resulta evidente la falta de una persona gramatical que realice la acción. En el caso del "sí se puede", la carencia de persona gramatical exime al enunciante y al resto de los participantes de cualquier responsabilidad: ¿Quién puede? ¿Tú? ¿Yo?, ¿La Divina Providencia? ¿O los otros?

Me gusta más el "Yes, we can" que el precandidato demócrata, Obama, ha difundido entre sus seguidores. "Sí, nosotros podemos" (en realidad: "sí podemos") le pone nombre al encargado de alcanzar el logro propuesto: nosotros. Es cierto que los "paisanos" se apresuraron a traducir la frase con el, más familiar para ellos, "sí se puede", pero es innegable que la frase original es bastante clara en sus alcances e intención.

Digamos "sí puedo", "sí podemos"; que los perdedores sigan llorando con su "sí se puede".

lunes, 7 de abril de 2008

El silencio de los inconscientes

A la vieja usanza de los chistes de una noticia buena y una mala, Reyes Tamez despejó de una vez por todas (y eso es un decir, porque finalmente no aclaró nada, pero suena bien presentarlo así) las dudas respecto al futuro del normalismo en Nuevo León.

La buena, al menos para nosotros los moisesaenzgarzaneanos, es que no van a mover nuestra escuela y que tenemos un largo futuro garantizado en el mismo lugar. De alguna forma, supongo que la directora y sus allegados ya lo sabían y por eso se pusieron a construir; pero nosotros, los de a pie, la infantería, los no tan buenos como los buenos, los que siempre que hacen algo seguramente lo hacen con doble intención, los que somos iguales a todos pero finalmente no tan iguales... esos nosotros: no lo sabíamos.

La mala es el resto del iceberg (algo así como el 90%, según tengo entendido). Según el buen Silvestre, las tres normales estatales: básica, de especialización y superior, compartirán un sólo espacio en el Campus del Normalismo, que estará ubicado en, ya adivinaste, el espacio que actualmente ocupa el Centro Escolar Venustiano Carranza. A raíz de las inquietudes que generó la declaración del Gobe acerca del traslado de la Normal Básica a otro espacio, a Reyes no le quedó más remedio que soltar la sopa... o al menos el caldo.

Porque mencionó una cuarta institución cuya relación con las tres restantes no dejó claras: ¿Las tres normales más el nuevo Instituto de Estudios Superiores en Educación?, ¿o las tres normales como parte del ambiquísimo y etéreo instituto? Eso sí: dejó bien claro que lo del Instituto va.

Tampoco aclaró nada sobre el uso del espacio: ¿Quitarán de ahí el kinder, la primaria y la secundaria?, ¿o seguiremos conviviendo en el mismo espacio como muestrario vivo de todas las generaciones posibles? -como ya tenemos panteones a un lado, sólo faltaría que nos pusieran por ahí una maternidad para completar el catálogo-.

¿Y el estacionamiento? Recuerdo un verano en que tuvimos la oportunidad de usar un campo de futbol y una plaza completa como estacionamientos. Todos los espacios se llenaban al grado de que aún así las calles aledañas eran usadas como estacionamiento por los que llegaban más tarde. ¿Cómo se resolvería ese problema (que en lo local no se ha resuelto ni atendido, faltaba más) después de agregar la población de dos o tres instituciones educativas más?

Nada aclaró de ese y otros puntos como los tiempos, el financiamiento, las condiciones, etc. Y es seguro que al gobe no le gustó nada que su empleado se fuera de la boca, pues lo que habría sido una sensacional exclusiva periodística ("esta es la primera vez que este asunto se ventila públicamente" dijo Héctor Benavides y Reyes Tamez lo confirmó) quedó extrañamente silenciado en los medios electrónicos e impresos de la misma compañía.

Total que andan metidos en sus enjuagues y tenebras que sin duda les dejarán un buen billete en la pasadita. No me extrañaría que Reyes Tamez dejara la implementación del proyecto para última hora, tal y como lo hizo con la Reforma a la Educación Secundaria y con la Enciclomedia cuando fingió como Secretario de Educación a nivel nacional; eso permite reservarse casi todos los beneficios y evadir casi toda la responsabilidad por los fallos.

