Mi querida Escuela Normal Superior habría celebrado hoy su cuadragésimo séptimo aniversario. Lo habría celebrado digo, porque no hubo celebración. Es lamentable, pero por primera vez en su historia, las tareas burocráticas y las urgencias no atendidas resultaron más importantes que una ceremonia de celebración.
Y mira que no soy persona de celebraciones; me gusta la convivencia, sí, pero no porque sea un fanático de celebrar fechas o metas... pero respeto los ritos y las ceremonias. Sé que hay circunstancias y actos sociales que van más allá de la justificación o de la racionalidad. Sé que nada cambiará con o sin ceremonia. Pero me molesta que algo tan ceremonial sea tomado de forma utilitaria. Es como el caso de las bodas: la gente no se vuelve más fértil o más amorosa porque participe en el rito del matrimonio, pero es una forma de dar consistencia a la estructura de la sociedad. Igual pasa con las celebraciones institucionales.
Lo que sí me parece rayano en el absurdo es que el único acto de celebración, una manta colgada en el frente de la escuela, sea un mero acto narcisista de autocomplacencia: masturbación pública que mucho tiene de exhibicionismo. ¿Por qué? Porque en vez de presentar la fachada de nuestra escuela, presenta una vista de la parte trasera. Y nuestra Alma Mater se vuelve una puta como las que veía cuando adolescente pasaba en bicicleta por las calles de la Coyotera, que al vernos pasar se levantaban las faldas para mostrarnos sus pubis o sus nalgas como eficiente reclamo de seducción ante la falta de otros encantos.
¿Cuál es el razonamiento para esta decisión? ¿Que se trata de lo más importante que se ha hecho en estos tiempos? ¿Sólo aquello que se compra con dinero merece ser mostrado? ¿O sólo hemos sido capaces de hacer aquello que se consigue con dinero?
Una exhibición de los entresijos: un canto al fracaso.
Aún así.
Feliz cumpleaños, Escuela Normal Superior "Profr. Moisés Sáenz Garza".
2 comentarios:
FELIZ CUMPLEAÑOS A MI SIEMPRE VENERADA ESCUELA. Y bueno, Fer, recuerda que lo primero que hay que limpiar es... la mierda de la cola, para que no apeste. El resto, con una manita de gato es suficiente. No hay fijòn. Un abrazo a todos.
Bien dicen que primero hay que aprender a limpiarnos la cola para luego considerarnos gente "grande"
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