lunes, 20 de diciembre de 2010

Cartita a Santa

Es que hacen como que la virgen les habla...

Me cito:

Mtra. Marcela Santillán Nieto,
Responsables del proceso de evaluación.
Estimados señores:

Soy profesor de la Escuela Normal Superior "Profr. Moisés Sáenz Garza", en la especialidad de Español. Nuestros alumno se encuentran próximos a participar en el proceso de validación del instrumento que los evaluará al término del ciclo 2010-2011, y sin embargo, hasta la fecha, no se nos han dado a conocer los resultados del examen que se presentó en mayo del presente año.

Si bien es cierto que los alumnos pueden consultar en lo personal sus resultados, creo que resulta contradictorio para el espíritu de dicha evaluación que los resultados globales se mantengan fuera del alcance de los docentes responsables de formar a los futuros maestros.

Por lo anterior, mucho agradecería que se me comunicara la manera de tener acceso a dichos informes con el propósito de analizarlos en colectivo y tomar las acciones necesarias para resolver las deficiencias adjudicables al desempeño de los formadores de formadores. Lo cual nos permitirá contribuir al logro de los propósitos de la evaluación y nos dará herramientas para mejorar el desempeño de nuestros alumnos.

Sin otro particular, agradezco en lo que vale la fineza de sus atenciones.

Respetuosamente,

Fernando Arellano Márquez,
Docente de la Especialidad de Español
de la Escuela Normal Superior
"Profr. Moisés Sáenz Garza".

 Luego te cuento qué me contestaron.

jueves, 4 de noviembre de 2010

49

La primera "Normal Superior del Estado" nació en octubre de 1941, a iniciativa de personajes cuyos nombres hoy son icónicos para la eduación: Humberto Ramos Lozano, Plinio D. Ordóñez, y Oziel Hinojosa García, entre otros visionarios educadores que luchaban por que existiera una alternativa de calidad para la, entonces, actualización docente. De ese primero proyecto apenas existe registro de tres egresados de la especialidad de matemáticas.

Tiempo después se comenzaron a impartir los Cursos Intensivos de Verano, organizados por el Instituto Federal de Capacitación del Magisterio, donde se forjó el equipo que más adelante daría origen a nuestra actual Institución. De hecho, en el verano de 1961, y antes de que se fundara de manera oficial la ENSE, se impartió el primer Curso de Verano por cuenta directa del estado. No me preguntes cómo resolvieron el embrollo de comenzar a operar antes de tener reconocimiento oficial porque no lo sé; eran otros tiempos, en que las cosas se hacían con riñones y con corazón.

En buena parte fue gracias a la brillante trayectoria académica y política del Profr. Humberto Ramos Lozano que se pudo cristalizar el proyecto de una escuela para formación de docentes de secundaria en el estado, pues luego de su aventura en el 41, se dedicó a trazar una carrera política que veinte años después le permitió llegar a la Secretaría General de Gobierno, siendo gobernador el Lic. Eduardo Livas, desde donde retomó el proyecto que culminó en la creación, por medio del Decreto 14, de la Escuela Normal Superior del Estado de Nuevo León, publicado el sábado 4 de noviembre de 1961 en el Periódico Oficial del estado. Es por eso que se guarda un especial afecto y consideración a la persona y memoria del Mtro. Ramos Lozano, cuya imagen se encuentra en la placita de la entrada de la escuela.

El primer director de la ENSE fue el Profr. Ciro R. Cantú, y las primeras clases se impartieron en el edificio de la Escuela Primaria "Venustiano Carranza", a donde llegaban los profesores de primaria para recibir formación complementaria a partir de las 6:30, en un horario que por décadas persistió (18:30 a 22:00 hrs). El edificio que actualmente ocupa nuestra normal comenzó a construirse en 1964 (En la foto, la ceremonia de "primera piedra" de esa construcción por el gobernador Lic. Eduardo Livas Villarreal), una vez que se cumplieron los tramites para desplazar las tumbas de los terrenos que entonces formaban parte del panteón que aún está detrás de la escuela. 