Total, aquí están sus pendejos que no dicen nada.

jueves, 20 de marzo de 2008

Los chicos bien

Atrapados por la corriente de las modas y las expectativas sociales, el día de hoy recibimos la visita de un revisor del ITESM para hurgar por nuestra situación financiera con miras a evaluar la pertinencia de otorgar una beca a mi hijo mayor, quien el próximo año deberá ingresar a la preparatoria. Obvia decir que se trató de la situación más inmoral en que me he visto involucrado en toda mi vida: "¿Cuánto gana?", "¿Qué otros ingresos tiene?", "¿Cuánto valen sus zapatos?", "¿No le alcanza para vivir mejor?", "Y lo que le queda... ¿en qué se lo gasta?". Me sentí como debieron sentirse las chicas de Tunick, en el Zócalo, cuando tuvieron que desfilar en pelota rodeadas de pelafustanes que ya se habían puesto sus calzones y agarrado sus cámaras.

Déjame te digo que yo no estoy muy convencido de querer que mi hijo sea un "Chico Tec", pues tengo, en cambio, la convicción de que la escuela pública otorga muchas más herramientas para la vida que cualquier escuela privada. Esa es la razón de que hace años haya optado por sacar a mis hijos de un colegio particular para inscribirlos en una escuela pública. Es verdad que los datos duros parecen contradecir mi idea: sin ir más lejos, las evaluaciones de Enlace y PISA arrojan resultados muy superiores para las escuelas particulares por encima de las de gobierno. Pero a veces los datos duros ocultan verdades que pudieran explicar muchas situaciones.

Desde mi perspectiva, las diferencias en los resultados de las evaluaciones mencionadas tienen más que ver con los padres de los estudiantes que con las ventajas pedagógicas, metodológicas o curriculares de las escuelas privadas. Digamos que existen dos tipos extremos de padres: los que se preocupan altamente por la educación de sus hijos por lo que se mantienen al pendiente de su desempeño y sus necesidades (incluyendo el contacto y apoyo a la escuela), y aquellos para los que la escuela cumple solamente con las funciones de guardería y requisito. Tengo la teoría personal de que la calidad de los resultados educativos de una escuela dependen del mayor porcentaje de padres de un tipo o de otro.

Las escuelas privadas suelen contar con una mayor cantidad de padres "preocupados", principalmente por la convicción de que esperan un buen producto a cambio de su dinero, lo que se refleja en un mayor cuidado en que los niños dediquen el tiempo necesario a sus deberes y en un apoyo más constante y decidido para la solución de los problemas que surgen; el resultado obvio es un mejor puntaje global en las evaluaciones que no depende de las diferencias operativas de la escuela. De hecho, muchas escuelas privadas suelen trabajar con métodos pedagógicamente poco recomendados y con una base docente de muy poca experiencia, lo que, en condiciones equitativas, representaría una desventaja ante la mayoría de las escuelas públicas.

Cuando una escuela pública construye una fama de excelencia, se convierte en un imán que atrae a una mayor cantidad de padres "preocupados", lo que le ubica en un buen nivel de competitividad. Lamentablemente esta no es una situación frecuente, y el índice de padres "indolentes" suele superar con mucho a los "preocupados", incidiendo directamente en dos dimensiones fundamentales: los resultados académicos de los alumnos, y el nivel de autoconfianza de los docentes. Estos dos componentes se involucran en una dinámica de "circulo vicioso" cuyas consecuencias son bastante comprensibles.

En el caso de la educación superior la situación no es muy diferente: las instituciones de mayor prestigio establecen requisitos más duros para los aspirantes, además de un mayor involucramiento de las estructuras familiares: el punto es que ni todo es dinero ni todo es trabajo mejor hecho. Si tienes mejores alumnos desde el principio, a la larga lograrás los mejores resultados institucionales. Es como una "fuga de cerebros" a nivel local: los "mejores" estudiantes se van al Tec y a la UDEM. Afortunadamente la competencia profesional y la calidad educativa se mueven en relación con muchas más variables que el promedio escolar y el resultado de un examen de inglés, por lo que las universidades públicas siguen egresando profesionistas con alto nivel de competitividad.

Solo para el ejemplo: la mejor universidad de hispanoamérica (de acuerdo con evaluaciones internacionales y pese a todos sus problemas de imagen) sigue siendo la UNAM.

