Carta dirigida a la Secretaria de Educación en el Estado de Nuevo León, Lic. Juana Aurora Cavazos (Ahí nomás pa' ver de qué color pinta el colora'o).
Respetada Secretaria:
Es
un placer darme la oportunidad de ponerme en contacto con usted. De
hecho, me permito anunciarle que este es, como reza la frase final de
"Casablanca", el inicio de una larga amistad.
Me mueve a
ponerme en contacto con Ud. la inquietud, pues me he encontrado con
preocupantes indicios de que en su gestión se promueve, de una forma
violenta y agresiva, la intolerancia hacia la libre expresión de ideas.
Le cuento.
Yo
soy docente formador de docentes desde hace un poco más de 20 años, en
la especialidad de Español de la ENS. Recientemente he tenido la
oportunidad de fungir como tutor de normalistas en la secundaria en que
doy clases de español. En la confianza que proporciona la cercanía y la
historia personal (mis tutorados fueron mis alumnos en la carrera), los
chicos a los que tutoro se acercaron a mí para expresarme su deseo de
expresarse públicamente a favor de sus compañeros normalistas de
Ayotzinapa.
No soy ningún irresponsable, ni me gusta
promover rencores ajenos, así que les dije que manifestarse es su
derecho, consagrado en nuestra Constitución, pero que no tenían ningún
derecho a insultar o criminalizar a nadie (o sea que no pueden culpar al
gobierno de la desaparición de los normalistas sin tener pruebas), ni a
afectar a otras personas, realizando actos como el bloqueo de calles.
Los
muchachos en cuestión son bastante inteligentes. Realizaron su acto de
manifestación de la siguiente forma: escribieron carteles donde
invitaban a la gente a informarse sobre el caso "Ayotzinapa" y a ser
empáticos con los que están sufriendo, y se plantaron en la calle frente
a la escuela, aprovechando los rojos del semáforo para paseárse entre
los autos mostrando sus carteles.
El día de hoy
me entero de que "gente de arriba" se ha molestado por este acto de
libre expresión de las ideas. Analizando el nivel de quién amablemente
intercedió para evitar el acto represivo del de "más arriba", me queda
claro que dicha molestia sólo pudo gestarse en su oficina o en una de
sus dependencias más cercanas.
Me permito expresarle mi
preocupación, así como mi disposición para explicarle toda la situación;
los alumnos manifestantes fueron responsables y respetuosos, y en
ningún momento asumieron una posición que pueda ser interpretada como
agresiva o irrespetuosa hacia las instituciones.
Con gusto
explicaré esto detalladamente a quién usted determine competente, pues
no me gustaría que la carrera de unos alumnos tan competentes y
conscientes de su papel social se pusiera en riesgo por una mala
interpretación; pues me da la impresión, por las advertencias que han
recibido, de que el acto de mis alumnos no ha sido interpretado de
manera adecuada.
Sin otro particular, me es grato suscribirme como el más entregado de sus servidores.
F. Arellano.
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