domingo, 16 de agosto de 2009

Escuela de taqueros

Si tuviese una escuela para enseñar a preparar tacos de guisos (los que en Monterrey llamamos “mañaneros”), la forma de conocer el nivel de eficiencia de mi escuela estaría en relación directa con la cantidad de egresados que son capaces de hacer tacos de guisos.

Tal vez sea de crucial importancia para el desarrollo de la cultura del taco que mis estudiantes conozcan la historia del taco, los procesos químicos relacionados con la preparación del taco, el impacto ecológico de la preparación y consumo de tacos, y otros conocimientos de igual índole. Resulta que, a final de cuentas, al cliente le importará muy poco que su taquero sepa todas esas cosas y sólo pedirá que haga buenos tacos.

Si lo quiero poner en términos de indicadores de aprendizaje, puedo decir que un buen estudiante de tacología:

  • Es capaz de preparar una variedad atractiva de guisos regionales.
  • Conoce ingredientes que pueden resaltar el sabor de los alimentos.
  • Sabe preparar diferentes salsas especiales para acompañar cada guisado.
  • Tiene habilidad para seleccionar y calentar las tortillas a un punto adecuado.
  • Es rápido y eficiente al momento de atender a una clientela hambrienta y apresurada.

Debo hacer notar que dichos indicadores no son extraídos de un currículum, sino de la observación del tipo de cosas que es capaz de hacer un taquero eficiente y exitoso, es decir: uno que vende mucho. Claro que estoy hablando de un oficio donde hay gente realmente competente ejerciendo diariamente.

En cambio, cuando lo que tengo es una escuela normal, tengo que partir de la premisa de que no me es posible encontrar maestros competentes que puedan ser tomados como modelo, así que me tengo que inventar indicadores de aprendizaje por medio de fórmulas exóticas y de interpretaciones cabalísticas de los documentos normativos, y de anticuadas (y en ocasiones poco pertinentes) antologías de textos.

Y va a resultar que un buen maestro lo es en la medida en que sabe un montón de cosas que sí se pueden medir por medio de un examen, y que es capaz de llenar un montón de complejos formatos, y de establecer relaciones simbólicas entre componentes filosóficos y teóricos de la educación (entiéndase perfil de egreso y temario)… aunque no sepa dar una buena clase.

Y eso es lo que estoy  practicando y enseñando en mi escuela; y no me da vergüenza.

Y hasta pienso certificarme.