Y es pública.

lunes, 10 de marzo de 2008

Web 2.0

Hace años, el uso de Internet semejaba mucho a la lectura del diario, pues el navegante se limitaba a pasar página tras página de texto cuyas características visuales no variaban más allá de algunos tipos diferentes de letras, tamaños y colores diferentes en las mismas, algún fondo simpático que en ocasiones nunca terminaba de descargarse (había inconscientes que se atrevían a poner imágenes de 250 ó 300 kb, como si uno hubiese tenido todo el día para estar conectado), ocasionalmente alguna pequeña foto. La presencia de los infaltables gifs animados, que llegaban a saturar páginas con flechas en movimiento, personajes bailando o haciendo alguna monería en forma infinita, constituían básicamente la principal diferencia entre leer en papel y leer en computadora.

Aunque prácticamente todas las páginas contaban con un vínculo para el envío de correo electrónico, las variantes de configuración de los mismos convertían su uso en materia reservada para genios informáticos y para egresados de las incipientes carreras informáticas. La llegada del correo web marcó el cambio de todo; fallaba frecuentemente, era lentísimo y pocas personas tenían una cuenta de Hotmail o de YahooMail, pero su llegada representó un paso agigantado para la verdadera democratización de la Internet. Aún así, esa era la web 1.0: un sistema y un concepto prácticamente unilateral en donde los roles de emisor y de receptor (o de servidor-cliente) se encontraban perfectamente delimitados.

Web 2.0 no es un sistema diferente, ni un software, ni un método; se trata de una forma de concebir las relaciones virtuales, radicalmente diferente a lo que fue en el origen.

Todo aquel que escribe un blog, publica fotografías o vídeos, participa en un foro, juega en interactividad con uno o más compañeros a distancia, conversa por medio de un "messenger", o agrega una nueva entrada en cualquiera de las numerosas "wikis", asume el papel de emisor o servidor que genera contenidos. Y eso es lo que, en esencia, caracteriza el concepto de web 2.0: una arquitectura abierta de relaciones virtuales en la que cualquiera de los nodos que integran la red puede asumir el rol de emisor o generador de contenidos, cualquiera que sea su tipo.

Esta mayor democratización de la web disminuye el rol hegemónico de las grandes potencias económicas en la determinación de los estándares científicos, o dicho de otra manera, ya no sólo quienes cuentan con grandes recursos financieros están en posibilidades de dar a conocer sus desarrollos científicos o sus interpretaciones de las cosas. En la actualidad podemos encontrar amplias comunidades virtuales de conocimiento en diferentes lenguas y culturas que no necesariamente son de países poderosos.

La presencia de culturas orientales resulta particularmente interesante en este sentido; comunidades indonesas, pakistanís, hindis, por mencionar algunas de las menos esperadas. Se trata de pueblos que históricamente han luchado contra la pobreza, el hambre y la marginación, y que han encontrado en la web 2.0 un filón para el desarrollo cultural. En América Latina sobresalen las presencias de Argentina, Chile y Colombia, además de una fuerte actividad de estadounidenses hispanohablantes, dentro del rubro de la generación de contenidos y bases de conocimiento. Particularmente Argentina se va posicionando gradualmente como puntero latinoamericano en desarrollo informático y en creación de conocimientos, lo cual es necesariamente bueno y sienta un antecedente que permite augurar un futuro promisorio para los argentinos.

Quienes no figuramos somos los mexicanos; tenemos más computadoras que los argentinos, mayores velocidades de conexión que los colombianos, tarifas de Internet más económicas que los chilenos... pero no generamos contenidos. Nos limitamos a bajar vídeos y canciones, a enviarnos cadenas por correo y a criticar lo que hacen los demás. Los mexicanos no participamos en las wikis, pero sacamos toda nuestra información de ahí; no hacemos contribuciones a las bases de conocimiento públicas (siempre soñamos con que alguien nos va a pagar mucho dinero por lo que escribimos o dibujamos), pero no tenemos empacho en usar el conocimiento publicado por otros ("Pendejos, quién les dijo que lo pusieran allí" -con tonadita madreadora-).

Lo malo es que nos estamos quedando rezagados y los resultados son los que se ven en las evaluaciones internacionales. No se remedia el bajo nivel cultural y científico enseñando a los estudiantes a contestar exámenes o macheteándose guías para los mismos. Es necesario integrarlos e integrarnos a una cultura de generación de conocimiento en donde deje de campear ese egoísmo que nos hace seguir atados al viejo precepto de que la información es poder.

