jueves, 4 de agosto de 2016

Sobre el nuevo modelo educativo

Tengo mis reservas en relación con las opiniones de algunos expertos sobre la nueva propuesta curricular. Muchos de ellos fueron coautores de reformas previas, del 93 a 2011, y todas se caracterizaron por un acedo matiz positivista. Creo que la mayoría de las críticas son producto más de la frustración del relegado que de una verdadera valoración de sus características.
 
Veo en esta propuesta un verdadero enfoque humanista y social que en planes y programas anteriores eran sólo un discurso que no se concretaba en el currículo. Es cierto que falta ciencia dura, pero también es cierto que su presencia en programas anteriores nunca se materializó en desarrollo científico.

Esperemos que esta propuesta sí logre orientar el ejercico de la escuela hacia el desarrollo humano; aunque esto sólo será posible en la medida en que los docentes seamos capaces de "leer" eficientemente la nueva propuesta.

Lamentablemente no existe en nuestro gremio una verdadera cultura profesional, y la actitud de la mayoría es de pasiva receptividad y prejuiciosa predisposición. Aunque los documentos son públicos desde hace un par de semanas, veo poco probable que hayan sido, no digamos leídos, sino al menos revisados por quienes serán los principales responsables de la aplicación de este nuevo modelo.

Me dio mucha risa lo que escribió un profesor en los comentarios de una columna periodística sobre el tema de la Reforma Educativa; decía más o menos: "Es que las autoridades ocultan la información para que nadie pueda opinar. ¿Por qué no publican la reforma en el Facebook para que todos podamos conocerla?". Es cierto: no todos los docentes se mueven en ese nivel de incompetencia, pero sí hay un porcentaje elevado de personas que no tienen nada que hacer en un aula y serán incapaces de entender las innovaciones de esta propuesta.

Un buen auto de carreras requiere un buen piloto. Una buena educación requiere de buenos maestros.

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