Muy bien, ya es Navidad, ¿y qué hemos hecho para cambiar? Poco más o menos así lo dejó escrito Lennon en su canción navideña, y creo que conforme pasa el tiempo, cada vez me identifico más con esa postura. Ya van quedando atrás los años de construir una escenografía para ilusionar a los hijos con la llegada de un mágico personaje con problemas de género (¿santa o santo?). Por otro lado, siempre he tenido problemas para asociar estas fechas con la profundidad que requiere un episodio místico que, evidentemente, casi nadie conmemora.
Me gusta la aséptica noción de una fiesta pagana de celebración por el renacimiento del sol (después de la noche más larga) que fue adoptada y adaptada por la iglesia católica con fines evangelizadores. Puedo sentirme bien e identificado con una celebración por el reinicio de algo que en realidad no se ha terminado. Es decir, como ver en la celebración del 25 de diciembre un punto de partida para las transformaciones personales; cerrar ciclos y reiniciar proyectos y planes que ya estaban en marcha, pero con nuevos bríos. Igual que cuando el sol, después de haber estado a punto de ser vencido por la noche, se levanta para comenzar, poco a poco, a dominar sobre las sombras; no es cierto, pero puede funcionar como metáfora.
Son lindos los buenos deseos, las bienaventuranzas y las felicitaciones. Pocas cosas son tan estimulantes como la convivencia y la celebración. Pero el mundo no se detiene ni los retos se terminan. Escribió el argentino Ceratti que "una canción jamás podrá parar la guerra", agrego yo: "ni los buenos deseos resuelven problemas". Es bueno que nos demos abrazos y que intercambiemos buenos deseos, pero mejor será si comenzamos a coordinar esfuerzos para corregir lo que no está bien.
Así que, ya es Navidad, ¿qué vamos a hacer para cambiar a partir de hoy?
2 comentarios:
Para hoy está bien un agua mineral y dos alka seltzer, y por lo demás enero nos dirá...
Como diría mi madre:"nadie tiene el monopolio del dolor".
No hay más remedio que picar piedra, de aquí a entonces.
Saludos cordiales.
Un gusto leerlo.
g
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