La información ya no es poder: es herramienta. El verdadero poder se encuentra en el conocimiento, pero sólo en la medida en que éste es social. Quienes tienen la posibilidad cultural y tecnológica deben abandonar el egoísmo y el pudor para convertirse en la base seminal de una sociedad que basa su desarrollo en el conocimiento. No se trata de comprar libros para digitalizarlos; eso es un delito. No se trata de poner a los estudiantes a crear blogs para subir sus tareas fusiladas de Wikipedia, Encarta o Rincón del Vago. Se trata de construir nuestros propios contenidos, pero con dedicación y con esfuerzo, no con ese mítico y pinchurriento "clásico ingenio de los mexicanos" que es un sofisma para significar "improvisación".

La web 2.0 se ha convertido en la mejor aliada de las sociedades y culturas que han sido capaces de asumir el reto de transformarse para progresar sin dañar el planeta.

pero ai tu sbes si nmas quiers psr a firmarle bonito.

martes, 26 de febrero de 2008

Amarren a Willy

Mi participación en la salida del Mtro. Hernán Galindo de la planta docente de la ENS es uno de mis recuerdos más vergonzosos. Vivíamos los días de la renovación curricular con el celo de quienes tienen que acabar con todo lo malo que se hubiese hecho hasta el momento, y era inaceptable que una persona cobrase 5 horas de docencia asistiendo de la forma irregular en que lo hacía Hernán. Vivíamos (¿cómo explicarlo?) una saña purificadora bajo la dirección de la primera mujer que asumía esa dignidad, y yo como responsable del área a la que pertenecía Hernán, escribí el documento que poco después le costaría la plaza.

Entiéndeme; yo estaba convencido de estar actuando en la forma correcta. Pasaron muchos años para construir la parte del entendimiento que me permitió comprender que habíamos cometido un gran error y que figuras icónicas para la cultura como la del maestro Galindo tienen un valor muy superior a pinchurrientos 600 pesos que juzgamos inmerecidos. Hoy entiendo que una sola aparición pública del artista ostentándose como miembro de nuestra institución valía mucho más que eso.

También entiendo que la permanencia de ese supuesto afán por combatir lo negativo no es más que un subterfugio del maniqueísmo que se ha apoderado de nuestra normal: no les importa la pureza ni el bienestar o la calidad; quieren las horas y las plazas para sus compromisos.

Hoy lamento, sin saber hasta qué punto ha llegado, la pretensión del Mtro. Guillermo Berrones de abandonar nuestra Institución. Al igual que Hernán, Guillermo es una figura cultural de alta relevancia en nuestra sociedad norestense. Publica en forma cotidiana como quien compra un café en el Oxxo, y participa habitualmente en los foros culturales más variados. No te voy a mentir: tampoco se trata del mejor maestro que haya conocido; tiene tendencia a desviarse de los temarios y los propósitos para llevar sus cursos a las aguas de sus grandes pasiones: la literatura, la poesía y la cultura popular. Pero en todo caso, ésta sería una premisa para considerar que si quieres sacarle provecho como docente, tienes que ubicarle en espacios donde se puedan aprovechar sus conocimientos, experiencias y pasiones.

Alguien me comentó en algún momento que su salida de la ENS no sería una gran pérdida, a lo que yo contesté: "googlea tu nombre y cuenta las veces que aparezca refiriéndose a ti, no a un homónimo; googlea el de Guillermo y cuenta los resultados. Después me dirás si sería o no una pérdida". Simplemente hay cosas que el dinero no puede comprar.

Guillermo ha optado por mantenerse en el lado incómodo de la crítica política e institucional de la Normal y lo ha pagado con marginación, presiones y exclusión de beneficios que podrían hacerle más atractiva la permanencia en nuestra escuela. Y en ese sentido no puedo menos que entender su desencanto y deseo de buscar horizontes más benignos.

Decidas lo que decidas, Guillermo, y ocurra lo que ocurra, cuenta con mi respeto, mi apoyo y mi simpatía. Y si aceptas mi opinión, yo te digo: No te vayas; los bárbaros no son eternos.

Salud.

domingo, 17 de febrero de 2008

Perimetrales

¡Ya entendí!

Ayer estuve en la Normal. Vi el listado de programaciones para el siguiente semestre de la Mixta y ya entendí la jugada para la Mofalidad Mixta.