En 1988, al cumplirse el centenario del natalicio del Profr. Moisés Sáenz Garza (distinguido apodaquense al igual que el Mtro. Ramos Lozano, principal promotor de la educación secundaria en el país e inspiración de los docentes neoloneses), se impuso su nombre a nuestra escuela, por lo que desde el 4 de noviembre de ese año dejó de ser la ENSE para convertirse en la Escuela Normal Superior "Profr. Moisés Sáenz Garza".

Hoy 4 de noviembre de 2010 nuestra Escuela Normal Superior cumple 49 años, y parece que no habrá más celebración que la que le conceda la memoria.

Larga vida a mi Escuela Normal Superior, tan lejos de Dios y tan cerca del ISO.

martes, 2 de noviembre de 2010

Harakiri

Uno de los principales problemas que enfrenta un docente al momento de trabajar con sus alumnos es la posibilidad (y exigencia) de convertir las intenciones del estado, expresadas a través del currículum, en una realidad. El punto álgido es: ¿realmente basta con realizar las actividades y obtener los productos para garantizar que los estudiantes han obtenido los aprendizajes esperados? Es decir, ¿basta con ponerlos a buscar la información importante de un texto para que aprendan a reconocer la información importante de un texto?; ¿basta con ponerlos a escribir un resumen para que aprendan a construir resúmentes? Creo que mi postura es bastante clara en los cuestionamientos: no es suficiente.

He trabajado por 14 años en la escuela secundaria, afortunadamente siempre impartiendo Español, que es mi especialidad. La mayor parte de ese tiempo me dediqué a atender a grupos de tercero, hasta que llegó a este grado la Reforma del 2006; en ese momento pasé a atender segundo grado con los programas actualizados, y en este ciclo escolar tengo, por primera vez desde que inicié a trabajar en secundarias, la oportunidad de trabajar con primer grado. Para mí esta circunstancia ha resultado bastante afortunada, pues me ha dado la oportunidad de trabajar con el libro para este grado que yo mismo escribí y que justo en este ciclo escolar llegó por primera vez a las aulas de México.

Dejando anécdotas y trayectorias de lado, la situación en que me encuentro actualmente se me presenta como una oportunidad de oro para evaluar en mi propia experiencia la calidad de la propuesta didáctica que ofrezco a los docentes; visto de otra manera, podría traducirse como justicia poética, toda vez que estoy obligado a tomar una sopa de mi propio chocolate (¿de verdad así es la frase, "Una sopa de tu propio chocolate"? ¿Y a quién se le ocurre comer sopa de chocolate?). Recuerdo que en uno de los talleres para autores que se impartieron en la ciudad de México, la Dra. Celia Díaz Argüero, principal responsable del enfoque y contenidos del actual programa de Español para secundaria, nos indicaba que cada vez que propusieramos que los alumnos realizaran una actividad, tratáramos nosotros mismos de cumplirla, para corroborar que es realizable en el tiempo y de la manera que se plantea.

En este caso, creo que lo más valioso de esta situación, tanto para mí como para los potenciales usuarios de mis libros, es que soy un autor (no sé si uno de los pocos o si el único) que imparte clases en secundaria con apoyo del libro que propone para el desarrollo de los contenidos. Desde esta muy particular atalaya (o desde el fondo de un triste foso, según se quiera ver), estoy en una situación privilegiada para valorar y dictaminar de manera directa y testimonial, la eficiencia de mi propuesta didáctica.

Para darte un poco de contexto, suponiendo que no estás familiarizado con las clases de español en secundaria, especialmente con los cambios que se han dado a partir de la Reforma del 2006 que actualmente se está extendiendo hacia la educación primaria. La diferencia más importante que se puede destacar es que los contenidos de los programas ya no son los famosos "temas", sino que ahora se plantean prácticas sociales y el contenido del programa está organizado a partir de actividades a realizar; es decir que los alumnos más que aprender conceptos tienen que aprender a realizar tareas que involucran usos formalizados del lenguaje. Estás prácticas sociales o prácticas letradas se enfocan en tres ámbitos principales: de estudio (lo que tienen que saber hacer para desarrollar el autoaprendizaje), de literatura (las formas en que pueden disfrutar y crear la belleza del lenguaje), y de participacion ciudadana (los usos del lenguaje que facilitan la convivencia y la interacción en situaciones de interacción bajo parámetros de lo civil).

