domingo, 13 de junio de 2010

Modo imperativo

El problema de tenerle mucha fe a las descripciones gramaticales es que habitualmente se quedan cortas en relación con los usos reales de la lengua. Uno de los casos más evidentes de esa limitación se puede observar en relación con la conjugación de los verbos en modo imperativo.

Los verbos tienen formas impersonales o no conjugadas (infinitivo, gerundio y participio) y formas personales o conjugadas. Estas últimas se clasifican en tres modos de conjugación: indicativo para acciones reales o posibles, subjuntivo para acciones deseadas o imaginadas, e imperativo para manifestar orden, deseo, súplica o petición. En la siguiente tabla puedes ver una muestra de conjugación parcial (sólo el singular) de tres verbos, cada uno perteneciente a un modelo diferente de conjugación (1° -ar, 2° -er, 3° -ir).

Enfocándonos en el modo imperativo, puede observarse que agregué una forma complementaria: la que se utiliza cuando se aplica el tratamiento de "usted" que, desde el punto de vista gramatical, corresponde a la conjugación en presente del modo subjuntivo para la tercera persona (él cante, él parta, él tema).

Algo similar pasa con el plural cuando se utiliza el imperativo en México. Como nosotros no utilizamos el "vosotros", que es la forma natural en que se conjuga el imperativo para el plural (cantad, temed, partid), hemos tenido que recurrir nuevamente al presente del subjuntivo, y ordenamos (suplicamos, solicitamos): ustedes canten, ustedes, teman, ustedes partan.

¿Complicado? Pues las cosas se enredan un poco más.

Si yo quiero incluirme en una indicación (es decir, usar la primera persona del plural), la forma gramaticalmente correcta sería algo como: "Ve a caminar conmigo", o mejor, "camina conmigo"; pero en los usos coloquiales recurrimos a formas de imperativo funcional (me estoy inventando el concepto, no lo vayas a referir por ahí, porque no está en ninguna gramática) que, aún perteneciendo a otras conjugaciones, cumplen con la función: "Vamos a caminar" (presente del indicativo), "Vayamos a caminar" (presente del subjuntivo), "Caminemos" (presente del subjuntivo).

Las complicaciones no terminan ahí, pues las formas perifrásticas tienen un fuerte arraigo en el habla coloquial, de tal manera que en vez de decir a una persona "camina", "juega", "come", hacemos construcciones con los verbos ir y venir (que sí se conjugan en modo imperativo): ve a caminar, ve a jugar, ve a comer; o lo mismo, pero con el verbo venir. En consecuencia, formamos una especie de imperativo compuesto, donde el verbo ir o venir actúa como auxiliar y el otro verbo, en infinitivo, tiene la función de verbo principal.

Lo mejor de todo esto es que, si bien son asuntos que se deben reflexionar cuando se busca la corrección o la eficiencia comunicativa, no es algo que se tenga que aprender, pues resulta que son cosas que ya sabemos hacer desde niños y que, por complicadas que parezcan, usamos de manera cotidiana.

Por supuesto que se puede volver un problema si tratamos de constreñir la actividad de escritura en los límites de la gramática, pues ésta, con todo y ser muy compleja, aún está lejos de explicar completamente un fenómeno tan complejo y tan cambiante como la lengua. Es más, ¿sabes cuándo existirá una gramática total de la lengua? ¡Nunca! Porque diariamente estamos inventando usos y aplicaciones que van más allá de lo que la gramática alcanza a describir.

Y no es que esté mal consultar una buena gramática de vez en vez. Yo acabo de comprar el manualito escolar de Larousse (muy bueno, práctico, y económico), y el manual más reciente de la Asociación de Academias de la Lengua Española, que es un mamotreto de casi mil páginas (carísimo) y sin embargo es la mitad de lo que ocupa la gramática de la RAE, que es de dos tomos (es que una cosa es una gramática y otra un manual de gramática, el primero es un texto de estudio y el segundo es de consulta). Yo siento que los problemas con la gramática sobrevienen cuando insistes en cumplirla de manera ciega, pues no debemos olvidar que los usos son los que determinan las formas, y no al contrario.

Luego te platicaré de las diferencias entre la gramática en cuanto producto cognitivo social, y la gramática como ciencia.