1. La Dirección:

A. Lanza un plan para filtrar el personal con el propósito de mejorar la calidad académica.
B. Contrata a una experta en evaluación; ayudará a evaluar para seleccionar a los maestros, pero sólo cuenta con materiales para evaluar las asignaturas comunes a todas las licenciaturas en educación.
C. Hace el anuncio de que a partir del próximo semestre sólo podrá trabajar como docente quien acredite la evaluación.
D. Prepara un esquema general de trabajo, aunque éste se encuentra centrado en procedimientos de control, que incluye la capacitación de quienes serán evaluados.
E. Accidental o incidentalmente (lo cual depende de su nivel de complicidad o de inocencia), no incluye medidas claras de control para la calidad del trabajo en asignaturas de especialidad.

2. La burda mafia:

A. Se alarma.
B. Trata de encontrar un hueco por donde colarse.
C. Cobra favores.
D. Evita que en los cursos de preparación se inscriban más personas de las necesarias para impartir las asignaturas (ocho grupos-ocho capacitados), para disminuir el riesgo de exclusión.
E. Mantiene a sus consentidos y aliados en puestos clave; es decir: donde se cobra mucho sin rendir cuentas a nadie.
F. Consigue que se coloque a sus protegidos en las asignaturas de especialidad para que no tengan que pasar por el estrés de ser evaluados. Les establece, por medio de sus aliados, un mínimo de requisitos para "taparle el ojo al macho".
G. Envía a la gente con más experiencia y formación a presentar los exámenes en las asignaturas comunes.
H. Externa su congratulación por las nuevas medidas, compromete públicamente su apoyo y hace un amplio reconocimiento a todos los maestros por su compromiso, su entusiasmo y su capacidad.

3. Prospectiva a corto plazo:

A. Las evaluaciones arrojan resultados aceptables gracias a la presencia de gente con experiencia (2.G.).
B. Los malos resultados se ocultan.
C. Nadie es excluido porque no se cuenta con alternativas (2.D.).
D. Se vuelve a anunciar que se tomarán medidas.
E. La BM externa su congratulación por las nuevas medidas, compromete públicamente su apoyo y hace un amplio reconocimiento a todos los maestros por su compromiso, su entusiasmo y su capacidad.
F. La calidad académica sigue por los suelos (2.E. y 2.F.).

4. Prospectiva a mediano plazo:

A. La calidad académica sigue por los suelos (todas las anteriores).
B. La ex-directora se pregunta qué pudo haber salido mal.
C. La BM se congratula por la llegada de un nuevo director que viene a enmendar todos los errores de su antecesora.
D. La BM externa su congratulación por las nuevas medidas, compromete públicamente su apoyo y hace un amplio reconocimiento a todos los maestros por su compromiso, su entusiasmo y su capacidad.

Y por ahí sigue el bucle deconstructivo.

viernes, 15 de febrero de 2008

Más de lo que ves

En la prensa digital del día de hoy aparece una nota que relata lo ocurrido durante la entrega del Premio Nacional de Ciencias y Arte, donde los homenajeados fueron: el doctor en lengua y literatura española Sergio Fernández, en la categoría Premio Nacional de Lingüística y Literatura; el cineasta Felipe Cazals y el violonchelista regiomontano Carlos Miguel Prieto en el rubro Premio Nacional de Bellas Artes; la historiadora Pilar Gonzalbo y el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, el Premio Nacional de Historia, Ciencias Sociales y Filosofía; los investigadores Carlos Beyer, Silvia Torres y Guillermo Ruiz-Palacios en el rubro del Premio Nacional de Ciencias Físico-Matemáticas y Naturales; el ingeniero civil Miguel Romo, con el Premio Nacional de Tecnología y Diseño; los artesanos Francisco Coronel Navarro, Teodoro Torres y Susana Navarro, así como los pintores nahua Alto Balsas Guerrero en la categoría de Premio Nacional de Arte y Tradiciones Populares.

Suponiendo que los leíste todos, ¿cuántos nombres te suenan familiares?, ¿conoces sus obras?, ¿qué putas es "pintores nahua Alto Balsas Guerrero"? (se trata de contestar sin wikipedia). Partiendo del supuesto de que somos personas de cultura estándar, y que nuestras respuestas son similares -incluso superiores- a las que puede dar el grueso de la población, dime qué opinión te merece la declaración de la Secretaria de Educación, Josefina Vazpor Mota:

«A través de este galardón, señaló Vázquez Mota, "se persigue estimular el desarrollo de la vocación científica y artística desde los primeros años de vida, así como convocar a la comunidad educativa, maestros, padres de familia, sector empresarial, artístico y científico a sumarse a esta transformación del país".»