Ahora, para lograr sus propósitos el programa plantea que los aprendizajes deben ser "situados"; es decir, que los alumnos deben aprender a hacer las cosas en contextos reales de aplicación. Digamos que deben aprender a escribir reclamaciones; entonces tienen que reclamar algo real a un organismo o institución de verdad. Para que dichas situaciones se desarrollen, el recursos didáctico se llama "trabajo por proyectos". Puesto de esta manera, los libros se organizan en cinco bloques bimestrales, y en cada uno se abordan proyectos de los diferentes ámbitos, por lo regular uno de cada ámbito por bimestre. ¿Suficiente contexto?

¿Te acuerdas lo que te decía al principio sobre las exigencias del estado y las dificultades del maestro? Pues resulta que estoy viviendo esa situación en carne propia. Cuando comencé este curso me impuse el propósito de desarrollar integralmente las actividades de cada bloque con apego a la propuesta de mi libro. "¿Quién mejor que yo -me dije- para pilotearlo?" Pues mira que ya tengo algo que contar.

Al trabajar con el primer proyecto del primer bloque, uno de los más ambiciosos, más complejos y más saturados de contenidos y actividades para el primer grado, correspondiente al ámbito de estudio, llegué a la triste conclusión de que es un proyecto tan lleno de condiciones y de requerimientos, que resulta irrealizable, incluso dedicándole todo el bimestre. Te lo explico; si todo fuera como darles la instrucción: "lean el siguiente texto, identifiquen la información más importante para comunicar el tema, úsenla para hacer un resumen y con ese resumen elaboren un folleto... y me lo entregan antes de descanso", de verdad que la cosa estaría regalada.

El asunto es que si en el programa se pide que los muchachos realicen esas actividades es porque no saben hacerlo, por lo que cada uno de los pasos mencionado implican un ejercicio de enseñanza. ¿Cómo se aprende a reconocer qué es lo importante y qué no lo es en un texto? ¿Cómo se jerarquiza esa información? ¿Cómo se construyen los recursos intelectuales que son aplicados al momento de realizar un ejercicio de lectura comprensiva? ¿Cómo aprenden los muchachos a vincular la calidad y la cantidad de información con un propósito social específico...? Es evidente: no pueden aprender a hacerlo si no se les enseña.

Ahora, son tantas las cosas que tiene que aprender a hacer un estudiante durante este proyecto (por no mencionar los aspectos complementarios de carácter técnico como el manejo del léxico, de tiempos verbales y la elaboración de fichas de referencia), que francamente resulta imposible cubrir en un bimestre.

¿Y cuál es la salida ecuánime para ese problema? No lo sé. Supongo que es un saber que deberemos de construir en forma conjunta docentes, autoridades, intelectuales y la gente de la industria editorial. Por lo pronto me toca estar en los dos lados de la ecuación: por un lado soy parte de los perversos inconscientes que demandan del maestro una serie de logros que se encuentran fuera de las posibilidades reales de ser alcanzados, y por otro lado soy una más de esas víctimas que pasan por incompetentes porque no soy capaz de cumplir lo que los expertos dicen que se puede hacer durante el tiempo escolar.

Creo, sin embargo, que lo que no podemos hacer es doblar las manos y considerar que se trata de una batalla perdida. Cada día es una oportunidad de que nuestros alumnos aprendan algo nuevo, y lo último que debemos hacer es dejar que corran los cuarenta minutos de la hora clase y que el mundo de los estudiantes continúe exactamente igual que cuando llegamos al salón.

