No soy muy dado a los regalos navideños porque pienso que, lo desees o no, éstos son recibidos como compromisos. Tampoco me gusta hacer regalos por compromiso, sin embargo, este domingo, después del almuerzo, me encontré en la librería buscando un obsequio para cumplir con un compromiso; digo, si voy a regalar algo, al menos que sea un libro, pensé. (éste se ve interesante... pero no para... no...) Pero, ¿libros?, ¿qué hace mejor a un libro que unos guantes (éste ya lo leí... podría ser... pero estaría mejor para...) o una gorra, o corbata? Es más, ¿no implica ese regalo un compromiso mayor, es decir, el de leer? ¡Nah! (éste está bien cachondo...) Igual dices "Que buen libro, me resultó muy útil", (ah, mira... el que me comentó...) mientras callas que la utilidad fue emparejar las patas de una mesa...
Estaba en esas cuando, sin que yo me enterara en qué momento ni de dónde, comenzaron a llegar mis amigos y amigas, y a amontonarse conmigo. "¿y por qué no me regalas un libro, ya que te acordaste de mí?" "¿y a mí, por qué no?" "pues ya que estamos en eso, podrías regalarme uno a mí; por ejemplo éste, que me parece interesante" "pues si me preguntas, yo preferiría éste, o este otro" -¿Éste es el que te interesa? "No, bruto; ese es para ella, para mí es aquel otro"...
Decidí, entonces, comprar libros para regalar.
Tratando de poner un poco de orden en medio del caos en que se había convertido el pasillo central de la Gandhi, decidí pedirles que me acompañaran de uno en uno para escoger cada quien su libro, mientras lo demás se paseaban por ahí (mientras yo veía de reojo cómo algunos se quedaban atornillados a una sola sección de los anaqueles, en tanto que otros parecían "chile bolita en canasta"). Así de uno en uno, fuimos recorriendo una y otra vez los pasillos de la librería. Debo decir que algunas propuestas fueron recibidas con entusiasmo, mientras que otras parecían tener una recepción más bien tibia.
"¡Quiero ése, quiero ése!" -Estoy seguro de que sí, pero tenme consideración; mira todos los que voy a comprar... ¿qué te parecería, mejor éste? "mmh... (mirada alternada) bueno, si no se puede el otro". -Bueno, ya está. ¡Next!
-Este autor siempre te ha interesado... "Sí, pero ya leí ese libro. Ya... Ya...Ya..." -¿Seguro? "Bueno: seguro, seguro, dadas las circunstancias, no; pero casi seguro que sí" -Vamos a correr el riesgo. "¿Y por qué no lo compras para mí?" -Espérame, todavía no es tu turno. "Pero ya encontraste el libro que es para mí. Llévatelo de una vez." -Bueno, ya está déjame terminar con...
"Este es uno de los autores más influyentes de..."
"La forma de relacionar la realidad con la fantasía..."
"No mames"
"Siempre me ha gustado sus historias..."
"Nunca le he leído..."
"Ni siquiera lo conozco..."
"¡Ah, está con madre!"
"¿Qué pedo con esto?"
Así. Por momentos completamente sólo, y por momentos aturdido por las voces simultáneas, tuve la oportunidad de, en ausencia, tener un delicioso coloquio sobre libros con mis compañeros y compañeras de la Normal. Así pude recordar que, aún en medio de las circunstancias más inesperadas o inadecuadas, hay gente con la que da gusto compartir.
Felices vacaciones para todos.
3 comentarios:
Sé que los libros son más, que una prolongación de sentimientos, creo y estoy segura de que son regalos que hablan de nosotros mismos, son nuestra visión de la realidad y el hecho de haber personalizado los regalos los hacen más valiosos gratitud al Gran Fernando.
Gracias y Feiz Navidad.
Por ahí dicen que los libros no se prestan, por eso te agradezco el regalo. No te preocupes que será bien aprovechado. Un beso.. bueno dos
Atrapado en una relecura de "La tía Julia y el escribidor" me sorprendiste con tu inesperado préstamo: "Canto a la hierba" de Doris Lessing. Esa misma noche alterné su lectura con la de Vargas LLosa. Hoy la concluí, cuando ustedes celebran a Lucy e Iram en La Tumba. Gracias, Fer,por el acierto navideño. Ya comentaremos la novela.
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