Personalmente, a mí me parece una muestra suprema de la estupidez demagógica que un burócrata ineficiente puede llegar a ejercer. Te lo muestro:

Es una falacia cuando afirma que con ese premio se persigue "estimular el desarrollo de la vocación científica y artística desde los primeros años de vida", pues: a) ningún premiado es joven; b) ni los niños ni los jóvenes tienen participación o conocimiento del proceso, criterios u obras de los galardonados; c) las obras de quienes han recibido anteriormente el premio, ni han sido difundidas entre los escolares ni poseen las características para formar parte de los contenidos escolares; d) los galardonados nunca han participado, ni lo harán ahora, en campañas o acciones oficiales para promoción de la ciencia o las artes; de tal forma que no existe ninguna relación directa entre el hecho de que una persona desconocida reciba un premio por una obra desconocida (para los jóvenes), con el desarrollo de las vocaciones infantiles o juveniles.

Es una falacia cuando afirma que con ese premio se persigue "
convocar a la comunidad educativa, maestros, padres de familia, sector empresarial, artístico y científico a sumarse a esta transformación del país", pues, asumiendo como cierta la información de que la afirmación alude al compromiso para transformar la educación del país, los sectores mencionado no son convocados de forma efectiva para la asignación de los premios; aparte de los premiados, no se justifica por qué el resto de la sociedad estaría interesada en participar en dicha transformación a partir de la entrega de los premios; y finalmente, "transformación" es un término completamente ambiguo que no significa nada concreto y que ha formado parte del caló oficialista desde hace más de cien años.

¿Transformar qué? ¿Contenidos? ¿Prácticas? ¿Instalaciones? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Para qué? Y no se trata de que cada quien intuya las respuestas. Al menos en el Programa Sectorial (más jerga) no se aclara nada (fortalecer, vincular, apoyar, incrementar, bla, bla. Ya te platicaré de ese Programa que plantea propósitos de calidad y pretende evaluarlos con indicadores de cantidad).

O sea que la bruta habla por hablar y adorna su discurso con los lugares comunes de siempre y de paso deja evidencia de que no tiene un plan claro para sacar adelante la pobre situación educativa del país; y está exclusivamente empeñada en evaluar lo que no se sabe enseñar. Y Felipe Calderón no la va a remover, sólo porque es su aliada, no porque sea eficiente. Total que una mafiosa y una pendeja nos tienen copados y condenados a la mediocridad educativa nacional.

Dios mío, hazla inteligente por favor.

miércoles, 13 de febrero de 2008

Siete

Akira Kurosawa fue un conocido director de cine japonés. Una de sus películas más famosas es "Los siete samurais" que cuenta cómo un grupo completamente atípico es capaz de lograr un improbable triunfo gracias a elementos que poco tienen que ver con lo esperado. Es decir que ganan gracias a el entusiasmo, el espíritu de sacrificio y el deseo de triunfar, más que por la disciplina, el talento y la dedicación. El mismo tema y con tratamiento similar se cuenta en la película "Bichos" de Disney, mucho más familiar para la sociedad contemporánea.

Hace no mucho expresé mi opinión en contra de la forma en que ese tipo de tratamientos cinematográficos influyen en la actuación de las personas relacionadas con la educación. Postura que tengo que refrendar en relación con esta otra película y a partir de un evento y una situación que te platico a continuación.

Como recordarás, la escuela donde trabajo tiene dos modalidades para la formación de docentes: la escolarizada y la mixta. La modalidad escolarizada cuenta con una planta de trabajadores de base, la mayoría de ellos con varios años de experiencia, y la mixta se nutre laboralmente de personal por contrato. De hecho, ya anteriormente había criticado la manera en que se distribuyen las cargas académicas en la modalidad mixta.

Bueno, pues ya se llegaron nuevamente las fechas para la programación en la modalidad híbrida, y así nada más, pagando sin ver y sin que medie ningún acto o intención malalechera, es posible anticipar que, pese a las muchas declaraciones públicas de la directora en el sentido contrario, las hordas de la Burda Mafia acabarán organizando y provocando el mismo desmadre de siempre.

¡Pero cómo!, me dirás, ¡si a ellos tampoco les conviene que se hunda la normal!