Y no es vocación: es responsabilidad laboral.

domingo, 13 de junio de 2010

Modo imperativo

El problema de tenerle mucha fe a las descripciones gramaticales es que habitualmente se quedan cortas en relación con los usos reales de la lengua. Uno de los casos más evidentes de esa limitación se puede observar en relación con la conjugación de los verbos en modo imperativo.

Los verbos tienen formas impersonales o no conjugadas (infinitivo, gerundio y participio) y formas personales o conjugadas. Estas últimas se clasifican en tres modos de conjugación: indicativo para acciones reales o posibles, subjuntivo para acciones deseadas o imaginadas, e imperativo para manifestar orden, deseo, súplica o petición. En la siguiente tabla puedes ver una muestra de conjugación parcial (sólo el singular) de tres verbos, cada uno perteneciente a un modelo diferente de conjugación (1° -ar, 2° -er, 3° -ir).

Enfocándonos en el modo imperativo, puede observarse que agregué una forma complementaria: la que se utiliza cuando se aplica el tratamiento de "usted" que, desde el punto de vista gramatical, corresponde a la conjugación en presente del modo subjuntivo para la tercera persona (él cante, él parta, él tema).

Algo similar pasa con el plural cuando se utiliza el imperativo en México. Como nosotros no utilizamos el "vosotros", que es la forma natural en que se conjuga el imperativo para el plural (cantad, temed, partid), hemos tenido que recurrir nuevamente al presente del subjuntivo, y ordenamos (suplicamos, solicitamos): ustedes canten, ustedes, teman, ustedes partan.

¿Complicado? Pues las cosas se enredan un poco más.

Si yo quiero incluirme en una indicación (es decir, usar la primera persona del plural), la forma gramaticalmente correcta sería algo como: "Ve a caminar conmigo", o mejor, "camina conmigo"; pero en los usos coloquiales recurrimos a formas de imperativo funcional (me estoy inventando el concepto, no lo vayas a referir por ahí, porque no está en ninguna gramática) que, aún perteneciendo a otras conjugaciones, cumplen con la función: "Vamos a caminar" (presente del indicativo), "Vayamos a caminar" (presente del subjuntivo), "Caminemos" (presente del subjuntivo).

Las complicaciones no terminan ahí, pues las formas perifrásticas tienen un fuerte arraigo en el habla coloquial, de tal manera que en vez de decir a una persona "camina", "juega", "come", hacemos construcciones con los verbos ir y venir (que sí se conjugan en modo imperativo): ve a caminar, ve a jugar, ve a comer; o lo mismo, pero con el verbo venir. En consecuencia, formamos una especie de imperativo compuesto, donde el verbo ir o venir actúa como auxiliar y el otro verbo, en infinitivo, tiene la función de verbo principal.

Lo mejor de todo esto es que, si bien son asuntos que se deben reflexionar cuando se busca la corrección o la eficiencia comunicativa, no es algo que se tenga que aprender, pues resulta que son cosas que ya sabemos hacer desde niños y que, por complicadas que parezcan, usamos de manera cotidiana.

Por supuesto que se puede volver un problema si tratamos de constreñir la actividad de escritura en los límites de la gramática, pues ésta, con todo y ser muy compleja, aún está lejos de explicar completamente un fenómeno tan complejo y tan cambiante como la lengua. Es más, ¿sabes cuándo existirá una gramática total de la lengua? ¡Nunca! Porque diariamente estamos inventando usos y aplicaciones que van más allá de lo que la gramática alcanza a describir.

Y no es que esté mal consultar una buena gramática de vez en vez. Yo acabo de comprar el manualito escolar de Larousse (muy bueno, práctico, y económico), y el manual más reciente de la Asociación de Academias de la Lengua Española, que es un mamotreto de casi mil páginas (carísimo) y sin embargo es la mitad de lo que ocupa la gramática de la RAE, que es de dos tomos (es que una cosa es una gramática y otra un manual de gramática, el primero es un texto de estudio y el segundo es de consulta). Yo siento que los problemas con la gramática sobrevienen cuando insistes en cumplirla de manera ciega, pues no debemos olvidar que los usos son los que determinan las formas, y no al contrario.