Pues fíjate que les tiene sin cuidado, dado que un amplio sector de quienes sirven a tan indigna causa tiene la certeza de que difícilmente lograrían un trabajo tan bien remunerado en circunstancias diferentes, por lo que están dispuestos a continuar sangrando el presupuesto mientras puedan. Y de ninguna manera van a permitir que se les restrinja el acceso a la chiche por razones tan ambiguas (y me temo que incomprensibles para ellos) como la "calidad educativa" -Usté nom'ás diga, jefe; ¿qué formato hay que llenar pa' tener calidá'?-.

Pero como bien dice Memo, no tiene la culpa el profe, sino quien lo hace catedrático. Y en el caso de nuestra institución hay evidencias y circunstancias más que suficientes para identificar la cabeza responsable del desorden académico; pues así como el buen estado y el avance que se observa en el aspecto material y operativo pueden constituir la prueba de que la persona responsable está haciendo bien las cosas, el contraste que ofrecen las áreas de evaluación, actualización y docencia con sus nulos resultados también tiene un nombre.

Desde que llegó Lety a la dirección de la Normal, la calidad académica de nuestra institución ha mantenido un movimiento sostenido en picada. Pero yo (y mucha gente tendrá que coincidir conmigo) meto las manos al fuego por la experiencia y la capacidad académicas de Lety; no así por su buen juicio al momento de tomar decisiones y asignar funciones, área en la que ha mostrado sus mayores debilidades.

La actual subdirectora académica no ha logrado mostrar resultados positivos contundentes (muchas vaguedades y ambigüedades sobre posibles señales de avance, eso sí), situación que ya en forma consuetudinaria se justifica achacando los fallos a los maestros que no quieren hacer las cosas. Lo cierto es que la falta de ascendencia sobre la planta docente y su escasa experiencia en la toma de decisiones han sido los factores determinantes para construir el fracaso institucional.

Y mira que te estoy hablando de la subdirectora, no de la maestra; porque ese es un gran problema que tenemos en nuestra cultura: somos incapaces de separar la evaluación a los puestos y funciones de las personas. Lariza (ahora sí, Lariza), además de ser agradable en el trato, es una persona con una preparación profesional sólida y variada, pero aunque cuenta con experiencia docente, su trayectoria en este rubro no ha sido lo suficientemente significativa como para constituir un elemento de prestigio público. ¿Ves? No es que sea buena o mala maestra: es que nadie lo sabe; y el prestigio docente es la primera condicionante para construir un liderazgo académico.

El problema no es de formación: es de perfil. Y como no se ha logrado que un equipo de experiencia y prestigio se integre como soporte (lo cual constituiría una defensa efectiva contra acciones montoneras y gandallezcas), se ha recurrido al procedimiento dado a conocer por Kurosawa en su ficción: hacer de los campesinos un ejercito bajo el liderazgo de unos cuantos guerreros que tampoco habrían sido la primera elección. En la película ganaron, pero casi por chiripada.

Hoy estaba en la biblioteca de la Normal y (dejá vu) puede escuchar los diálogos de: "¿A dónde te mandaron?", "Que a expresión", "A mí a adolescentes", "¿Y qué vamos a hacer?" "Que vamos a leer porque nos van a aplicar un examen", "¿Y si no pasas?", "¿Y a poco crees que todos van a pasar?"; y cosas por el estilo, así, entre el temor y el cinismo.

Y esa parece ser la nueva estrategia para profesionalizar a la planta docente de la modalidad híbrida: poner a los futuros formadores de docentes a estudiar para un examen. ¿Y los perfiles? Bien gracias; es obvio que ni siquiera los han consultado para tomar decisiones. Es más: ya me di cuenta de que en la jerga de la BM (que ya se ha institucionalizado) "perfil" se refiere a conocer el perfil de egreso (no cubrirlo; ni lo mande la Virgen) tener algún estudio comprobable y disposición para la militancia; a lo mucho ya haber impartido una asignatura, al margen de lo bien o mal que lo hayas hecho.

Y pensar que por menos cesaron al Tolo.

viernes, 8 de febrero de 2008

Rojo-mírame

Recuerdo firmemente la expresión, no así la situación ni el momento, de una amiga anunciándome que se encontraba a punto de enganchar su primer coche de agencia. ¿De qué color va a ser? -pregunté. Supongo que es la pregunta menos adecuada que puedes hacer a alguien que te dice que está a punto de engancharse en un crédito por el resto de sus días, pero fue la única que se me ocurrió; y la respuesta no pudo ser más memorable: "Rojo mírame". Y de alguna manera me pareció una respuesta lógica e iluminadora; finalmente, muchos de nuestros actos se encuentran regulados por el deseo de llamar la atención de los demás.

Me viene a la memoria, por ejemplo, la anécdota que se cuenta de Luis Miguel Dominguín, torero padre de Miguel Bosé, quien en una ocasión tuvo la oportunidad de pasar la noche con la entonces diva del cine holliwoodense Ava Gardner. Dice la historia que tan pronto como amaneció, Luis Miguel se levantó apresurado a vestirse, y Ava se despertó para preguntarle, entre somnolienta y desconcertada, que a dónde se dirigía con tanta prisa; "A contárselo a todos", fue la apresurada respuesta que dio el matador antes de abandonar la suite de la estrella para dirigirse a, efectivamente, contárselo todo a la prensa y a sus amigos. Supongo que, como buen caballero, no quiso dejar el acontecimiento a su propia memoria.

Me pregunto si eso de tener un blog no será, de alguna manera, como tener un carro color rojo-mírame. ¿Escribimos realmente para expresar y compartir ideas, sueños, expectativas y cosas por el estilo? ¿O se trata simplemente de un acto destinado a llamar la atención de los demás? Y, si ese es el caso, ¿quiénes son esos otros que constituyen el grupo de los "demás"?, y ¿cuáles son los parámetros para medir el éxito?

¿Cómo estar seguro de qué el rojo realmente provoca que me miren?

Hace poco me enteré del caso de una persona que tiene un blog y se declara dispuesta a cerrarlo porque considera que muy poca gente lo visita, pues prácticamente nadie he dejado comentarios en sus posts. Ante esa situación me surgieron las interrogantes que dieron origen a este texto. Personalmente, no creo que el conteo de comentarios sea la medida más precisa del nivel de éxito que tiene una página de este tipo. Supongo que lo sería si el propósito fuera comercial; sin embargo, las utilidades netas que reporta el ejercicio de escribir para publicar, haciéndolo de forma cotidiana, son mucho más significativas que los "cinco minutos de fama" que se puedan alcanzar por uno o dos posts impactantes u oportunos.

Puedo asegurarte que el principal indicador de éxito en el ejercicio de mantener un blog se encuentra en el incremento de las competencias escribanas de quien redacta, en la mejora gradual del dominio de los diferentes registros, y en el fortalecimiento metacognitivo en que se involucra quien revisa sus propios escritos pensando en las posibilidades receptivas a manos de diferentes lectores, sean éstos reales o no.

Escribir para publicar es una de las maneras más efectivas de fortalecer las competencias comunicativas y las demás habilidades intelectuales. No es por casualidad, ni tiene el espíritu de promover el exhibicionismo intelectual, que una de las actividades que mayor énfasis recibe en las propuestas educativas contemporáneas es la de publicar textos elaborados por los aprendices.

Obvio resulta decir que el maestro de lengua, así como se espera que sea un lector avezado como condición básica para ser capaz de promover el hábito y el gusto por la lectura de sus alumnos, debería ser un creador habitual y eficiente de textos antes de pretender enseñar a unos alumnos a redactar.

Porque no me negarás que resulta absurdo que personas que en su vida han escrito más allá de su nombre en las portadas de textos copiados, se erijan como censores de la calidad de los textos creados por los alumnos. Y esta situación juega para el maestro de cualquier asignatura, pues en prácticamente cualquier clase se solicita a los alumnos la creación de textos.

De tal forma que, efectivamente, es probable que quien crea un blog esté reemplazando (o tal vez complementando) la existencia de un coche color rojo-mírame; y es posible que una vez logrado el objetivo o, como en el caso que mencioné, nunca alcanzado, el mantenimiento del sitio pierda sentido.

Incluso es posible (y la posibilidad resulta plausible) que se llegue a la redacción en Internet como una forma de ejercer libre y abiertamente el sagrado derecho al pataleo que todos tenemos ante situaciones que consideramos injustas. Y en este caso también resulta posible que el objeto de nuestro afecto (¿o defecto?) ni siquiera se entere de nuestra catarsis, y si se entera que no se dé por aludido.

En todo caso, supongo que aunque el coche no sea rojo, es posible que la gente lo mire; y suponiendo que nadie lo mire, nunca dejará de ser un vehículo.

Qué es lo que al final importa.