Luego te platicaré de las diferencias entre la gramática en cuanto producto cognitivo social, y la gramática como ciencia.

lunes, 15 de marzo de 2010

Déjame que te hable de mi libro

El libro Acércate al español 1, publicado por editorial Larousse cuenta con características que lo hacen especialmente útil para el maestro de secundaria. En lo particular me interesa destacar las siguientes:

  • El manejo de los temas de reflexión es una de sus principales virtudes. Organizados en una secuencia de explicación-ejemplificación-aplicación, facilitan su manejo en clase o en trabajo autónomo por parte de los alumnos. Los temas de reflexión se han distribuido de acuerdo con la secuencia de cada proyecto que propone del libro, pero es posible abordarlos de forma independiente cuando, por ejemplo, el profesor o el grupo han decidido trabajar con un tema o producto diferente al propuesto. Al prepararlos, hemos pensado particularmente en las dificultades que enfrenta un docente para que todos los alumnos tengan acceso a las fuentes de información que contienen dichas explicaciones, por lo que, sin descartar la necesidad de consultas complementarias, se ha procurado proporcionar elementos suficientes para la comprensión y reflexión de dichos temas.

  • La propuesta de proyectos se ha procurado manejar dentro de los límites de lo realizable en las condiciones reales de trabajo en la mayoría de nuestras escuelas secundarias. Esta manejabilidad se encuentra circunscrita, claro está, en los parámetros que establece la SEP; sin embargo la visión general ha sido procurar que se propongan cosas realizables dentro del tiempo disponible. En este sentido, el docente encontrará propuestas mucho más realistas y eficientes para el ejercicio de las competencias buscadas que en la mayoría de los libros que ya circulan actualmente.

  • Aunque los procedimientos se presentan en secuencias aparentemente muy extensas, lo cierto es que se ha procurado dotar cada proyecto de materiales suficientes para realizar al menos una vez los procedimientos que se proponen. Dicho de otra manera: es claro que para que los chicos sean capaces de hacer, por ejemplo, un resumen, primero hay que explicarles y practicar la forma en que se elaboran: en el libro hay material para practicar; así con cada proyecto. El punto es que si por algún motivo no hay tiempo suficiente para realizar el proyecto en toda su amplitud, al menos se tenga la oportunidad de ejercitar los procedimientos necesarios para el fortalecimiento de los aprendizajes esperados. ¿Tienen que leer poemas pero no han encontrado suficientes?, bien, en el libro hay poemas para realizar la práctica.

  • La oportunidad de autoevaluación durante el proceso se encuentra orientada hacia el fortalecimiento de la reflexión metacognitiva en apoyo a la evaluación que realiza el maestro. Cada proyecto se encuentra segmentado por etapas que encierran una tarea determinada; al término de la misma se propone al estudiante que reflexione sobre el nivel de aprendizaje que obtuvo en aspectos específicos. Se asume que el ejercicio permanente de esta práctica lo ayudará a construir una conciencia reflexiva sobre sus propios aprendizajes y áreas de oportunidad.

  • A lo largo de cada proyecto se presenta la indicación para que los alumnos realicen tareas y realicen productos parciales que cuentan con características bien definidas, los que pueden ser objeto de evaluación procesal por parte del docente. Al final de cada proyecto se proponen recursos para una evaluación general, incluyendo la descripción de los rasgos que debe cubrir el producto final. Con estos recursos se pretende facilitar la actividad evaluadora del maestro.

Por lo anterior, y otros aspectos que el docente podrá identificar al ir usando el libro, es seguro que se trata de una herramienta auxiliar que resultará sumamente útil para el logro de los propósitos educativos de la asignatura de español.

Lo pueden encontrar en el catálogo electrónico de la CONALITEG. En primer grado.

Aquí están las ligas a cada una de las partes del libro. Ojo, se trata de una primera versión que ha sido modificada en algunos aspectos (no esenciales, pero sí importantes).


Portada y preliminares

Bloque I

Bloque II

Bloque III

Bloque IV

Bloque v